
Polémica
¿Competencia desleal? El arte sacro andaluz se revuelve
La compra de mantos bordados en Pakistán desata las críticas de un sector que siempre busca la «excelencia»

Andalucía ha sido a lo largo de los siglos sinónimo de excelencia en el ámbito del arte sacro. Los mantos, sayas, palios y piezas de orfebrería, junto a las imágenes sagradas, forman parte del patrimonio de las ciudades y pueblos que viven intensamente la Semana Santa. Sin embargo, una reciente práctica está haciendo tambalear a un gremio de artesanos que es todo un referente en España y en muchos países del extranjero, especialmente de Latinoamérica. La compra de piezas de bordado realizadas en Pakistán, más baratas y confeccionadas en menos tiempo, ha hecho saltar las alarmas en un sector que continúa luchando por su dignificación a nivel laboral y económico. A nivel artístico su valía está más que contrastada.
Primero fue la hermandad de la Clemencia de Jerez de la Frontera. Adquirió un manto para su dolorosa, María Santísima de la Salud y Esperanza, bordado en un taller de Pakistán. El diseño ha corrido a cargo del artista jerezano Carmelo Argumedo, aunque ha sido confeccionado en la república islámica. La junta de gobierno siguió los avances de los trabajos por videoconferencia. Al parecer, este mismo taller ha realizado otros encargos, como túnicas y cíngulos, para otros colectivos cofrades de Jerez.
La hermandad del Soberano Poder de Morón de la Frontera (Sevilla) ha seguido los mismos pasos, aunque en este caso el manto es una donación de un grupo de devotos. «Ha sido una total sorpresa recibir este regalo impensable para nosotros, como es el manto que os presentamos en el día de hoy bordado en oro sobre terciopelo azul para que nuestra bendita madre de los Ángeles lo porte cada Viernes de Dolores a partir de ese año si Dios quiere y también lo luzcan nuestros Sagrados Titulares durante el año en su capilla», aseguraba la corporación en sus redes sociales.
¿Competencia desleal? ¿Intrusismo? El debate está abierto y son muchas las voces que se alzan en contra de esta práctica. Una de ellas es la del bordador Francisco Carrera Iglesias, presidente de la Asociación Gremial Sevillana de Arte Sacro, quien asegura a LA RAZÓN que la competencia «es buena siempre que sea en igualdad de condiciones». Carrera muestra sus dudas sobre dónde tributan estos trabajos y señala que «no es normal que una pieza que aquí cuesta ocho, nueve o 10.000 euros ellos la vendan por 1.000». Estos talleres de Pakistán, a su juicio, hacen un «daño terrible» a los profesionales andaluces y sevillanos.
Pero Carrera va más allá, remarcando que se trata de «una cuestión de identidad». «No tiene ningún sentido que una persona en Andalucía, que conoce perfectamente la tradición, busque ahora lo más barato para que forme parte del patrimonio de la Semana Santa». Junto a ello, señala que «la gran riqueza patrimonial de las hermandades ha sido acumulada a lo largo de los siglos precisamente porque se ha buscado siempre la excelencia, sin prisas». De hecho, se tarda tres, cuatro e incluso cinco años en confeccionar un manto «porque todo va hecho a mano y con productos de primer nivel». «Lo que no tiene sentido es encargar un manto y que esté hecho en seis meses», se lamenta.
Con este tipo de compras, apunta, «no se hace ciudad ni patria». Además, «acumulas un patrimonio que se deteriora cuando pasan seis o siete años porque se han utilizado materiales de muy poca calidad», por lo que se pregunta «cómo hay personas que no respetan la tradición artística y la cultura que nos hacen únicos». En este punto, Carrera reclama a las hermandades «responsabilidad» y recuerda los logros conseguidos por la asociación que preside que redundan en unas mejores condiciones fiscales. Por ejemplo, la rebaja del IVA a las piezas de artesanía del 20 al 10%.
La asociación estudiará la legalidad de estos encargos, sobre todo a efectos de tributación. Carrera recuerda la cantidad de profesionales que intervienen en la elaboración de una pieza de bordado. Desde el diseñador hasta la empresa que fabrica los materiales, la que vende el tejido, el artesano que hace el encaje de bolillos y luego el taller de bordados. «¿Todo eso lo dilapidamos?», se queja.
Medalla al Mérito en las Bellas Artes
Recientemente, la Asociación Gremial Sevillana de Arte Sacro recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, concedida por el Gobierno. De esta manera, se reconocía una tradición de siglos y se ponía de relieve la importante labor de estos artesanos. «Este gremio aglutina toda una historia de más de seis siglos en los que todos los oficios relacionados con el arte sacro se han mantenido de manera ininterrumpida», reconociendo la labor de «bordadores, imagineros, pintores, restauradores, tallistas, doradores, pasamaneros y cordoneros».
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