Elecciones municipales

Votos sin fe en Melilla

La polémica del voto por correo resta entusiasmo a los electores, mientras siguen las acusaciones cruzadas de compra de sufragios

El pasado 23 de mayo se llevaron a cabo varias detenciones en Melilla por presunto fraude electoral
Dos agentes de la Policía Nacional en la puerta de un domicilioIlies AmarEuropa Press

José Ramón Ponce

Alrededor de 20 personas aguardaban a las nueve de la mañana la apertura del colegio electoral del centro asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en el centro de Melilla. Tras depositar su papeleta, Cristina Sancho-Miñano reconocía que había votado “porque es obligación y, porque, si no, no te puedes quejar”. Sin embargo, no tenía mucha fe en que sirviera para algo.

La petición de una agente de Policía de salir fuera del recinto para entrevistar a los votantes animó a este periodista a marchar rumbo a su siguiente destino, el colegio León Solá, donde tenía previsto ejercer, a media mañana, su derecho al voto la candidata de Coalición por Melilla, Dunia Almansouri.

Por la calle Poeta Zorilla, Fernando Cabo iba caminando solo y pensativo. Confiaba en que no sucediera nada extraño en la jornada. “Ojalá” fue su palabra exacta. Para él, lo de la “fiesta de la democracia”, al menos en Melilla, es “un poco mentira”. Además, aseguró que lo que le preocupaba realmente es lo poco que se había hablado “de que ha sido Marruecos el que ha intentado boicotear las elecciones” y de que el Rey Mohamed VI había vuelto a hablar, una vez más, de la “ocupación” de Ceuta y Melilla. Pese a todo, se dirigía a la UNED.

El día había amanecido nublado y ventoso, pero, al menos, no era como la mañana del sábado, cuando cayeron 37 litros por metro cuadrado en media hora. Andando en la Carretera de Hidum, una mujer mayor muy amable llamada Fatma Mohamed iba al encuentro de su hija para votar también en el centro universitario. Ambas viven juntas en el centro e iba a consultar con ella cuál era la mejor opción.

En el colegio León Solá, Jasmina Ahmed estaba contenta por la masiva presencia policial en las calles para vigilar el voto libre, después de todas las acusaciones que ha habido respecto a la supuesta compra de sufragios por correo. Allí había media docena de agentes entre la Policía Nacional y la Policía Local. Igualmente, Ali Mehand, quien ejercía por primera vez su derecho al voto, alabó la vigilancia policial. José Muñoz y Anisa Bagdad también confiaban en que la jornada transcurriera con normalidad. De similar opinión era Abdelkader Ahmed, quien, acompañado por su mujer, desveló que, ya que no lo convencía ninguna candidatura, había votado en blanco. Mohamed Mohamed, por su parte, aseveró que se había sentido “muy tranquilo y con mucha seguridad”.

En principio, pues, la situación estaba tranquila. Así lo creía el conserje del centro, Yamal Ahmed, y así lo percibieron también Mash Larusi y Abdelá Mohand.

Benaissa Mohamed no encontraba su nombre. Más tarde, confirmó que había aparecido. Había bastante gente despistada que no sabía exactamente dónde tenían que votar, porque no se les había mandado este año la carta a casa.

Mientras tanto, una chica llamada Marta y que no quiso desvelar su apellido estaba feliz de votar, aunque cauta a la espera de lo que pueda pasar con el voto por correo.

Un voto por correo repetido

Efectivamente, poco duraron la tranquilidad, la paz y la concordia. En este colegio una persona de las que había solicitado el voto por correo volvió a votar. Habían pasado unos minutos desde que su papeleta había sido depositada en la urna y fue entonces cuando, haciendo un recuento, en la mesa se dieron cuenta de ello. Miembros de la Junta Electoral de Zona se trasladaron al lugar para recabar información, pero el hombre ya se había marchado. Lo más probable es que quede anulado el voto que realizó por correo, ya que el de la urna no se puede sacar. Este ciudadano puede ser multado con hasta 5.000 euros.

En efecto, la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, reconoció que había personas que, habiendo solicitado el voto por correo, estaban intentando ejercer su derecho en urna. A todas ellas les recordó que no es posible.

El equívoco en el CEIP León Solá se produjo porque, de los componentes de la mesa electoral, sólo la lista del presidente tenía marcadas las personas que habían solicitado el voto por correo. Después del incidente, hubo un parón para que todos los miembros de la mesa pudieran anotar las personas de la lista que habían pedido el voto por correo y evitar así que volviera a ocurrir este error.

Tras ejercer su derecho en el colegio León Solá, Almansouri, aunque animó a acudir a las urnas a todos los ciudadanos, reiteró que la intención de CpM es impugnar el resultado de las elecciones.

Compra directa de votos

No quedó aquí la polémica. El número 2 de CpM, Rachid Bussian, aseguró que había denunciado ante la Policía que, cerca de allí, en un quiosco del barrio de Las Palmeras, personas relacionadas con el Partido Popular (PP) estaban ofreciendo dinero a cambio del voto directamente en urna en la jornada de ayer. Algunas patrullas se dirigieron a ese lugar.

También un dirigente del PSOE indicó que representantes de CpM estaban yendo puerta a puerta por diversas casas de La Cañada de Hidum ofreciendo también dinero por el voto directo en la urna. El PP habló de un intento masivo de compra de votos a través de un mensaje de WhatsApp por parte de CpM.

Ambos partidos negaron estas acusaciones mutuas

En otros colegios electorales, la situación estuvo más tranquila, pero Unidas Podemos anunció que, en su recorrido por algunos de ellos, se habían percatado de que en algunos faltaban sus papeletas.

Mientras los carteros seguían escoltados por los agentes de Policía, el PP y el partido local Creando Melilla pedían también tranquilidad y el PSOE y otro partido de la ciudad llamado Somos Melilla animaban a los ciudadanos a depositar el voto