Salud Pública
Los caballos, "callejones sin salida" del Virus del Nilo
Los équidos padecen la enfermedad al igual que las personas, pero para ellos sí existe una vacuna preventiva. Como no es obligatoria, la cobertura no es muy alta
Los vecinos de los pueblos del Bajo Guadalquivir (Sevilla) y la Janda (Cádiz) contienen la respiración ante la llegada de la temporada del Virus del Nilo Occidental (VNO), teniendo en cuenta que el año pasado provocó la muerte de 10 personas en Andalucía y de una en Extremadura, sin contar con las decenas de infecciones que se produjeron, la mayoría de ellas sin notificar.
Esta temporada parece que el virus vuelve a su comportamiento habitual –después de lo ocurrido en 2024 cuando se detectó el primer caso en abril– ya que el último informe de vigilancia epidemiológica de la Junta de Andalucía, relativo a mayo, descartó la circulación de VNO en aves y équidos.
Precisamente, la detección temprana de la enfermedad en caballos es fundamental para poder evaluar el riesgo de infección también en humanos, pues ambos son «callejones sin salida» o «fondos de saco» epidemiológico, como explica Antonio Arenas, catedrático de Sanidad Animal en la Universidad de Córdoba. Es decir, padecen la enfermedad pero no pueden transmitirla a otro individuos (una persona no puede infectar a otra de VNO ni un caballo a otro).
Arenas detalla que el comportamiento del VNO es muy similar en équidos y personas: el 80% de los casos cursan el virus de forma asintomática, solo el 20% presenta cuadro clínico relevante y la tasa de mortalidad es de apenas un 1%. No obstante, añade, los caballos están más expuestos a las picaduras de mosquitos por lo que «actúan de indicadores precoces de la circulación del virus». Pero, a diferencia de las personas, para estos animales sí existe una vacuna preventiva que ofrece una gran protección . Se trata de una vacuna inactivada que se inyecta en caballos a partir de los 6 meses de edad y en dos dosis, una vez transcurridas entre 3 y 5 semanas del primer pinchazo. También se recomienda la revacunación anual para mantener la inmunidad.
A día de hoy, «es muy difícil saber con certeza cuál es la tasa de vacunación del VNO en équidos en nuestro país, ya que no es una vacuna obligatoria y no existen estadísticas oficiales», explica el catedrático de Sanidad Animal». «Habría que echar mano de la Agencia Española de Medicamentos para ver cuántas dosis se han vendido», apostilla el profesor, si bien adelanta que el porcentaje de équidos vacunados «no es muy alto», porque «como no presentan tasas altas de mortalidad por el VNO, los propietarios no están preocupados». Lo habitual, es que solo se inmunice a los équidos de gran valor que viven en zonas de alto riesgo. Aunque, como apunta Arenas, «sería interesante alcanzar una cobertura alta» y más teniendo en cuenta que el Virus del Nilo ya es endémico en nuestro país, «no tanto por cuestiones de salud pública, sino por razones de bienestar animal». Cuando un caballo se infecta de VNO, en el 80% de los casos no desarrolla la enfermedad, «por ello no se les sacrifica». No obstante, si progresa el virus afecta principalmente al cerebro y sistema nervioso periférico de estos animales. Por ello los síntomas incluyen cambios de conducta, hiperestesia, contracturas musculares, caídas o movimientos circulares. En los casos más graves pueden manifestar convulsiones e incapacidad para permanecer de pie.
El año pasado se detectaron 82 casos en equinos en las ocho provincias andaluzas, siendo el primero en el municipio sevillano de los Palacios a inicios de julio.
En humanos todavía no hay disponible una vacuna preventiva contra el Virus del Nilo, pero existen ensayos prometedores como el que lidera Jorge Carrión, investigador del IrsiCaixa, que según sus estimaciones podría estar lista de aquí a cuatro u ocho años.
Según relató este investigador a este diario son varios los hándicaps por los que todavía no se ha hallado una vacuna preventiva ni un tratamiento contra esta enfermedad. Por un lado, explica Carrillo, «el VNO es un virus con gran cantidad de linajes, aunque los que afectan a humanos son, principalmente, el 1 en Norteamérica y el 2 en Europa». El otro, es la reactividad cruzada de los flavivirus, familia a la que pertenecen el VNO, el Zika y el dengue, entre otros. «Se ha descubierto que la infección de Zika aumenta el riesgo de desarrollar cuadros graves de dengue, y eso se debe tener en cuenta a la hora de desarrollar una vacuna», insiste Carrillo. Pero, quizá, el motivo más importante en el retraso de una vacuna es que «no se le ha dado prioridad».