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Entrevista

Claudio Gómez Calado, compositor y director de orquesta: «El tiempo hace que una marcha perdure o no»

El compositor y director de la banda municipal de Coria del Río asegura que «hoy cualquiera puede decirle a una Inteligencia Artificial que cree una canción»

Claudio Gómez Calado La RazónLa Razón

La música va unida a la Semana Santa de manera indisoluble. Claudio Gómez Calado y su banda municipal de Coria del Río apuran los últimos días de ensayo antes de la vorágine cofrade en la que se sumergirá la formación desde el Sábado de Pasión hasta el Domingo de Resurrección. Las nuevas composiciones, los clásicos que nunca deben faltar y el Rocío. Gómez Calado hace balance de una Cuaresma «frenética».

Pianista, compositor, director de orquesta y divulgador musical. ¿Conserva ilusión por la Semana Santa o tanto trabajo en esta época del año le quita el sueño?

Me quita un poco el sueño porque hay muchos compromisos y mucha responsabilidad. Como director de la banda municipal de Coria del Río estamos teniendo una cuaresma frenética, pero llena de ilusión y de nuevas metas.

¿Qué momento vive la música procesional actualmente? Hay mucha producción y estrenos pero pocas marchas perduran en los repertorios.

El tiempo es el mejor aliado y hace que una marcha perdure o no. ¿Qué ingredientes debe tener esa música? Que esté hecha a conciencia, que esté bien creada. Que tenga una forma clara, que tenga una buena instrumentación y un sentido. Muchas de las marchas que se componen hoy en día no persiguen un objetivo, no hay una explicación. Los compositores simplemente crean y van poniendo en el pentagrama notas. Suena bien la armonía y ya está.

Hoy en día cualquier persona puede componer una marcha con un programa informático y unas nociones básicas de solfeo. ¿Se deberían aplicar algunos filtros para garantizar la calidad o todo vale?

Por supuesto que no todo vale. Hoy cualquiera, aunque no sea músico, puede decirle a una Inteligencia Artificial que cree una canción y te la hace. Le dices la letra, el estilo y te fabrica una canción. Esto da un poco de miedo. ¿Qué ocurre? Tener un software que nos ayude a armonizar alguna melodía con un sintetizador no quiere decir que refleje una estructura clara. En los primeros cuatro compases me doy cuenta si una marcha está bien hecha e instrumentada. Los compositores somos también editores. Nos apoyamos en un software que es un editor de partituras, reproduce el sonido. Tienes la idea de cómo va a sonar la melodía. Si la persona que compone no tiene una formación, se va a ver reflejado.

¿Cuáles son las marchas que no pueden faltar en el repertorio de una buena banda de música? Clásicas y contemporáneas.

Siempre tiene que haber algo de Germán Álvarez Beigbeder. También algo de Pedro Gámez Laserna y Pedro Morales. En cuanto a nombres de marchas, «Virgen del Valle» de Beigbeder, «Virgen del Dulce Nombre» de Pedro Morales y «Soleá dame la mano» nunca deben faltar. Barriendo para casa, una marcha mía, «La Esperanza de Astorga».

«Triana de Esperanza». ¿Qué le sigue aportando esa marcha?

Mucha ilusión. Es la unión entre la música, el barrio y la imagen. La compuse siendo un adolescente y hoy en día se sigue interpretando. Las bandas la siguen cuidando. Puse la salve para que estuviera presente el barrio. Tuve que modificar la melodía original para que tuviera un punto de inflexión. Me sigue dando muchas alegrías. Es el reflejo de aquel Claudio muy joven que tenía muchas ansias de hacer cosas nuevas.

Es el director de la banda de Coria del Río, una histórica formación sevillana. ¿Qué la distingue de otras?

Su sello ya lo conocía de antes. Su antiguo director fue mi profesor de clarinete durante cuatro años. Se ha cerrado un círculo con el paso de los años. Somos una familia. Hay muy buen rollo, todos nos ayudamos. Quiero que progrese, que suba escalones. No tengo carencias de ninguna cuerda. Tengo de todo. Cuando la banda sale a la calle no se tiene que ver reforzada con cuerdas que no poseo. Eso es algo importante que hay que cuidar en las bandas porque si no pierde su identidad.

¿Cómo se presenta la Semana Santa?

El Sábado de Pasión acompañamos a la Virgen de los Dolores de la hermandad de San José Obrero de Sevilla. Luego llevamos casi 30 años en la Borriquita de Dos Hermanas el Domingo de Ramos. El Lunes Santo vamos a Utrera, con la Virgen de la Amargura. El Martes lo tenemos libre, pero con el trabajo vendrá algo. El Miércoles empezamos en Coria con la Virgen del Carmen de la hermandad del Gran Poder, el Jueves seguimos en Coria con la hermandad de la Vera Cruz, el Viernes con la Soledad, el Sábado Santo en los Servitas de Sevilla y el Domingo de Resurrección participamos en los abrazos de la hermandad de la Soledad de Coria y por la tarde vamos a la hermandad de Nuestra Señora de Belén Coronada, en Pilas.

Fue el responsable de la adaptación a orquesta sinfónica de varios temas rocieros en la misa pontifical de 2023. ¿Qué recuerdos tiene de aquella jornada?

Fue todo muy intenso. Lo hicimos en muy poco tiempo. Trabajamos desde febrero hasta el Rocío. Tras varias conversaciones con la hermandad del Rocío de la Puebla del Río, el director del coro me comentó la idea y se habló de un cuarteto de cuerda. Me dijo que quería algo distinto y había que ampliar la dimensión. Fue un trabajo muy intenso. Me levantaba a las 7 de la mañana porque tenía que escribir partituras. Disfruté mucho y se me ha caído más el pelo. Fue todo tan intenso y ese día hubo tanta magia que algo de nosotros se quedó allí en ese rincón del Rocío. Seguimos recibiendo elogios. Con mucho trabajo y constancia se llegó a eso, rodeándome de un equipo humano muy bueno.