Transporte
Los retrasos y la saturación ponen al Cercanías de Málaga al límite
«En vagones de 113 plazas se agolpan 150 personas a diario», denuncian los usuarios
Vagones saturados, retrasos, usuarios obligados a bajarse en una estación y montarse en otro tren para regular el servicio, parones en los tramos de vías únicas... Son algunas de las constantes incidencias del Cercanías de Málaga, especialmente de la línea C1 que conecta el centro de la ciudad con Fuengirola. Un tramo que concentra una población muy densa de ciudadanos, que usan este medio de transporte para ir a trabajar, y de turistas, puesto que tiene parada en el aeropuerto y enlaza con lugares tan turísticos como Torremolinos, Benalmádena o Fuengirola. Las limitaciones que sufrió el servicio durante la pandemia se han ido prolongando hasta la actualidad, pero la gota que ha colmado el vaso es la puesta en marcha del abono gratuito del Gobierno, que ha provocado una masiva afluencia que ha conducido al colapso.
Así lo asegura a LA RAZÓN Jesús Martín, portavoz de la Plataforma por las Infraestructuras de Málaga, quien apunta que hasta 2022 la línea venía soportando en torno a 10 millones de viajeros al año, pero desde entonces la cifra se ha multiplicado. Los miembros de la plataforma han hecho verificaciones «in situ» con un resultado preocupante. Cada vagón dispone de 113 plazas y en algunos momentos la saturación es tal que llegan a albergar 150 personas. «Esto implica que cuando se hace la subida y la bajada se produce una demora. Si lo normal son 20 ó 30 segundos el tiempo se eleva a casi 40», apunta Martín, quien asegura que no puede haber más frecuencia porque hay muchos tramos de vía única. «La línea no tiene más capacidad. Ha habido alguna remodelación puntual en Torremolinos y Benalmádena, pero la infraestructura no está actualizada al 100%, no hay inversión». Esta escena se repite diariamente, con el consecuente enfado de los usuarios: el tren sale de Fuengirola y, debido al tiempo invertido en las paradas, los viajeros se tienen que bajar en Benalmádena y esperar al siguiente tren para regular el servicio. «Hay gente que se plantea no usar el Cercanías porque no tienen la seguridad de que van a llegar a tiempo».
Una aspiración de la sociedad civil malagueña y de los alcaldes de la Costa del Sol es que el Cercanías se alargue hasta Marbella, dando servicio así a una de las ciudades con más potencial turístico. «El tren debe llegar a Marbella porque es una zona muy poblada. No es solo la ciudad, sino San Pedro de Alcántara, Estepona e incluso Manilva, núcleos que concentran más de 150.000 habitantes», sostiene Martín. La plataforma ha hecho un estudio que desaconseja alargar la C1. «Tiene una alta demanda que la convierte en la línea más saturada de España». Los tiempos tampoco cuadran. Actualmente el Cercanías invierte 35 minutos en completar el trayecto Fuengirola-Málaga, mientras que en coche son 25 minutos. De Marbella a Málaga se tarda en coche 45 minutos y con una hipotética ampliación de la C1 se invertiría una hora y cuarto. «Esto no es competitivo».
La Plataforma por las Infraestructuras de Málaga propone una nueva línea por el interior hasta Marbella que pase por Alhaurín el Grande y Coín, adaptada a la alta velocidad. Las alternativas son varias: que el trazado pase por Monda y también en paralelo a la A7. «Ampliar la actual C1 implica diez años de obras», apunta Martín, quien recuerda que Alhaurín del Grande es uno de los municipios malagueños que más está creciendo, por lo que la propuesta de la plataforma daría servicio a este núcleo de población.
¿La batalla política entre partidos está lastrando a este medio de transporte? «Nos parece triste que se utilice el tren o las infraestructuras para acusar a un partido u otro», asegura Martín, quien lamenta que «el PP critica al PSOE por el estado del Cercanías y el PSOE al PP por el metro». En este sentido, apuesta por hacer un frente común para mejorar el Cercanías, una reclamación que ya expresan los alcaldes de la Costa del Sol. «En Sevilla se han puesto de acuerdo Ayuntamiento, Junta y Gobierno para hacer una nueva línea del metro, eso debería ocurrir en todos sitios».
El «marrón» de la competencia autonómica
El pacto entre ERC y el PSOE para investir a Pedro Sánchez incluye el traspaso de la gestión de los Rodalies a Cataluña. La posibilidad de que la Junta de Andalucía asuma la gestión de los Cercanías plantea ahora mismo más dudas que certezas. A juicio de la Plataforma por las Infraestructuras de Málaga, se trata de un «marrón» porque este servicio es deficitario. «En Málaga es rentable porque el 75% de los costes se cubren con los ingresos, pero en Madrid llega al 69% y en Cataluña al 40». Sí sería viable el traspaso si se acompaña de más fondos que compensen las pérdidas.
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