Medio ambiente

El oso pardo: un nuevo riesgo sanitario

Científicos alertan sobre el peligro que representa la convivencia cercana entre osos, humanos y animales domésticos, señalando que podría desatar una crisis sanitaria

 El oso pardo
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La Cordillera Cantábrica está experimentando un fenómeno preocupante

El incremento de la población de osos pardos y su acercamiento a núcleos habitados por humanos está creando un escenario propicio para la aparición y propagación de patógenos que pueden comprometer la supervivencia de estos animales emblemáticos. Dos estudios recientes, realizados por diversas universidades e institutos de investigación en colaboración con las administraciones asturiana y leonesa, advierten sobre los riesgos sanitarios derivados de esta nueva realidad.

Oso pardo
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Un nuevo desafío para los osos pardos

El aumento de la población de esta especie en la cordillera Cantábrica ha llevado a estos animales a frecuentar zonas rurales habitadas por el hombre. Esta interacción creciente entre osos, humanos y animales domésticos es motivo de preocupación para los científicos, quienes alertan sobre la posibilidad de que se desarrollen y propaguen enfermedades infecciosas que podrían poner en peligro la vida de los osos.

Resultados alarmantes de los estudios

Investigadores de las universidades de Oviedo, León y la Complutense de Madrid, junto con la Fundación Oso de Asturias, han revelado que el 40% de los osos analizados entre 1998 y 2023 presentaban enfermedades infecciosas. Entre las patologías detectadas se encuentran la clostridiosis y la colibacilosis, enfermedades comunes en ganado bovino, ovino y caprino. Además, desde 2014, se han registrado muertes de osos pardos por moquillo y hepatitis infecciosa vírica canina, enfermedades frecuentes en carnívoros domésticos y silvestres.

La amenaza de los patógenos compartidos

El segundo estudio encontró la presencia de adenovirus canino de tipo 1 en el 45% de las muestras de heces de osos analizadas, junto con otros patógenos que afectan tanto a humanos como a animales domésticos. Aunque la mayoría de estos patógenos no representa un problema de salud significativo para los osos, la creciente interacción entre osos y humanos en áreas rurales aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades que podrían ser potencialmente dañinas para la población de osos pardos.

Frecuencia de avistamientos y contactos

Las investigadoras Ana Balseiro y Gloria Herrero García, de la Universidad de León, destacan que la ocupación humana del espacio silvestre y el acercamiento de los osos a núcleos rurales están aumentando la frecuencia de contactos indirectos con humanos y animales domésticos. Esta proximidad eleva el riesgo de exposición de los osos a patógenos que circulan en estos entornos, algunos de los cuales podrían tener efectos adversos en la salud de los osos.

La importancia de la vigilancia sanitaria

Para mitigar estos riesgos, los expertos subrayan la importancia de investigaciones continuas y colaboraciones entre diversas instituciones. Los estudios de necropsias y el análisis de muestras no invasivas son herramientas cruciales para monitorizar la evolución de las infecciones y para detectar nuevas enfermedades emergentes. Estas acciones permitirán implementar estrategias efectivas para proteger a la población de osos pardos en la cordillera Cantábrica.