Animales

Investigan a una pareja de Valladolid por mutilar las orejas a un perro para hacerle “más estético”

El Convenio Europeo establece la prohibición de intervenciones quirúrgicas sin fines curativos

Agente del Seprona comprueba el estado de salud de unos cachorros raza teckel en un criadero ilegal de Valladolid
Agente del Seprona comprueba el estado de salud de unos cachorros raza teckel en un criadero ilegal de ValladolidGuardia Civil

Nueva intervención del Seprona en Valladolid donde la Guardia Civil investiga a una pareja, vecinos del municipio de Laguna de Duero, como supuestos autores de un delito de maltrato animal al realizar una mutilación estética a un perro de la raza American Bully.

El can presentaba una octeoctomía o corte de orejas, según informó el Colegio Oficial de Veterinarios de Valladolid a la Benemérita, lo que supone un maltrato injustificado al animal, causándole lesiones. Realizadas las gestiones oportunas por el Seprona se localizó a los propietarios del cánido y comprobó que el animal presentaba las orejas cortadas, presentando aún las suturas o puntos en las orejas.

Según el Convenio Europeo sobre Protección de Animales de Compañía aprobado el 13 de noviembre de 1987 en Estrasburgo, que entró en vigor el 01 de febrero de 2018 en España, se establece la prohibición de las intervenciones quirúrgicas para modificar la apariencia u otros fines no curativos que solo se autorizarán si un veterinario las considera beneficiosas por razones de medicina o bien por el beneficio de un animal determinado o para impedir su reproducción.

Cachorros con pedigrí alterado

Por otra parte, la Guardia Civil investiga a otro vecino de la capital vallisoletana por delito de estafa al vender por Internet cachorros de varias razas de perro con pedigrí alterado de un criadero de la ciudad.

En concreto, el Seprona de Valladolid comprobó la compra de un cachorro de raza teckel, que debería ser miniatura, aunque la morfología del animal no correspondía con esa variante de raza. Igualmente se pudo comprobar que el cachorro presentaba anomalías físicas evidentes y otras enfermedades que fueron certificadas por un veterinario y de las cuales no se emitió ningún certificado por parte del criador al comprador en el momento de la venta.

Además, el veterinario certificó que el cachorro presenta defectos congénitos, lo cual impide ser útil para su reproducción, que era el fin de la compra del cachorro.

Una vez en el criadero, que el responsable mostró de forma voluntaria, los agentes comprobaron que carecía de licencia ambiental para la actividad e inscripción en el registro de núcleos zoológicos para la cría de animales de compañía, así como de los correspondiente libros registros que debe poseer para esta actividad, por lo que además de las infracciones penales se formulan las correspondientes denuncias administrativas.