Dolor

Entre la consternación y la rabia, Íllora sigue «en estado de shock»

Varias asociaciones gitanas presentan denuncias por «delitos de odio» y «vulneración de derechos» en el municipio granadino tras la muerte violenta del joven de 19 años

«Insoportable» es la palabra que mejor define el dolor que sienten los padres y vecinos de la localidad granadina de Íllora tras la muerte violenta de Juan T.C durante las fiestas patronales, hechos por los que hay un detenido de 23 años. Así, entre la consternación y la rabia y, en el marco de una ceremonia «muy emotiva», según las palabras del alcalde de Íllora, Antonio Salazar, todo el pueblo despidió al joven de 19 años en la Iglesia de la Encarnación, en donde no faltaron palabras de recuerdo y llamamientos a «mantener la calma» en estos duros momentos.

A raíz de estos acontecimientos, un grupo de vecinos del pueblo llevaron a cabo una concentración de repulsa convocada frente al Ayuntamientoy marcharon hacia viviendas de familiares del ahora detenido –que se le identificó como huido junto con un hermano– causando daños y volcando coches. Ante estos hechos, la Guardia Civil tuvo que desplegar un dispositivo especial en el entorno de las viviendas de los familiares de los detenidos, si bien ya retiró efectivos, aunque mantiene la vigilancia.

Al respecto, la Benemérita indicó que lo prioritario es la investigación sobre el presunto homicidio, por el que permanece en los calabozos de la Comandancia de Granada el detenido, quien se entregaba y que pasará a partir de este jueves a disposición del juez.

Según la subdelegada del Gobierno en Granada, Inmaculada López, «estamos en unos momentos todavía sensibles» y, como suele habitual en estos casos, se está «protegiendo» las zonas que puedan ser más conflictivas, si bien se confía en que se llegue a un clima de «tranquilidad» en el pueblo. En esta línea, explicó que hay una investigación en curso por los altercados ocurridos y que «la Guardia Civil estuvo haciendo identificaciones y abrirá esas diligencias también en su momento».

Ante esta circunstancia y tras el revuelo que se ha montado en el municipio, la Junta de Andalucía hizo un llamamiento a la calma. Así, el presidente autonómico, Juanma Moreno, se unió «al dolor de Íllora» y pidió «cabeza fría» mientras que «las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado trabajan para que haya justicia». En un mensaje en Twitter, Moreno señalaba: «Todo el pueblo quería a Juan y perder a un hijo así tiene que ser insoportable», por lo que le envió «el abrazo de Andalucía a sus padres, amigos y toda su familia».

Por su parte, el consejero de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa, Antonio Sanz, hizo un llamamiento al «respeto y a la convivencia» y pidió que «se llegue hasta el final» en la investigación de los hechos. En esta línea, Sanz abogó por «depurar las responsabilidades» y que pague «quien haya sido autor de una agresión de este tipo», que merece «la repulsa de toda la sociedad y, desde luego, desde la Junta de Andalucía así lo manifestamos»; al tiempo que expresó también su rechazo a «cualquier tipo de agresión».

De otro lado, varias asociaciones gitanas rechazaron los altercados y agresiones cometidas tras la muerte del joven y presentaron denuncias por «vulneración de derechos», una de ellas contra el alcalde de la localidad, quien negó haber hecho unas declaraciones que para el colectivo podrían ser una supuesta «incitación al odio».

«Un atentado de odio racista»

Según la Sociedad Gitana Española, se trata de «un atentado de odio racista contra familias gitanas que se han visto obligadas a marcharse por miedo a ser víctimas de asesinatos en tal municipio incluido niños menores de edad y personas mayores que nada tienen que ver con el delito que ha cometido una persona con nombres y apellidos», de forma que pidieron la detención del alcalde «de forma inmediata».

Asimismo, se presentó otra denuncia contra las administraciones públicas y cuerpos de seguridad por supuestamente permitir una «manifestación ilegal» contra dichas viviendas; al igual que la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas Fakali denunció a la Fiscalía Provincial de Delitos de Odio de Granada para que iniciasen las investigaciones para dirimir posibles responsabilidades penales.

Por desgracia, «llueve sobre mojado» y estos hechos no son aislados. Hace un mes también hubo un caso similar en el municipio jienense de Peal del Becerro, donde hubo altercados y denuncias tras la muerte violenta de un joven a las puertas de un local de ocio donde trabajaba. Cabe recordar que estos incidentes tienen dos precedentes en la provincia jiennense, cuando en 1986 payos incendiaron viviendas de vecinos calés en Martos y, en 1991, tras otro homicidio, la comunidad gitana tuvo que escapar de Mancha Real.