Fiestas del Pilar 2025

Esta es la verdadera explicación de las cintas de la Virgen del Pilar: por qué es la 'fotocopia del manto'

Su origen, en el siglo XVII, fue para sanar a enfermos, pero ahora tiene otro significado

Edición limitada de las Cintas de la Virgen del Pilar con diseño de cachirulo
Edición limitada de las Cintas de la Virgen del Pilar con diseño de cachiruloEnjoy Zaragoza

En Zaragoza, es prácticamente imposible no ver la cinta de la Medida de la Virgen del Pilar en algún lugar: colgada de un coche, una mochila o puesta como pulsera en la muñeca. Este pequeño trozo de tela se ha consolidado como un poderoso símbolo de devoción y protección para los zaragozanos, además de ser uno de los recuerdos más demandados por los turistas que visitan la ciudad. Sin embargo, pocos conocen su verdadero significado y su origen histórico. La cinta posee unas dimensiones exactas de 40 x 2,5 centímetros, una medida que representa la altura de la Virgen del Pilar, cuya talla mide 36,5 centímetros. En su superficie, luce la inscripción 'Medida de Nuestra Señora del Pilar', acompañada de un diseño distintivo.

A diferencia de lo que muchos creen, el color de la cinta no tiene un significado especial o religioso. Disponible en doce colores diferentes, que incluyen los tonos de la bandera de Aragón y de España así como en azul, rosa, verde, rojo, morado o blanco, permiten elegir a cada fiel elegir el tono que prefiera. Su profundo carácter devocional se origina en una costumbre que se remonta al siglo XVII.

Su origen es del siglo XVII

En aquella época, existía la tradición de ceder los mantos de la Virgen del Pilar a los enfermos que los solicitaban, bajo la creencia de que, al quedar bajo su protección, se sanarían. Sin embargo, el envío de estos mantos fuera de Zaragoza resultaba complicado de gestionar. Para solventar este problema logístico, en 1621 se comenzó a fabricar cintas de tela y papel con la medida exacta de la talla de la Virgen. De este modo, se replicaba el efecto protector de los mantos sin tener que mover las valiosas piezas.

La demanda por estas cintas creció de forma tan vertiginosa que las autoridades se vieron obligadas a intervenir. Prohibieron su comercialización por parte de mercaderes y ciudadanos particulares, reservando la venta exclusivamente al Cabildo de Zaragoza, bajo pena de multa. Con el paso del tiempo, ya en el siglo XVIII, la distribución se modificó: las cintas empezaron a entregarse a cambio de una limosna dentro de la propia Basílica. Hoy en día, se adquieren a la entrada del templo por el simbólico precio de un euro.

De amuleto sanador a símbolo viajero

Con el avance del tiempo, la cinta dejó de estar ligada exclusivamente a la protección de enfermos y adquirió un significado más amplio. A partir de mediados del siglo XX, se convirtió en un símbolo de unión con la Virgen para todos los zaragozanos que residen fuera de la ciudad. Además, se consolidó como un amuleto para viajeros, quienes la llevan consigo con la fe de que les proporcionará seguridad en sus desplazamientos.

Más allá de su función religiosa, la cinta de la Medida ha encontrado múltiples usos sociales. Es común que las novias la incluyan en su vestido o en su ramo de flores como símbolo de protección en su gran día.

El fenómeno de las ediciones limitadas ha impulsado aún más su demanda; la cinta con estampado de cachirulo, lanzada en las Fiestas del Pilar de 2024, causó un furor tal que las filas para conseguirla fueron kilométricas. Razón por la que en estas Fiestas del Pilar 2025, que ahora mismo se están celebrando, han vuelto a ponerse a la venta.