"El bloc"

A todo tren

"Ni siquiera el conato de liberalización de la alta velocidad, en vías de extinción el medieval monopolio de Renfe, ha impulsado esta imprescindible medida para la vertebración regional"

El presidente de la Junta, Juanma Moreno dirige unas palabras al público asistente en el acto oficial de apertura del servicio directo de AVE entre Málaga y Granada. Álex Cámara / Europa Press
El presidente de la Junta, Juanma Moreno dirige unas palabras al público asistente en el acto oficial de apertura del servicio directo de AVE entre Málaga y Granada. Álex Cámara / Europa PressÁlex CámaraEuropa Press

Excedidos los treinta años de la implantación del AVE en España y Andalucía, todavía padecemos el sindiós de tardar menos en llegar en ferrocarril a Madrid desde Málaga o Sevilla que viajar entre las dos principales ciudades andaluzas. Ni siquiera el conato de liberalización de la alta velocidad, en vías de extinción el medieval monopolio de Renfe, ha impulsado esta imprescindible medida para la vertebración regional. (Ni ganas de vertebrarnos, parecen escucharse las voces espectrales de generaciones de sevillíes recalcitrantes y malaguitas cerriles). Juanma Moreno, malagueño en el padrón sevillano, ha anunciado una multimillonaria inversión para poner en marcha esta línea que, lejos de mitigar, ha exacerbado la animosidad entre los habitantes de la autonomía, pues ahora se agrega a la tradicional acusación de jacobinismo hispalense una explicable sensación de agravio ante esta suerte de bilocación centralista. En materia ferroviaria, desde luego, las provincias extremas del Oriente y del Occidente tienen motivos para sentirse maltratadas; por no hablar de otras localidades de enorme peso, como Granada y Algeciras, a las que se llega más cómodamente sobre carreta de bueyes que en tren. «La Junta entiende perfectamente la reclamación de Huelva, la comparte y va a luchar para que tenga, junto con Almería, una conexión digna», tuvo que decir el presidente a modo de quite del perdón porque las próximas elecciones aquí son municipales y no es cuestión de encabritar al cuerpo electoral de las provincias ulteriores, que hay diputaciones en liza: con las cosas de comer no se juega. El político en (pre)campaña, amigos, promete sin tasa. Pero hasta para engatusar hay que ser hábil porque ciertos votantes, ay, son celosos como folklóricas.