Mascotas

¿Por qué mi perro apesta? Lo que necesitas saber sobre su olor corporal

Ese mal olor que persiste en un perro a pesar de los baños no es un asunto de higiene, sino una posible señal de alerta sobre su salud, desde una infección a la diabetes

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10 razas de perros que forman los lazos emocionales más profundos con sus dueñosLa Razón

Que un perro huela mal incluso después de un baño es una de las situaciones más frustrantes para cualquier dueño. Sin embargo, lejos de ser un mero problema de higiene, este persistente mal olor suele ser una señal de alerta médica que nunca debe ignorarse. La inmensa mayoría de las veces, la causa de fondo es una condición que requiere la intervención de un profesional para ser diagnosticada y tratada correctamente. Esta cercanía en la convivencia diaria hace que la higiene sea un pilar fundamental, influyendo incluso en decisiones cotidianas como si debes dejar que tu perro duerma en la cama o no.

De hecho, el propio aliento del animal puede ser el primer delator de patologías graves. Un olor con matices de amoníaco o metálicos podría apuntar directamente a una enfermedad renal, mientras que un aliento extrañamente dulce, parecido al del quitaesmalte, es un indicio clásico de una diabetes avanzada. Ambos casos son ejemplos claros de cómo el olfato puede desvelar problemas internos de mayor envergadura que van mucho más allá de la boca.

No obstante, la afección bucal más extendida es también la causa más frecuente de halitosis: la enfermedad dental. El sarro acumulado y la gingivitis son una dolencia tan común que, tal y como han publicado en TheSprucePets, afecta al 85 % de los perros mayores de tres años, generando un olor muy desagradable que a menudo se pasa por alto como algo normal.

Focos de mal olor más allá de la boca

Por otro lado, la piel es otro de los grandes focos de hedores persistentes. Las razas con arrugas pronunciadas, como el bulldog o el shar pei, son especialmente vulnerables a la dermatitis en los pliegues cutáneos. La humedad y la falta de ventilación en estas zonas crean un caldo de cultivo ideal para bacterias y levaduras. A esto se suman las alergias, que pueden llevar al animal a lamerse o rascarse hasta provocarse infecciones secundarias en la piel, conocidas como pioderma. Entender estas particularidades es crucial a la hora de elegir una mascota, por lo que los expertos suelen ofrecer guías sobre qué razas de perro se recomiendan para dueños primerizos, considerando sus necesidades específicas de salud.

Asimismo, otras dos fuentes de olor muy características y potentes se localizan en las orejas y en las glándulas anales. Las otitis, habituales en razas de orejas largas y caídas como el cocker spaniel, generan un hedor fétido muy penetrante a causa de la proliferación de bacterias o levaduras. De forma similar, la obstrucción o infección de las glándulas anales provoca la secreción de un líquido con un olor almizclado y extraordinariamente repulsivo.

Finalmente, la flatulencia excesiva cierra el círculo de posibles causas. Aunque a menudo puede ser una simple cuestión de dieta o la consecuencia de haber ingerido algún alimento en mal estado, en algunos casos también puede ser un síntoma de problemas digestivos subyacentes. En todos estos escenarios, el mensaje es el mismo: el olor es una pista crucial que solo un veterinario sabrá interpretar.