Ruedas pelig.rosas

Las cinco elecciones de este año costarán 500 millones

En España algunos colegios electorales son inaccesibles y los presidentes tienen que sacar la urna a la calle
En España algunos colegios electorales son inaccesibles y los presidentes tienen que sacar la urna a la callelarazon

En 2015 tendremos cinco citas electorales, es decir en todos los trimestres hay españoles llamados a votar. Desde que gozamos de democracia en 1975 no ha habido ningún año cargado con tantas citas con las urnas. Con la última comunidad que se ha subido al barco de las papeletas, Andalucía, no hay aldea o rincón de España que no esté llamado a votar tres veces en este año, a excepción de gallegos y vascos que “sólo” votarán dos veces, pero no tardarán mucho en vivir su tercera campaña, ya que se volverán a encontrar con las urnas en 2016. Además llueve sobre mojado, porque a esta borrachera de votaciones le abrió el camino otro proceso electoral: las europeas de mayo de 2014. Las cinco votaciones de este año supondrán un gasto que ronda los 500 millones de pesetas. Si Galicia y País Vasco no adelantan, en poco más de dos años, de mayo de 2104 a octubre de 2016, España sufrirá ocho procesos electorales, con un gasto que supera los 600 millones de euros, repartidos en:

mayo 2014: europeas, 104M

marzo 2015: andaluzas, 25,6M

mayo 2015: municipales y 14 autonómicas: 305M

septiembre 2015: catalanas: 28M

noviembre 2015: generales: 140M

octubre 2016: gallegas y vascas: 6M

Total: 608,6M

Un buen número de procesos electorales sin que aún se haya solucionado el problema de la accesibilidad para todos a los colegios electorales, y se vean imágenes propias de países bananeros con miembros de las mesas electorales llevándose las urnas llenas de papeletas hasta la calle para que los electores con movilidad reducida ejerzan su derecho voluntario al voto.

En España los colegios electorales obedecen a criterios de titularidad pública de los recintos donde se sitúan las mesas con las urnas. Por desgracia estamos muy lejos de la mayor parte de los países europeos, donde las barreras en sitios públicos apenas existen. Pero de quién estamos a años luz en concepto de inclusión es de Estados Unidos, donde los centros de votación responden a criterios de accesibilidad, y se ubican en sitios tan variopintos como una lavandería, un bar o una sala de conciertos, y todo ello sin que pare la actividad en estos locales. Un ejemplo a seguir.

ruedaspelig.rosas@pelig.es