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La cala de Menorca que está entre las playas más felices del mundo, según National Geographic
El paraje natural fue protagonista de la portada de un disco de música y es un auténtico paraíso en España
A diez kilómetros del municipio de Es Mercadal, en el corazón del norte de Menorca, se esconde uno de esos lugares que definen el espíritu más sereno y mágico de Baleares: Cala Pregonda.
Esta playa, aún prácticamente virgen y ajena al turismo masivo, se ha ganado un puesto de honor entre las más emblemáticas del Mediterráneo. Incluso ha sido incluida por publicaciones internacionales como National Geographic en su lista de las quince playas más felices del planeta. ¿El motivo? Basta con visitarla para entenderlo.
Nada más llegar, el entorno sobrecoge. El contraste de colores —arcillas rojizas, vegetación costera y un mar de azules imposibles— ofrece una estampa única. La cala se abre al mar con una forma de U que parece abrazar al visitante, y lo hace con un aire místico que muchos describen como espiritual.
De hecho, su nombre proviene de la palabra balear “pregar”, que significa orar. Las formaciones rocosas que la rodean evocan la silueta de un monje en actitud de rezo. Una imagen casi simbólica que ha dado identidad a este rincón menorquín.
Un camino de difícil acceso
El acceso a Cala Pregonda no es inmediato, y eso forma parte de su encanto. No hay carretera ni transporte público que llegue hasta la orilla. Para alcanzarla, es necesario dejar el coche en el aparcamiento de Binimel·là y emprender una caminata de aproximadamente dos kilómetros.
El sendero, parte del histórico Camí de Cavalls, permite al visitante sumergirse poco a poco en un paisaje de singular belleza, lejos del bullicio y del asfalto. Quienes deciden continuar tras la primera playa de Pregondó, a menudo más concurrida, son recompensados con un paraíso natural en estado puro.
La playa, de arena gruesa y dorada, ofrece aguas cristalinas que invitan al baño y al snorkel. Frente a la costa, varios islotes —como el Illot y el Escull de Pregonda— protegen parcialmente la cala y crean un ecosistema marino de enorme riqueza.
Este entorno forma parte de la Reserva Marina del norte de Menorca, un espacio protegido donde es habitual avistar especies como la gaviota de Audouin, emblema de la biodiversidad de la zona.
Portada de disco
Cala Pregonda es también un lugar de inspiración artística. El músico Mike Oldfield eligió este enclave para ilustrar la portada de su álbum Incantations, una imagen poderosa que consolidó el vínculo emocional entre la música y el paisaje. Décadas después, la reedición del disco en 2011 volvió a rendir homenaje a este rincón de Menorca con una evocadora fotografía nocturna del menorquín Sús Camps.
Pero no todo es idílico. La creciente popularidad de Cala Pregonda ha puesto en alerta a ambientalistas y vecinos. Las arcillas rojas, que tanto contribuyen a su fisonomía, están siendo erosionadas por quienes practican los llamados “baños de barro”, una moda que daña la base de los acantilados y provoca desprendimientos. Las autoridades y colectivos locales insisten en un mensaje claro: disfrutar sin alterar, visitar sin dejar huella.
Sin chiringuitos, sin sombrillas, sin construcciones. Cala Pregonda sigue siendo un ejemplo de cómo la naturaleza, cuando se protege, ofrece experiencias que van más allá del turismo convencional. En un mundo cada vez más acelerado, lugares como este invitan a parar, observar y respetar. Porque si algo enseña esta playa menorquina es que la verdadera felicidad no necesita adornos, solo silencio, mar y conciencia.