Medioambiente

La Unesco también da un ultimátum a Doñana

Estudia si incluir este Espacio Natural en la Lista de Patrimonio en Peligro si la situación de deterioro persiste e insta al Gobierno a tomar medidas

Humedales de Doñana
Humedales de DoñanaReal Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Foto: Miguel Delibes

Ya lo advirtió la semana pasada la Estación Biológica de Doñana-CSIC: pese a las intensas lluvias registradas durante el primer trimestre del año, este espacio natural aún sigue en riesgo y su aparente recuperación es un espejismo. Y en ello ha vuelto incidir la Organización de las Naciones Unidas para la Educación de la Ciencia y la Cultura (Unesco), el organismo que declaró este gran humedal mediterráneo Reserva de la Biosfera en los años 80.

En la 47 sesión del Comité Intergubernamental para la Protección del Patrimonio Mundial, que se celebra estos días en París, la Unesco, ha advertido que Doñana podría pasar a la Lista del Patrimonio en Peligro y, por ello, insta a España a tomar medidas. Según expone el Comité en su borrador, cuyo texto final se aprobará mañana, se observa «con mucha preocupación» como tres de las cinco masas de aguas subterráneas del acuífero «siguen en mal estado cuantitativo debido a su continúa sobreexplotación».

A simple vista, Doñana parece haber resucitado de un estado casi comatoso producido por la falta de precipitaciones, las extracciones de agua para el regadío intensivo y los efectos del turismo en la zona de Matalascañas. Según datos de la Estación Biológica de Doñana-CSIC, con 287,8 mm de precipitación, este marzo se ha convertido en el más lluvioso desde los años 70. En apenas algo más de mes y medio la marisma pasó de un nivel de inundación del 7,9% al 97,4%, un porcentaje de superficie inundada que no se alcanzaba desde 2010. Pero la realidad que esconden sus acuíferos es otra: aunque ha llovido mucho esta primavera, no ha sido suficiente para recargar la gran masa de agua subterránea de Doñana, de casi 2.600 kilómetros cuadrados, que se extiende más allá de esta Reserva de la Biosfera.

Como explica el catedrático del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Huelva, Manuel Olías, el acuífero de Doñana está dividido en seis masas de agua, de las que cinco (Almonte, La Rocina, Manto Eólico Litoral, Marismas, Marismas Doñana) dependen de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y una sexta, Condado, –que a veces no se tiene en cuenta porque se cree que no influye en el Espacio Natural–, de la demarcación Tinto-Odiel-Piedra. De ellas, actualmente, están declaradas en mal estado cuantitativo, por sobreexplotación, las masas de Rocina, Almonte y Marismas. Y en mal estado químico, por contaminación, Rocina y Condado.

No solo eso, según un estudio publicado recientemente por Olías, se ha descubierto que la masa del Condado está restando agua que debería estar llegando al área protegida debido a la formación de un «gran cono de depresión». Por ello, el investigador advierte que la «situación es más grave de la que se pensaba» y que, aunque los años posteriores también sean húmedos, no será tan fácil recuperar la gran masa de agua subterránea.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, el informe del comité de la Unesco, ha instado a España a que desarrolle de manera urgente medidas relacionadas con la «evaluación de las tasas de recarga de las aguas subterráneas y el establecimiento de umbrales de extracción exigibles y sostenibles» en base a un modelo hidrogeológico funcional y público que ya debería estar a punto. Además, ha incidido en que deben aplicarse «plenamente» las recomendaciones de la misión de Unesco, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y Ramsar de 2020. Entre ellas se encuentran la implementación urgente por parte de la Junta de Andalucía del Plan Especial de Ordenación de las Zonas de Regadío ubicadas al norte de la Corona Forestal de Doñana y la redacción de un Programa de Adaptación al Cambio Climático de Doñana.

Cabe recordar que la UICN excluyó en 2023 de su lista verde a Doñana debido a su mal estado de conservación y que debe decidir en lo que resta de 2025 si vuelve a ser admitida.

En este sentido, la Consejería de Sostenibilidad y Medioambiente de la Junta de Andalucía mantiene reuniones constantes con la UICN, pero no se han cumplido las previsiones del Gobierno andaluz. A finales de marzo la consejera de Sostenibilidad, Catalina García, aseguró en una intervención parlamentaria, que «confiamos en que en este primer semestre de 2025, Doñana reciba el visto bueno para volver a participar y entrar en la lista verde de la UICN». Las previsiones iniciales es que la certificación se consiguiera este mismo verano, pero todo hace indicar que se postergará unos meses más.

Lo último que se sabe, y que trasladó la consejera de Sostenibilidad a los medios, es que «la última reunión de coordinación entre los técnicos de Doñana y los técnicos del organismo se produjo en noviembre pasado y para nosotros con resultados muy alentadores. El ritmo de evaluación no lo marcamos nosotros, lo marca la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, pero por nuestra parte se ha remitido toda la información que nos han pedido y entendemos que tras el análisis de la documentación se producirá la visita».