Agua

Málaga salva el verano turístico con la relajación de restricciones

El máximo por persona y día pasa de 160 a 200 litros y se rebaja a la mitad la limitación al regadío

Varios turistas en la playa de la Malagueta, aprovechando las buenas temperaturas
Varios turistas en la playa de la Malagueta, aprovechando las buenas temperaturasEPEP

Los pantanos andaluces están al 42,79% de su capacidad tras la incesante lluvia caída en Semana Santa y las escorrentías contabilizadas. La cantidad de agua embalsada en la comunidad autónoma asciende a 5.120 hm3, lo que supone un aumento de 339 hm3 en una semana. La situación ha mejorado significativamente y los comités de sequía ya están abriendo la mano, tanto al consumo como al regadío. En el caso concreto de Málaga, la provincia, y especialmente la Costa del Sol, encaran el verano con optimismo, puesto que el comité decidió relajar las restricciones un 25% hasta octubre en las cuencas mediterráneas.

De esta manera, se salvaría la temporada turística, una época en la que se multiplica el consumo por el aluvión de turistas y el llenado de piscinas en urbanizaciones y hoteles. Existía mucho temor en el sector por las consecuencias de las restricciones. Incluso los establecimientos hoteleros barajaban almacenar agua en depósitos y aljibes para garantizar el consumo a sus huéspedes. Ya no serán necesarios los planes de contingencia que se estaban preparando.

En concreto, se acordó subir la aportación de abastecimiento de 160 a 200 litros por habitante y día en los sistemas de la Costa del Sol Occidental, Guadalhorce-Limonero y Axarquía-Viñuela. La Junta de Andalucía será la encargada de medir este volumen a la entrada de los depósitos de cabecera municipales o en las tomas de red colectiva y de su control, teniendo capacidad para adoptar las medidas de limitación en caso de superación.

En cuanto al regadío, se acordó aplicar una subida a la zona regable de la comarca malagueña del Guadalhorce de hasta 6 hm3. En la comarca de la Axarquía se producirá un incremento de las aguas regeneradas, que los agricultores pueden aprovechar para el riego de sus cultivos debido al aumento de las aportaciones de abastecimiento.

El grifo se abrirá paulatinamente al sector agrícola, en jaque por la galopante sequía y la permanente crisis de precios. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) decidirá hoy en la comisión de desembalse las dotaciones de riego en los diferentes cultivos para la campaña de este año, en un escenario que presenta «mejoras» respecto a la campaña de 2023, con restricciones de más del 80%. Este año se trabaja para que las limitaciones se sitúen en torno al 40%.

Sin embargo, no hay que lanzar las campanas al vuelo porque las precipitaciones cayeron de forma irregular en la región. Las organizaciones que forman parte de la mesa social del agua alertaron, precisamente, del exceso de euforia. Aunque reconoció que estas lluvias han traído un cierto alivio a la grave situación de sequía que atraviesa Andalucía, el agua no se distribuyó de manera uniforme por todo el territorio, por lo que exigió planes especiales de sequía.

En las cuencas del Tinto-Odiel-Piedras y del Guadalquivir, sobre todo en la primera, que afecta a la provincia de Huelva, las lluvias fueron abundantes dando lugar a una recuperación significativa de los recursos embalsados. Por contra, en la cuenca del Guadalete-Barbate y en las cuencas mediterráneas andaluzas la precipitación fue menor, muy reducida en las zonas más orientales, de manera que las provincias de Cádiz, Málaga, el litoral granadino y Almería no han mejorado e incluso están en peor situación que el año pasado por estas mismas fechas. El colectivo recordó que las lluvias no han resuelto la propia situación de sequía y «todavía no se ha compensado el déficit de precipitación acumulado».