Quemas

Cantabria vive una época crítica de incendios, intencionados y avivados por viento del sur

La mayoría de las quemas son intencionadas y ya van 225 en lo que va de año

Se Complican Los Incendios En Cantabria Aunque Reabre Su Tráfico Ferroviario
Se Complican Los Incendios En Cantabria Aunque Reabre Su Tráfico Ferroviario

Cantabria vive los meses más críticos en incendios forestales, que llegan ya a 225, provocados por la creencia de que el fuego regenera pasto y alimentados por el viento del sur, una problemática que se quiere combatir con más medios de extinción, una mejor educación y quemas controladas y seguras en áreas agrícolas y ganaderas.

Las comunidades de la cornisa cantábrica tienen un denominador común: su peor momento y el de mayor riesgo en incendios forestales son los primeros meses del año, antes de la primavera, cuando se provocan estos fuegos bajo el mito de que son buenos para regenerar el pasto y el viento del sur, propio de estas fechas, propaga las llamas.

"No es el sur el que provoca los incendios. El sur trae consigo las circunstancias favorables o facilita la actuación de los incendiarios, pero no provoca los incendios", destaca el director general de Montes y Biodiversidad del Gobierno de Cantabria, Ángel Serdio, en una entrevista con EFE.

Serdio señala que en lo que va de año se han registrado en Cantabria unos 225 incendios, con una superficie quemada de 1.600 hectáreas.

Se trata de unas cifras dentro de la media de lo que registra otros años esta comunidad, que tiene una importante incidencia de fuegos en sus montes porque, aunque supone "el 1 % del territorio nacional, en el global de incendios aporta un 14 % de la superficie quemada".

Percibe, además, el Gobierno de Cantabria que se produce una "desestacionalización" por el cambio climático, que favorece que el periodo crítico de incendios forestales cada vez se ensanche más.

"Cada vez tenemos más incendios fuera de esta época crítica, que iría desde finales de noviembre hasta abril y con el pico ahora los meses de febrero y marzo", apunta Serdio.

La idiosincrasia de Cantabria y de las regiones de la cornisa tiene como elemento diferenciador el origen de estos incendios, provocados "en el 99,9 por ciento" de los casos y vinculados con la idea de que el fuego es bueno para regenerar los pastos ganaderos antes de la primavera.

"Toda la vida ha estado muy arraigado en la cultura, en una falsa o falsamente entendida cultura tradicional ganadera", avisa el director general.

Sí que señala que las quemas controladas, autorizadas por la Administración, son una buena herramienta, porque hacen arder matorral para regenerar pasto y también "ayudan a minimizar incendios".

Se trata de quemas que suelen solicitar grupos de ganaderos o entidades locales, y en Cantabria suelen registrarse 150 peticiones al año.

"La misma palabra lo dice, controladas", explica el director general, que indica que en esas quemas autorizadas el fuego afecta únicamente a la capa superficial para actuar como un "regenerador" de pasto, mientras que las acciones de "los delincuentes" que hacen arder los montes sin control "lo único que producen es el efecto contrario".

Estas quemas controladas suelen afectar a superficies "ya considerables, que superan la hectárea" y necesitan "de cierta logística". Se concentran también más en esta época, antes de la primavera.

Hay que pedirlas y hay dos procedimientos: si son más sencillas se registra la petición en la web de la Dirección General de Montes con una declaración responsable, y si son de mayor magnitud se precisa una autorización con una fecha en concreto, y apoyo del personal de Montes.

La Consejería de Desarrollo Rural colabora, además, con las Fuerzas de Seguridad en la investigación de los incendios forestales. El año pasado en Cantabria hubo 7 detenidos por esta causa.

En los últimos dos años se ha logrado identificar a 50 presuntos responsables de incendios y ya hay nueve sentencias condenatorias en la región.

Para combatir los incendios, Cantabria cuenta con un dispositivo de extinción cuya dotación ha aumentado en los últimos años, pero que, para el director general, tendría que mejorarse para contar con una estructura de mando y organizativa más establecida para manejar los recursos.

La formación y la educación son otras herramientas con las que se quiere crear conciencia social acerca de los efectos perversos de los incendios forestales.

La Dirección General de Montes imparte cursos habilitantes a los propios ganaderos sobre quemas controladas, para "saber cuándo, cómo y de qué manera" y ofrecer consejos de seguridad.

La Consejería de Desarrollo Rural ha establecido un protocolo, aunque se quiere "engrasar y mejorar" para que todo "sea más ágil".