Organismos marinos
Este animal arranca partes del cuerpo de sus enemigos y se los queda: quiere obtener sus poderes
Las letras de mar sorprenden a la ciencia al utilizar cloroplastos de las algas para realizar fotosíntesis y obtener energía del sol
Las letras de mar, o Elysia crispata, han capturado la atención de los científicos tras el descubrimiento de su extraordinaria capacidad para 'robar' partes del cuerpo de sus presas.
Estos curiosos organismos no solo se alimentan de algas, sino que emplean una estrategia ingeniosa que les permite sobrevivir utilizando las estructuras fotosintéticas de sus presas para obtener energía del sol.
Esta compleja interacción se estudia en profundidad en una nueva investigación dirigida por un equipo de biólogos de Harvard que se ha publicado en la revista "Cell" y que recoge ScienceAlert.
Un estudio revela la fascinante capacidad de estos organismos marinos para utilizar los cloroplastos de las algas en su propio beneficio, funcionando como paneles solares
Según los científicos, las letras de mar se alimentan de algas y, en lugar de digerir los cloroplastos, separan estos organismos altamente especializados mediante un proceso que los mantiene funcionales. Al hacerlo, almacenan los cloroplastos en unas estructuras internas denominadas kleptosomas, que se transportan a la superficie de su cuerpo, permitiéndoles así absorber energía solar.
El biólogo celular Corey Allard, uno de los investigadores involucrados en este hallazgo, se mostró asombrado por la capacidad de esta especie: "Este es un organismo que puede robar partes de otros organismos, almacenarlas en sus propias células y utilizarlas", mencionó, calificando el fenómeno como una de las más intrigantes innovaciones biológicas que ha observado.
Los estudios anteriores ya habían indicado que las letras de mar podían captar energía de sus alimentos robados, pero el proceso celular detrás de su asombroso 'robo' de cloroplastos no había quedado claro hasta ahora.
Los investigadores descubrieron que, una vez dentro del cuerpo de la letra de mar, los cloroplastos no son digeridos, sino que se mantienen vivos gracias a la membrana protectora creada en el interior del intestino del animal. Esto no solo confirma la capacidad de la letra de mar para utilizar recursos ajenos de manera eficaz, sino que también proporciona información valiosa sobre la simbiosis entre diferentes organismos.
Las observaciones realizadas sobre los cloroplastos indicaron que, al igual que en su estado original, estos continúan generando proteínas algales. Lo cual sugiere que el metabolismo de las letras de mar está adaptado para coexistir y trabajar en armonía con los cloroplastos que roban.
Además, los biólogos también encontraron que la coloración de estas letras, que varía entre verde y naranja, podría ser un indicador de su salud y alimentación. Slugs bien alimentados suelen ser de color verde, pero pueden volverse naranjas si experimentan falta de alimentos. Esto conlleva a pensar que, en periodos de escasez, las letras podrían recurrir a la digestión de cloroplastos para sobrevivir.
Las investigaciones ponen de relieve la importancia de comprender este tipo de simbiosis, no solo para desentrañar los misterios de organismos como la letra de mar, sino también para desvelar cómo la absorción de células ajenas puede haber desempeñado un papel en la evolución de los organismos a lo largo del tiempo, una teoría que se relaciona con la historia evolutiva de las mitocondrias en células eucariotas.
Este descubrimiento invita a llevar a cabo más investigaciones sobre la vida marina, y también resalta la complejidad de interacciones que puede haber en el mundo natural, revelando que, a veces, en lugar de un simple acto de consumo, puede haber una estrategia de supervivencia elaborada que aprovecha lo mejor de ambos mundos.