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Agua

La mayor dotación de riego desde 2017 en la cuenca del Guadalquivir

Las lluvias de marzo y abril desbloquean 5.500 metros cúbicos, el 91,6% del cupo máximo establecido

Un arrozal en la localidad sevillana de la Puebla del Río, una zona donde abunda este cultivo EPEP

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) abre el grifo al regadío tras las últimas lluvias. El organismo aprobó ayer un desembalse de 1.200 hm3 para el riego en el Sistema de Regulación General (SRG) durante la campaña 2025, que se extenderá desde el 1 de mayo al 30 de septiembre. En función de las precipitaciones de los meses de septiembre y octubre, se podrá autorizar además un desembalse complementario de hasta 50 hm3 para completar el desarrollo de los cultivos de otoño durante el mes de octubre.

La CHG también acordó una dotación del 91,6% de las concesiones para los cultivos con mayores asignaciones de agua, que tendrán así un máximo de 5.500 m3 por hectárea para una dotación de 6.000 m3/ha.

Esto último significa un aumento de 24,6 puntos porcentuales en las dotaciones respecto a las dotaciones máximas del año pasado, que fueron del 67%, lo que la convierte en la campaña de riego «con mejores dotaciones desde el año 2017». El resto de dotaciones del Sistema de Regulación General dispondrá de su dotación concesional o plena.

Para el riego del arroz, se aprobó un volumen máximo a desembalsar de 363 hm3, correspondiente al 91,6% de su dotación máxima y que se incluye en el volumen total a desembalsar de 1.200 hm3, lo que se produce tras unos años difíciles en los que en 2022 se sembró sólo un 30%, en 2023 no se pudo cultivar por resultar incompatible la dotación autorizada con el cultivo y en 2024 se hizo en un 67%. Asimismo, el pleno de la Comisión de Desembalse de la CHG autorizó un total de 25 hm3 de agua para los riegos extraordinarios del olivar, resto de arboleda y otros cultivos.

En cuanto al abastecimiento, el presidente de la CHG, Joaquín Páez, destacó que los recursos para la población que depende de los embalses de la cuenca del Guadalquivir están garantizados como mínimo para más de tres años en todos los casos. Este organismo cuenta además con un plan alternativo al agua de los embalses, a través principalmente de captaciones en los ríos Guadalquivir y Genil y de pozos de emergencia, «para ampliar aún más en el tiempo esta seguridad hídrica si hiciera falta», según la entidad. Las últimas lluvias, especialmente las del mes de marzo, han propiciado esta situación de bonanza tanto para el consumo humano como para el riego agrícola.

Respecto al resto de los sistemas de explotación con regadío asociado, se acordaron dotaciones que oscilan desde los 750 m3/ha hasta los 5.700 m3/ha, dependiendo de los volúmenes almacenados en cada uno de ellos. Las zonas regables de la provincia de Granada son las que tienen mayores restricciones «al no haber mejorado en la misma proporción la situación de las reservas hídricas en esos sistemas por falta de precipitaciones».

En cuanto a la situación hidrológica actual, la cuenca está al 61% de su capacidad, con 4.911 hm3 de agua embalsados, lo que supone un incremento de 1.112 hm3 respecto al año pasado y se sitúa prácticamente en el mismo nivel que la media histórica de los últimos 25 años (60,6%). Por su parte, el Sistema de Regulación General almacena 2.922 hm3, el 51,7% de su capacidad, 610 hm3 más que en 2024 por estas mismas fechas, aunque con un déficit de 5 puntos porcentuales sobre el promedio histórico (56,6%).

Joaquín Páez subrayó que se trata de unas dotaciones bastante buenas «que se merecían los usuarios y el sector agrícola del Guadalquivir después de años difíciles», aunque se sigue en sequía, en situación de Prealerta en el Sistema de Regulación General. Desde la Confederación se hizo así durante el pleno un llamamiento a un uso eficiente de los recursos por parte de los regantes.