Periodistas un paso por detrás de Pedro Sánchez

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, anunció aprovechando el Día Internacional de la Discapacidad, que su partido va a proponer una reforma de la Constitución que, entre otras cosas, contemple la eliminación en su artículo 49 de “disminuido físico, psíquico o sensorial” y se sustituya por “personas con discapacidad”, una reivindicación histórica del colectivo afectado. Sánchez, hizo este anuncio durante su visita a una lavandería de ILUNION en el barrio madrileño de Vallecas. Después jugó, con bastante pericia, un partido de baloncesto en silla de ruedas organizado por el CERMI.

El líder socialista acudió súper preparado a su cita ante los representantes de las personas con discapacidad. Utilizó un lenguaje extremadamente pulcro y respetuoso con este sector de la población, ni una de sus palabras fueron añejas o marginadoras en sí. Su discurso, aunque plagado de los típicos anuncios en busca de apoyo y futuros votos, fue muy bien recibido por todos.

Su dominio de la silla en la cancha, también fue otro punto a su favor. Aunque antes del partido recibió una pequeña instrucción sobre el uso de las ruedas en el campo con indicaciones, sobre todo para evitar una caída, su dominio de la silla hizo pensar que se había preparado a conciencia, o cuando menos, había entrenado algún que otro rato.

Hasta aquí todo bien. Un líder de un partido político sensible al colectivo de personas con discapacidad. Pero el reflejo de su sensibilidad estudiada y cuidada no fue correcto en algunos medios de comunicación pagados con el dinero de todos.

Ni TVE ni la agencia EFE dudaron en afirmar por activa y por pasiva que Pedro Sánchez, en un encuentro con “discapacitados”, anunció que iba a incluir en su propuesta de reforma de la Constitución que se sustituya “la palabra disminuido por la de discapacitado”. Los periodistas de ambos medios, los editores, los redactores jefes que dieron el visto bueno a las piezas en los informativos o al envío de los teletipos, se olvidaron de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, y su Protocolo Facultativo, aprobados el 13 de diciembre de 2006 en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York. En ellos se adopta una amplia clasificación de las personas con discapacidad, y se recomienda sustituir la palabra “discapacitado” debido a su carácter estigmatizador, por “personas con discapacidad”, como paso previo a que todas las personas con todos los tipos de discapacidad gocen de todos los derechos humanos y libertades fundamentales. La Convención y el Protocolo quedaron abiertos a la firma el 30 de marzo de 2007. Se obtuvieron 82 firmas de la Convención y 44 del Protocolo Facultativo, así como una ratificación de la Convención. Nunca una convención de las Naciones Unidas había reunido un número tan elevado de signatarios en el día de su apertura a la firma. Se trata del primer instrumento amplio de derechos humanos del siglo XXI y señala un “cambio paradigmático” de las actitudes y enfoques respecto de las personas con discapacidad.

Difícilmente una sociedad será capaz de ser inclusiva y respetuosa con sus ciudadanos si los periodistas van un paso por detrás de los políticos y desde los medios de comunicación se cambian los mensajes pulcros y estudiados y se utiliza de manera innata y hasta la saciedad un lenguaje discriminatorio y estigmatizador hacia sus ciudadanos por el hecho de sufrir una discapacidad.

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