Animales

Descubren que las hormigas son mucho más inteligentes cuando trabajan en equipo: ahora van a replicarlo en robots

Mientras los humanos bajan el rendimiento en equipo, las hormigas tejedoras hacen lo contrario, duplicando su fuerza individual al colaborar...

Colonia de hormigas en un jardín
Colonia de hormigas en un jardínPEXELS (Yaşar Başkurt)

Desde hace tiempo, las hormigas tejedoras (Oecophylla smaragdina), presentes en África tropical, Asia y Australia, han llamado la atención de los entomólogos por su asombrosa capacidad para construir nidos. Son conocidas por su habilidad de tejer estructuras complejas con hojas, empleando la seda de sus propias larvas como aglutinante.

Ahora, una nueva investigación revela que estas pequeñas criaturas no solo son maestras de la arquitectura colectiva, sino que también poseen una habilidad excepcional para el trabajo en equipo a la hora de aplicar fuerza. Contrario a la expectativa común de que la contribución individual disminuye en grupos grandes, estas hormigas incrementan su fuerza individual a medida que el equipo crece, lo que subvierte los principios tradicionales de la dinámica de equipos.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores diseñaron experimentos en los que las colonias de hormigas eran incentivadas a formar cadenas de tracción para mover una hoja artificial conectada a un medidor de fuerza. Los datos obtenidos han sido bastante reveladores sobre su sorprendente coordinación y eficiencia.

La mecánica única de la fuerza colectiva en las hormigas

Así las cosas, según informa ScienceDaily, el estudio ha puesto de manifiesto que cada hormiga tejedora casi duplica su fuerza de tracción a medida que el equipo se agranda. Este fenómeno se debe a una particular estrategia cooperativa: algunos individuos tiran activamente, mientras otros, en la parte posterior de la cadena, actúan como anclas, estirando sus cuerpos para resistir y almacenar la fuerza. El Dr. Daniele Carlesso ha bautizado este mecanismo como la 'fuerza de trinquete'.

Asimismo, esta singular mecánica se ve potenciada porque las cadenas más largas de hormigas exhiben mayor agarre en el suelo. Esto les permite contrarrestar con más eficacia la resistencia de la carga, un factor clave para que la contribución individual no solo se mantenga, sino que aumente con el tamaño del grupo. Este hallazgo se opone al conocido "efecto Ringelmann", que describe cómo la productividad individual tiende a decaer en equipos humanos a medida que el número de participantes aumenta, una tendencia observada en la colaboración humana a lo largo de la historia.

Por todo ello, este descubrimiento no es baladí. Los científicos, entre ellos el Dr. Chris Reid, de la Universidad de Macquarie, sugieren que la comprensión profunda de las estrategias cooperativas de estas hormigas podría abrir nuevas vías de diseño para equipos de robots. Actualmente, los robots, al trabajar en equipo, suelen mantener la misma fuerza individual que si operaran en solitario, lo que limita su eficiencia.

La naturaleza, una vez más, ofrece lecciones valiosas para la ingeniería y el desarrollo tecnológico, demostrando que la sinergia bien aplicada puede romper con los límites conocidos del rendimiento grupal.

En este sentido, la bioinspiración emerge como una herramienta valiosa. Programar robots para que adopten la cooperación inspirada en las hormigas podría permitir a los sistemas autónomos trabajar juntos de forma mucho más eficaz. x