Parece Canadá pero está en Toledo: la ruta con una cascada de 10 metros que deja a los senderistas sin palabras

Cuando pensamos en Canadá, se nos vienen a la cabeza muchas imágenes de vastos paisajes con bosques y lagos impresionantes, la famosa aurora boreal en el cielo y quizás la icónica naturaleza salvaje con preciosos animales.

Pues te sorprenderá si te digo que esa visualización que tienes en tu mente, puedes disfrutarla en menor medida sin salir de España, exactamente en Castilla-La Mancha, en la provincia de Toledo, ya que allí se encuentra un sitio perfecto rodeado de naturaleza pura, donde podemos desconectar de la rutina y el estrés, y detener el tiempo por un momento.

El lugar del que hablamos se ubica en plenos Montes de Toledo, exactamente en la localidad toledana de Navahermosa, que es el lugar desde donde sale la ruta de la Hoz de Carboneros, una aventura a pie que nos adentra en una zona tan bella como desconocida.

Al sureste del pueblo, el valle que forman los curso de los arroyos Trevejiles y Jimena se estrechan en su parte más alta en una garganta por la que el agua corre en bonitas cascadas, regatos y pequeños arroyos.

El sonido del agua y una frondosa vegetación mediterránea de lavanda, tomillo, jara, brezo, cantueso, escaramujo, algún pinar, bosques de rebollos y densos helechales acompañarán a los senderistas durante todo el camino.

Recorrido y distancia

El trayecto de la ruta es de 14 kilómetro y es lineal, ida y vuelta por el mismo recorrido, con una duración aproximada de 4.30 horas. La dificultad es baja-media y alta en los últimos tramos por terreno irregular, por lo que es recomendable llevar bastones.

No está señalizada, motivo por el que es conveniente llevar track o mapa y GPS. Con eso y las marcas que van dejando otros senderistas (montoncitos de piedras) podrás guiarte hasta el final de la ruta.

Abundante vegetación, grandes arces, rosales silvestres...

El recorrido se inicia en la entrada del coto social de Navahermosa, donde podemos dejar el coche. Para llegar hay que salir del pueblo con dirección al cementerio y continuar siempre recto, dejando el castillo de Dos Hermanas a la izquierda y sin hacer caso a otros caminos que salen a la derecha.

El paisaje que nos brinda este lugar ya desde el comienzo es espectacular: a lo lejos podemos ver “El Robledo”, San Pablo de los Montes e incluso Los Yébenes. Al principio, el camino es fácil y ancho.

Por el fondo de la depresión discurre el arroyo Jimena, cuyo cauce será nuestro guía, pues hemos de seguirlo en todo momento. La vereda se estrecha por la garganta hasta obligarnos a andar en fila india. Alternando sucesivamente subidas y bajadas, a unos 4 kilómetros del inicio, llegaremos hasta zonas en las que no habrá senda que seguir, y deberemos transitar entre rocas y pedrizas.

El final de la ruta es la más complicada, pero la que mejor recompensa ofrece: ya en el corazón de la hoz, encajonados entre grandes paredes de roca, nos encontramos un entorno fabuloso de abundante vegetación, grandes arces, rosales silvestres e incluso algún gran acebo. Es aquí donde en época de lluvias deberemos mojarnos los pies para cruzar el arroyo.

Girando ligeramente a la izquierda veremos, a apenas 100 metros, una imponente chorrera. La cascada de Carboneras derrama agua cristalina desde 10 metros de altura y pone punto final a una excursión casi secreta.