
Cultura
Las expresiones mallorquinas que definen una forma de estar en el mundo: del "dir coses" al "poc a poc i amb bona lletra"
Aunque el archipiélago balear ha recibido mucha migración a lo largo de las últimas décadas, aún conserva sus dialectos, sobre todo en Mallorca

No hace falta hablar perfecto mallorquín para entender cómo piensa y siente la gente de la isla. Basta con prestar atención a ciertas expresiones locales que, aunque breves, encapsulan siglos de carácter insular, sentido práctico y una manera particular -y muy mallorquina- de relacionarse con los demás.
Frases como “poc a poc”, “ja en parlarem” o “no venguis a fer l’amo” no sólo sobreviven: siguen marcando el tono de muchas conversaciones cotidianas.
Poc a poc i amb bona lletra
Una de las más representativas es “poc a poc i amb bona lletra”. Más que un consejo, es casi una filosofía de vida. Se utiliza para todo: para calmar a alguien con prisas, para encarar una tarea complicada o simplemente para recordar que las cosas bien hechas llevan tiempo.
Es una forma discreta de decir que aquí no se corre, y que cada cosa tiene su momento. También de la necesidad de ir despacio para que las cosas salgan bien. En definitiva, es un reclamo a la paciencia.
Ja en parlarem
Otra joya del repertorio es “ja en parlarem”, que literalmente significa “ya hablaremos de ello”, pero que en realidad puede querer decir exactamente lo contrario.
En Mallorca, este giro suele cerrar conversaciones incómodas o peticiones que no se quieren conceder. Su ambigüedad es famosa, y para muchos 'forasters' resulta desconcertante. Si un mallorquín responde con un “ja en parlarem”, lo más probable es que el tema haya quedado zanjado.
No venguis a fer l'amo
Más directa -aunque no por ello menos contundente- es la expresión “no venguis a fer l’amo”, que se lanza a quien intenta imponerse sin tener autoridad para hacerlo.
El “amo” era el dueño de la finca en las estructuras agrarias tradicionales, así que “fer l’amo” implica mandar más de lo que toca. Hoy se usa en todo tipo de contextos, desde un partido de fútbol hasta una discusión de bar.
Tenir el cap ple de pardals
También se conserva “tenir el cap ple de pardals”, que describe a quien vive en las nubes o tiene demasiadas ideas sin sentido. No se trata tanto de llamar loco a alguien como de advertir que está perdiendo el nord, otro mallorquinismo que significa estar desorientado o despistado.
No tenir ni cinc
Y cuando toca hablar de dificultades económicas, nada más gráfico que “no tenir ni cinc”. Esta expresión, que literalmente significa “no tener ni cinco céntimos”, se lanza con resignación o humor cuando uno va justo de dinero, y sigue usándose aunque ya no exista la moneda de cinco pesetas. Es una manera rápida y muy de aquí de decir que la cosa no va sobrada.
A pesar de la creciente influencia del castellano y de los cambios sociales, muchas de estas frases siguen vivas en la calle, en las casas y en la radio local. Son una parte íntima y viva del patrimonio lingüístico de Mallorca y una forma inconfundible de identificar a los mallorquines de cuna.
Porque en esta isla, como dirían los de aquí, “qui va alerta, no li passa res”, y si no ho entens, ja en parlarem.
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