Gastronomía
Qué son los guachinches: visita obligada de Tenerife
Canarias destaca con la mayor concentración de estos establecimientos por habitante en todo el país
España ostenta el título de tener la mayor densidad de bares y restaurantes de Europa. Dentro de este contexto, Canarias destaca con la mayor concentración de estos establecimientos por habitante en todo el país, y Tenerife lidera, a su vez, la isla en cuanto a la cantidad de bares y restaurantes por persona.
De ahí que podamos afirmar sin lugar a dudas que salir a comer es una de nuestras grandes aficiones. No tanto el ir de tapas, pero sí el disfrutar de un buen rato en una cafetería o bar, compartiendo momentos especiales con nuestros seres queridos o saboreando un delicioso almuerzo o cena.
Algunos dicen que la cocina canaria es sencilla, y tal vez tengan razón. Pero, sin duda, es exquisita. Especialmente en Tenerife, un destino al que llegan incluso personas de otras islas para pasar un fin de semana dedicado a disfrutar de nuestra oferta gastronómica, que no deja de sorprender y encantar a quienes la prueban.
Y es en Tenerife donde podemos encontrar un establecimiento verdaderamente único: el guachinche.
¿Qué son los guachinches?
Los guachinches, típicos del norte de Tenerife, son lugares emblemáticos donde se puede disfrutar de la auténtica comida casera tradicional canaria, siempre acompañada por el mejor vino local. Y lo más atractivo de todo: su inigualable precio, accesible para todos.
Origen de los guachinches
El origen del guachinche se remonta al pequeño viticultor que, ante la imposibilidad de vender su vino o la negativa a malvenderlo a precios irrisorios, decidía abrir su garaje, salón o cualquier otro espacio, generalmente ubicado en la misma finca de viñas o en sus alrededores. Su objetivo era sencillo: ofrecer su vino a aquellos que se acercaran.
Con el tiempo, los guachinches comenzaron a incluir pequeños picoteos para incentivar el consumo en el lugar. Quesos, conservas, frutos secos, aceitunas, jamón... todo se convertía en una excusa perfecta para pedir una cuarta o medio litro de vino y saborear una copa del vino nuevo de La Victoria, Icod o cualquier otra zona vinícola de la isla.
De los pequeños bocados se pasó a platos más elaborados, como papas fritas, ropa vieja, garbanzas, fabada... y, ya con el tiempo, no faltaban el chuletón o el pollo asado. Así, de manera gradual, el guachinche fue evolucionando, sumando complejidad a su oferta gastronómica sin perder su esencia.
Los guachinches, referentes gastronómicos
Hoy en día, encontramos guachinches que, aunque han evolucionado hasta convertirse en restaurantes, mantienen su nombre original. Asimismo, existen restaurantes que han adoptado el modelo sencillo y auténtico del guachinche, atraídos por el éxito que estos lugares han cosechado y el cariño que los tinerfeños sienten por ellos. Sin embargo, esta proliferación ha generado, en ocasiones, ciertos roces sobre quién tiene derecho a usar este término tan característico.
Pese a ello, aún perduran algunos de los guachinches más auténticos, aquellos originales que, si sabes buscarlos, siguen manteniendo su esencia. Una de sus particularidades más destacadas es que solo abrían (o aún abren) cuando tienen vino disponible, y lo mantenían abierto hasta que se agotaba. ¡No era un establecimiento permanente durante todo el año! En cambio, los guachinches más modernos han optado por el formato de restaurante tradicional.
Otra de sus señas de identidad es que únicamente venden vino del país, es decir, vino cultivado, cosechado y producido en Tenerife o en sus áreas cercanas. Un rasgo que garantiza la autenticidad de la experiencia y el sabor local.