Turismo

Controversia en Baleares por un vídeo viral que compara el turismo masivo con un “genocidio cultural”

La reflexión, hecha por un joven a través de sus redes sociales en un vídeo que se ha hecho viral, ha llegado al Parlament balear

Controversia en Baleares por un vídeo viral que compara el turismo masivo con un “genocidio cultural”
Controversia en Baleares por un vídeo viral que compara el turismo masivo con un “genocidio cultural”Instagram

Un vídeo difundido recientemente en redes sociales por el creador de contenido David Silvestre ha generado una fuerte polémica en Baleares, tras comparar el impacto del turismo masivo en el archipiélago con un “genocidio cultural”. Las declaraciones, que han llegado incluso al Parlament balear, han reabierto el debate sobre la sostenibilidad turística y el modelo económico de las islas.

En su intervención, Silvestre lanza afirmaciones provocadoras y datos que, según explica, pretenden evidenciar el grado de saturación turística que sufre el territorio balear. “ Baleares ha ganado de manera humillante a Brasil”, señala al inicio del vídeo, en alusión al número de visitantes que recibe cada región.

Según datos que el propio autor expone, Brasil —con una población superior a los 211 millones de habitantes— recibió en 2024 un total de 6,65 millones de turistas extranjeros. En contraste, las Baleares, con apenas 1,2 millones de residentes, acogieron casi 19 millones de visitantes, de los cuales 13,4 millones llegaron solo a Mallorca.

Silvestre plantea que, en proporción, las islas reciben 450 veces más turistas por habitante que el enorme país sudamericano. Además, estima que en Mallorca llegan a concentrarse 23.000 turistas por kilómetro cuadrado cada año, frente a cifras mínimas en territorios más extensos como Brasil. “Si Mallorca fuese un país, sería el que más turistas recibe del mundo”, argumenta.

La desaparición de la identidad cultural

Más allá de las cifras, lo más controvertido del vídeo llega cuando el autor habla de “genocidio cultural”, concepto que respalda mostrando su definición: la eliminación sistemática de una identidad cultural, no necesariamente mediante la violencia física, sino por procesos de transformación forzada.

“No se trata de matar a nadie, sino de borrar una forma de vida, de empujar a los mallorquines a marcharse, de convertir su cultura en un decorado para el consumo del visitante”, afirma.

En este sentido, Silvestre denuncia que muchos residentes se ven obligados a abandonar sus hogares por la subida del precio de la vivienda, y critica que el turismo se haya convertido en un modelo económico que empobrece a la población local y relega su cultura a un mero espectáculo.

El modelo de Cataluña

El vídeo también traza comparaciones con Cataluña, cuya situación, dice, se asemeja en términos de saturación turística. Asegura que esta comunidad recibe un volumen de turistas equivalente al de India, un país con más de 1.400 millones de habitantes, mientras que Cataluña cuenta con poco más de ocho millones.

Entre las soluciones propuestas, el creador sugiere limitar la compraventa de propiedades a extranjeros y apostar por un turismo de menor volumen pero con mayor gasto medio.

“¿Menos turistas pero que paguen más?”, plantea con tono irónico. También compara la situación de Mallorca con la de otras islas mediterráneas como Córcega y Cerdeña, que, siendo de mayor tamaño, reciben muchos menos visitantes.

Debate en el Parlament

La reflexión no ha pasado desapercibida en la política autonómica. Este martes, el portavoz de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia, planteó una pregunta directa a la presidenta del Govern, Marga Prohens (PP), durante la sesión parlamentaria. “¿Usted cree que vivimos mejor o peor que hace 25 años?”, cuestionó, en referencia a los datos difundidos por Silvestre.

La presidenta respondió con contundencia: “De estos últimos 25 años, ustedes han gobernado 16”, trasladando así la responsabilidad sobre el modelo turístico a los partidos que han gestionado en mayor medida los asuntos autonómicos durante las últimas décadas.

El vídeo continúa generando reacciones, tanto entre ciudadanos como entre representantes públicos, en un momento en el que la presión turística y la accesibilidad a la vivienda se sitúan en el centro del debate político y social de las islas.