Economía

El índice de miseria de Andalucía se mantiene por debajo del crack del ladrillo

En un ejercicio se ha reducido casi 0,7 puntos a pesar del aumento de la inflación, con el diferencial del paro respecto a la media nacional en cifras mínimas desde 2007

Una oficina del Servicio Andaluz de Empleo
Una oficina del Servicio Andaluz de EmpleoLa Razón

El índice de miseria proviene de un estudio del economista Arthur Okun y se creó en los años 70 del pasado siglo para medir la evolución de la pobreza de las familias sumando tasa de inflación y paro. Andalucía en la actualidad tiene una tasa de desempleo del 19% y el IPC en la comunidad está en un 6,3%, por lo que el índice de miseria andaluz se sitúa en 25,3 puntos. A finales de 2021, la tasa era de 25,98 puntos, por lo que en un año se ha reducido casi 0,7 puntos. Andalucía ha conseguido bajar por debajo de los 30 puntos con Juanma Moreno. El caso andaluz es especialmente significativo, ya que este índice creció en la comunidad 13,2 puntos porcentuales desde diciembre de 2007. Durante la crisis del ladrillo, Andalucía superó el millón de parados con una tasa de desempleo del 27,2%. Entonces, la inflación estaba en un 3,2%, por lo que el índice de miseria superó los 30 puntos. La gran diferencia entre la crisis postcovid unida a la guerra ucraniana y el crack del ladrillo es que los precios duplican los del período comprendido entre 2008-2012 por la subida de los costes energéticos y de las hipotecas para moderar el consumo y atajar la inflación. Los alimentos empezaron el año disparados al 16,4% en Andalucía.

La tercera variante económica, el precio de los suministros, resulta clave para entender la preocupación política ante la situación. Los andaluces gastan cerca de 140 euros de media al mes en agua, luz y gas, según el barómetro Junkers. Según datos de Save The Children, en Andalucía los costes de la crianza han subido un 0,5% menos que la media nacional, un 14% . El número de meses con una inflación por encima del 2% es el más elevado desde 2010. Este panorama, de hecho, fue el que llevó al presidente de la Junta, Juanma Moreno, al adelanto electoral con el fin de contar con un Presupuesto aprobado para afrontar la situación.

Antes del crack del ladrillo, la economía andaluza ha vivido otras situaciones comprometidas. A fecha de noviembre de 1984, el paro andaluz superaba las 500.000 personas y la tasa de desempleo era del 28%. El IPC acabó en un 9% aunque el incremento medio anual fue del 11%, según el estudio «La economía andaluza en 1984» del que fuera jefe del Servicio de Estadística de la Consejería de Economía e Industria de la Junta Armando de la Torre y del Río. El índice de miseria, por tanto, estaba entre los 37 y los 39 puntos. La inflación años antes ya llegó también al 28% y fue uno de los motivos que le acabó costando la Presidencia del Gobierno a Adolfo Suárez. El paro andaluz en 1977 rondaba el 8%, lo que situaba la tasa de miseria en 36 puntos. En la actualidad, la tasa de paro ha descendido en Andalucía al nivel más bajo desde 2008, situándose en un 19%. El diferencial de la tasa de paro también se encuentra en cifras mínimas (6,1 puntos) desde 2007. En 2018, cuando Juanma Moreno asumió la Presidencia de la Junta, era de 7,7 puntos.

El propio Moreno ha situado el desempleo como su principal preocupación, por delante de las dificultades sanitarias. Aunque el paro en Andalucía tras la pandemia ha vuelto a niveles precrisis y lejos de porcentajes difícilmente soportables para la economía, la inflación unida a una tasa estructural de desempleo por encima de los dos dígitos más la sequía condicionan necesariamente la economía andaluza. Esta situación llevó incluso al presidente de la Junta a mostrarse a favor de limitar las hipotecas. Moreno es «partidario de un control» que permita que «las hipotecas no suban más, porque todo lo que son créditos, hipotecas, al final penaliza a las clases medias, a todos los que estamos pagando hipotecas y también a las propias empresas que tienen créditos, al tejido empresarial». La consejera de Economía, Carolina España, defendió en comisión parlamentaria que la Junta ayuda a paliar la escalada del IPC y el Euribor bajando impuestos.

Según Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, este «episodio inflacionista» es «de una magnitud que no se veía desde 1977». Desde entonces, en gran medida por la llamada «excepción ibérica», en los últimos meses se ha controlado el alza. El 40% de la inflación europea y española «tienen un origen en el componente energético» y el Banco Central Europeo no podrá controlarla a corto plazo, señaló el presidente del Banco de España. El 30% de la inflación tiene su origen en el aumento de los precios de los alimentos.

El índice de miseria mide la posibilidad de acceso al mercado laboral y el coste de vida pero hay otros indicadores. Según la tasa Arope, en torno al 38% de la población residente en Andalucía estaba en riesgo de pobreza o exclusión social. Más de 160.000 andaluces han pedido la ayuda para colectivos vulnerables, de las 570.000 solicitudes en toda España.

Según los datos de la Contabilidad Trimestral de Andalucía publicados por el IECA, la comunidad creció (0,2%) en la misma medida que el conjunto de España y el doble que la eurozona. La industria, la construcción y, sobre todo, el sector servicios crecieron en 2022 en Andalucía un 3,4% interanual en el cuarto trimestre, mientras que en España lo hicieron un 3,1%. Andalucía está más cerca (-0,4%) que España (-0,9%) de alcanzar el nivel de PIB del cuarto trimestre de 2019, antes de la pandemia. El PIB de 2022 alcanzó los 189.878 millones.