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Mascotas

¿Por qué tu gato amasa las mantas y ronronea? Pocos lo saben, pero guarda un gran secreto

El amasado y el ronroneo felino: ¿un simple signo de comodidad o un comportamiento con múltiples motivaciones?

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A la vista de cualquier persona con gatos, el comportamiento de amasar con las patas, ya sea sobre una superficie blanda o incluso en el aire, es una escena habitual en el día a día de estos animales. Este gesto rítmico, a menudo acompañado de un ronroneo suave, se observa con frecuencia.

Sin embargo, tras esta aparente simplicidad, se esconde una conducta profundamente arraigada, un instinto ancestral que el gato conserva desde sus primeros días de vida. Lejos de ser un mero capricho, el amasado forma parte de su repertorio natural de acciones.

Además, aunque comúnmente se interpreta como una señal de afecto o un momento de relajación, el amasado va más allá de una simple manifestación de cariño. Este acto revela la compleja interconexión entre las necesidades biológicas, emocionales y de comunicación del felino.

El origen y las múltiples razones del amasado felino

El comportamiento de amasado se origina en la temprana etapa de lactancia de los felinos, donde los gatitos instintivamente lo utilizan para estimular el flujo de leche de su madre. Esta actividad temprana forja una asociación profunda con la nutrición y la calidez, infundiendo una sensación de bienestar y seguridad que los acompaña a lo largo de su vida adulta.

Posteriormente, en la vida adulta, este comportamiento persiste como un mecanismo de confort y autorregulación emocional. Los gatos suelen amasar cuando se sienten relajados o seguros, actuando como un indicador claro de tranquilidad. Del mismo modo, puede emplearse como una estrategia para aliviar el estrés, el miedo o el malestar físico, permitiéndoles canalizar la tensión. El amasado también cumple una función comunicativa vital: a través de las glándulas odoríferas en sus almohadillas, los gatos dejan su aroma, estableciendo una forma sutil de marcado territorial que refuerza su sentido de pertenencia. Paralelamente, este acto es un excelente ejercicio de estiramiento que beneficia la flexibilidad de sus músculos y articulaciones.

Por otra parte, el amasado puede tener otras motivaciones, como la búsqueda de atención por parte de sus dueños. Si un gato asocia el amasado con una respuesta de su humano, puede utilizarlo para establecer contacto y reclamar interacción. Un caso particular se observa en las gatas en celo, que amasan con mayor frecuencia como parte de su comportamiento para esparcir su aroma y comunicar su estado reproductivo a los machos.

En resumen, el amasado felino es una expresión instintiva y multifacética, intrínsecamente ligada a su esencia biológica. Cualquier intento de eliminarlo a través de medidas punitivas no solo sería infructuoso, sino que también dañaría el vínculo con la mascota. Reconocer y honrar esta conducta natural es clave para fomentar una convivencia enriquecedora y un entendimiento mutuo entre gatos y sus compañeros humanos.