Perros

Si a tu perro le obsesiona rodar por el suelo, este es el fascinante motivo

Ese curioso hábito de los perros de revolcarse en el suelo, las alfombras o el césped es más que una simple manía y esconde razones de peso para su bienestar

Un perro junto a una pelota
Un perro junto a una pelota istock

Es una imagen habitual: el perro se lanza al suelo o sobre cualquier superficie, como la alfombra o la hierba, frotándose con energía.

Este comportamiento, que a menudo resulta visualmente llamativo, es, sin embargo, normal. Ivan Petersel, adiestrador canino, lo describe como una "estampida en el salón" o "colisión con los cojines".

Los especialistas subrayan que, aunque nos arranque una sonrisa, esconde múltiples propósitos para la salud y el equilibrio emocional de nuestros compañeros peludos.

Las claves del comportamiento canino

El primer motivo de este comportamiento es el puro disfrute. Revolcarse genera una sensación placentera al liberar sustancias beneficiosas en el cerebro canino, como dopamina y endorfinas. Desde Kinship informan de que esto es similar a cómo los humanos experimentamos alegría. A menudo, es también una invitación lúdica a interactuar con los dueños.

Además, el acto de frotarse posee una función olfativa. Los perros tienen glándulas odoríferas, permitiéndoles dejar su "firma personal" o absorber aromas del entorno. Lorraine Rhoads, de Dogtopia, destaca que esto es común tras el baño para "reafirmar" su olor. Asimismo, actúa como auto-masaje y alivio físico, siendo sumamente reconfortante y ayudando a rascar un picor.

¿Cuándo hay que preocuparse y cómo actuar?

Aunque lo habitual es que este comportamiento sea inocuo, existen situaciones excepcionales que podrían indicar un problema. Si el perro se frota de forma inusual o excesiva, es fundamental descartar una causa médica. Petersel señala síntomas como pulgas, ácaros, infecciones cutáneas o alergias. Rhoads añade que obsesión por frotarse una zona o irritación podrían ser indicios de molestias en las glándulas anales. Se recomienda consultar al veterinario.

Asimismo, se debe intervenir si el perro causa daños al frotarse, como destrozar cojines, descolgar cortinas o extender suciedad. Si la intervención es necesaria, Petersel sugiere una estrategia de "interrupción, redirección y recompensa". El momento clave es justo antes de que el perro comience a frotarse.

La interrupción debe ser calmada y oportuna, buscando desviar su patrón de pensamiento. La redirección ha de ser creativa, ofreciendo alternativas atractivas como un juguete nuevo o una alfombra texturizada. El fin no es suprimir el instinto, sino canalizarlo hacia una salida apropiada, aumentando también el enriquecimiento ambiental. En general, este comportamiento no es motivo de preocupación, es una expresión de alegría. Siempre que el animal no se cause daño, los expertos aconsejan permitirles ese instante de diversión y bienestar.