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Polémicas

Una turista se queja se que haya posidonia en las playas de Baleares: "Ven a Mallorca, decían..."

Una usuaria de TikTok ha lamentado el estado de la arena en algunas de las playas de la mayor de las islas. Se trata de una especie marina protegida en todo el archipiélago

La posidonia filtra los sedimentos y mantiene la oxigenación del mar. De ella se alimentan mil especies marinas y sirve de forraje para ganado. Sus bermas evitan también la erosión en las playas larazon

La usuaria de Tiktok @luisa_ic ha reabierto una polémica durante su visita turística a Mallorca: ¿son realmente suciedad esas acumulaciones marrones que cubren la arena o se trata de un fenómeno natural imprescindible para la salud del Mediterráneo?

«Ven a Mallorca, decían...», ironizaba la visitante en su publicación, en la que mostraba imágenes de varias playas donde se acumulaban densos bancos de hojas secas y fragmentos vegetales, desconociendo, por supuesto, que se trata de una especie protegida.

Para algunos, un paisaje poco estético que empaña la postal soñada de aguas cristalinas y arena blanca. Pero lo cierto es que lo que muchos confunden con residuos es, en realidad, posidonia oceánica, una planta marina fundamental para el equilibrio de los ecosistemas litorales y cuya presencia en la orilla indica, precisamente, que el entorno marino conserva buena salud.

Qué es la posidonia y por qué es tan importante

La posidonia no es un alga, sino una planta marina endémica del Mediterráneo, reconocida por su importancia ecológica y protegida por normativa estatal desde 2011. Su función en el ecosistema marino es múltiple: produce oxígeno, estabiliza los fondos marinos, frena la erosión costera y da cobijo a numerosas especies de peces e invertebrados.

Cuando el viento y el oleaje arrastran restos de posidonia hacia la orilla, se forman las conocidas “arribazones”, acumulaciones naturales de hojas y filamentos vegetales. Lejos de ser basura, estos depósitos se comportan como verdaderos ecosistemas de transición entre el mar y la tierra. Según el investigador del CSIC Rafel Beltran, estos espacios albergan insectos, pequeños crustáceos y otras formas de vida que encuentran allí un refugio y una fuente de alimento.

Un estudio publicado en la revista Food Webs confirma que estas formaciones vegetales son clave para mantener la biodiversidad de las zonas costeras. Además, su lenta descomposición —puede durar semanas, meses o incluso años— modifica y protege la morfología de las playas frente a la erosión y el impacto de las mareas.

¿Molestia o necesidad? La gestión de las acumulaciones

Aunque no siempre son del agrado del visitante, la retirada de posidonia de las playas no puede hacerse de manera indiscriminada. El Govern balear y los ayuntamientos aplican protocolos específicos para actuar solo cuando es estrictamente necesario, como en zonas de gran afluencia turística o cuando se presentan riesgos para la salud pública. Incluso en esos casos, la posidonia retirada no se considera un residuo, sino un recurso que puede tener nuevos usos.

Entre 2020 y 2023, la recogida de posidonia aumentó significativamente en Baleares. Parte de este material se devuelve a zonas naturales para restaurar sistemas dunares, otra se emplea con fines agrícolas o se almacena para compostaje. Su alto contenido en lignina y celulosa le confiere una gran resistencia a la descomposición, lo que la convierte en una barrera natural contra el desgaste del litoral.

Una planta que debemos aprender a ver con otros ojos

Las autoridades, los científicos y las asociaciones ecologistas insisten en la necesidad de concienciar tanto a residentes como a turistas sobre el valor de estos restos naturales. La presencia de posidonia no solo no indica suciedad, sino todo lo contrario: es una señal de que la playa goza de buena salud ecológica.

En plena temporada alta, con miles de visitantes buscando playas impecables, no está de más recordar que la belleza del Mediterráneo no solo está en lo que se ve, sino también en lo que protege sus aguas. La posidonia, aunque no siempre agradecida a la vista, es uno de los pilares que sostienen ese paisaje por el que tantos sueñan cada verano.