Perros

¿Debo darle mis sobras al perro? Pocos lo saben, pero están cometiendo un error peligroso

La alimentación de un perro es un universo de variables: edad, raza, alergias o nivel de actividad son solo algunas de las claves para descifrar la etiqueta del pienso perfecto para nuestro compañero

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Cachorro de perro jugando feliz en el jardínDreamstime

Ante la abrumadora oferta de piensos para perros que inunda el mercado, la recomendación final de los expertos es siempre la misma: consultar con el veterinario. Su criterio profesional es la herramienta más fiable para navegar un universo de opciones y garantizar que cualquier cambio en la dieta del animal responda verdaderamente a sus necesidades, sentando las bases de su bienestar a largo plazo.

Y es que elegir la alimentación adecuada se ha convertido en una decisión cada vez más compleja. No se trata solo de escoger una marca, sino de valorar un conjunto de variables que definen la salud del perro: su edad, el tamaño de su raza, su nivel de actividad física e incluso su historial clínico, que puede incluir alergias o intolerancias alimentarias específicas.

De hecho, la clave para que el propietario pueda tomar una decisión informada reside en aprender a descifrar la etiqueta del producto. La regla de oro es sencilla: el primer ingrediente listado debe ser siempre una proteína animal claramente identificada, como puede ser el pollo, el cordero o el salmón. Este detalle confirma que la base de su nutrición es sólida y apropiada.

El pienso no es universal: edad y tamaño importan

En este sentido, es fundamental comprender que las necesidades nutricionales de un perro evolucionan a lo largo de su vida. Un cachorro en pleno desarrollo, por ejemplo, exige un mayor aporte de proteínas y grasas para fortalecer sus músculos y huesos. Más adelante, un adulto necesita una dieta equilibrada para mantener un peso ideal, mientras que un perro de edad avanzada se beneficiará de fórmulas específicas, a menudo enriquecidas con condroprotectores para cuidar sus articulaciones y diseñadas para ser de fácil digestión. Por ello, entender correctamente en qué etapa se encuentra nuestra mascota es fundamental, y para ello es útil saber que la vieja regla de multiplicar su edad por siete ha quedado obsoleta según los expertos.

Por otro lado, el tamaño de la raza es crucial. Los perros pequeños no solo requieren croquetas adaptadas a sus mandíbulas, sino también una mayor densidad energética en su alimento. En el extremo opuesto, las razas grandes precisan piensos que ofrezcan un buen soporte a su estructura ósea y un control calórico estricto para prevenir la obesidad y otros problemas derivados del sobrepeso.

Asimismo, un producto de calidad se distingue tanto por lo que contiene como por lo que evita. Es primordial descartar aquellos piensos cuya fórmula se basa en ingredientes de escaso valor nutritivo, como grandes cantidades de maíz, trigo o soja, que actúan como rellenos. También conviene huir de conservantes y colorantes artificiales. Del mismo modo, es importante conocer qué alimentos de consumo humano son seguros para ellos, pues hay dudas comunes sobre si, por ejemplo, un perro puede comer pasta de forma ocasional y bajo qué condiciones.

En definitiva, optar por un pienso con ingredientes naturales y comprensibles es mucho más que un gasto: es una inversión en su salud. Acertar con la elección se traduce directamente en una mejor calidad de vida para el animal, reforzando su vitalidad y previniendo problemas futuros.