Entrevista

Dani del Toro: «El estereotipo es un huevo sin sal, no tiene gracia»

En su libro «Food Fast» descubre las claves para cocinar bien y recomienda «informarse y formarse para poder leer una etiqueta con garantías»

El cocinero y comunicador Dani del Toro
El cocinero y comunicador Dani del ToroLa RazónLa Razón

Dani del Toro acaba de publicar «Food Fast» (Almuzara), con cuarenta y cinco recetas para desmontar el mito de la «comida basura». Informático con veinte años de profesión, el hoy comunicador con «estrella» nos ofrece soluciones culinarias para que el tiempo no nos coma. Masterchef lo lanzó al estrellato y las redes sociales lo hacen un tipo cercano, próximo y amigable, de los que te sale solo invitarle a sentarse en nuestra mesa. Buen provecho.

¿En qué se parece un teclado de ordenador a una sartén?

Que los dos se cogen con la mano (risas), tienes que ponerle cabeza y no cometer errores de cálculo.

Antes comías de la informática y ahora con las redes sociales «comes» y enseñas a comer.

Pero siempre decía que era un puente para ganar dinero y montar algo relacionado con la cocina. Tuvieron que pasar veinte años para medir capacidades con otra matemática, «la que admita» la comida; crear programas con otra química, más relacionada con la comunicación que es harina de otro software. Dejar el orden y comando, por la comanda.

¿Eres de los que va a un karaoke y canta aquello de no estamos locos que sabemos lo que comemos?

O estamos tan locos que no sabemos lo que comemos. Comprar productos del día no garantiza que sean frescos. Por ejemplo, soy muy fan de los ultracongelados. La industria alimentaria hoy ya te da muchas posibilidades. Pero hay que informarse y formarse para poder leer una etiqueta con garantías.

El problema es que no tenemos tiempo ni de mirarnos la cara, salvo en una pantalla. Y la cocina al final queda para lo último…

Por eso defiendo la fast food, comida rápida y saludable. Que no tiene nada que ver con la comida basura, que si es basura no es comida.

Luego está la «comida a la basura». Tu selección de cuarenta y cinco recetas también saben a desperdicio cero.

Vengo de una regeneración en la que mi abuela me decía que no se tiraba nada. Por eso mi cocina es de desperdicio cero, de aprovechamiento total. Compramos y tiramos más de la cuenta. Hay que comer con cálculo y conciencia.

En este sentido, estamos viendo guerras donde el arma es el hambre. Hay quien se empeña en hacer bueno lo de «hambre que espera hambruna no es hambre ninguna».

No somos conscientes de lo que tenemos ni miedo a lo que podemos perder. Es terrible lo que ha pasado con la ONG de José Andrés, por ejemplo. Nadie debería pasar hambre ni morir por dar de comer a quien lo necesita.

Deberíamos aprender. Es una gran verdad. Por otra parte, ¿Qué aprendiste de ese máster que te visualizó como chef?

Fue un cambio vital. Descubrí en mi un talento para comunicar, una pasión por contar historias. Otra cosa que aprendí fue a dejar que me lo reconozcan. No dejarme vencer por la falsa modestia y el estereotipo, que es como un nuevo sin sal, no tiene gracia ninguna. Los estereotipos son recetas de mal gusto, que no hacen buenos platos.

También hay mucho «gastropostureo». Como último ejemplo Masterchef, una «cena a la última» bajo un trono (paso en Sevilla) de Semana Santa.

La necesidad de llamar la atención y diferenciarnos, de la audiencia del todo por el todo, lleva al exceso.

Igual un día viendo tu Sevilla te encuentras a Pepe en la sala VAR…

O en la sopa (risas). Pero hay algo que yo sí he hecho y él no ha llegado, a cocinar en césped del Sánchez Pizjuán.

No le des ideas que igual estrena el Bernabéu, con eso de que el césped se levanta…. Pero vamos que me suena el reloj como en el programa. ¿Qué receta recomiendas para feria?

No inventemos, un Serranito de toda la vida. Por un lado, los hidratos del pan, el lomito tiene las proteínas, las verduras, o sea lo tienes todo con el pimiento. Entonces mientras que planchea el lomito, poner el pan a calentar y pimiento también plancheado. Haces un huevo o una tortillita rápida. Y pum pum.

¿Y para El Rocío?

Habas enzapatadas. Con vino del Condado.

Poderío.