Cultura
Magia y memoria, lo sagrado y lo profano, se dan cita en la exposición “Extraña devoción” en el Museo Nacional de Escultura
La muestra permanecerá en Valladolid hasta el próximo 22 de agosto, y reúne más de un centenar de piezas, reliquias y relicarios cedidas por 37 prestadores
El Palacio de Villena, una de las sedes del Museo Nacional de Escultura en Valladolid, acoge hasta el próximo 22 de agosto la exposición “Extraña devoción”, que con el subtítulo “De reliquias y relicarios” invita a la reflexión en torno a las extrañas propiedades mágicas o la capacidad de evocar la memoria de los ausentes que, a lo largo de los siglos, han tenido históricamente estos objetos. Pinturas, esculturas, libros, documentos y todo tipo de piezas desde cráneos hasta zapatillas, conforman la muestra, que aborda desde una perspectiva integral (que abarca tanto lo sagrado como lo profano) “el anhelo de permanencia, trascendencia y perdurabilidad” que ha envuelto históricamente a las reliquias, en palabras del subdirector del Museo, Manuel Arias.
Él es uno de los cuatro comisarios de la exposición, si bien su papel, según comentó, se ha limitado a ejercer de “enlace” entre el Museo y los tres investigadores que llevan desde 2017 dando forma al pluridisciplinar proyecto: los profesores Juan Luis González García (de la Universidad Autónoma de Madrid), Cécile Vincent-Cassy (de la Université Paris 13) y Escardiel González Estévez (de la Universidad de Sevilla).
Esta última explicó en declaraciones recogidas por Ical que la exposición es una parte de un proyecto de investigación de I+D aprobado por el Ministerio de Cultura y Deporte, que titularon ‘Spolia Sancta. Fragmentos y envolturas de sacralidad entre el Viejo y el Nuevo Mundo’, con el que han buscado establecer un diálogo constante entre ambos extremos del océano Atlántico, para analizar la circulación que a lo largo de los siglos se estableció de estos objetos.
La muestra arranca con el grabado de Goya de la serie “Los desastres de la guerra” (1863) titulado “Extraña devoción!”, donde una decena de personas de clase baja se arrodillan ante la llegada a lomos de un asno del cuerpo momificado de un santo, y el recorrido concluye con la impactante instalación ‘Reliquaire’, realizada en 1990 por el artista francés Christian Boltanski, que construye un relicario contemporáneo donde las figuras veneradas son fotografías de niños que fueron asesinados por los nazis en Auschwitz, bajo las cuales se guardan en una suerte de cajones algunos de sus efectos personales.
Entre ambas imágenes, el espectador puede contemplar más de un centenar de piezas cedidas para la ocasión por 37 instituciones, desde pequeñas parroquias o conventos hasta el Museo Lázaro Galdiano en Madrid, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Centro de Arte Dos de Mayo, Patrimonio Nacional o el Archivo Histórico Nacional.
La directora del Museo Nacional de Escultura, María Bolaños, destacó la “ambición” de la exposición, que analiza el fenómeno de las reliquias, un tema que según apuntó “ha despertado un auge muy notable en las últimas décadas, sobre este tipo de objetos mágicos, con un aura sobrenatural, que despiertan en nosotros sentimientos de temor, curiosidad, admiración y ambigüedad por diferentes razones”.
Aunque el tema de las reliquias tiene “cierto recorrido”, afirmó Bolaños, esta exposición ofrece “una mirada nueva, innovadora, muy amplia, que va más allá de sus dimensiones históricas, devocionales y artísticas”, para analizar muy diversas dimensiones del hecho de la reliquia. “La idea era presentar la cuestión de la devoción no solo con el enfoque tradicional, histórico-artístico o devocional, sino implementar un nuevo enfoque donde cupieran toda la facetas que engloba el fenómeno”, refrendó Escardiel González, quien aludió al aspecto ceremonial de la reliquia, a su uso como regalo diplomático, a su relación con la escultura durante la Edad Moderna o a las diferentes tipologías de reliquias, anatómicas, por contacto…
Una mirada integral
Todo ello se recorre en los seis grandes apartados que conforman la muestra, que en el primero de ellos, “Cuerpos inventados, veneración de santos”, muestra los usos y funciones de la reliquia en el mundo antiguo y medieval, a través de lienzos como el evocador “El beso de la reliquia”, de Joaquín Sorolla, o el “Martirio de Santa Úrsula y las once mil vírgenes”, que articula el discurso de la primera sala.
El siguiente apartado, “Velar, desvelar”, reúne piezas como un sui generis escritorio-relicario perteneciente al Monasterio de San Joaquín y Aanta Ana, que ha sido restaurado para la ocasión, además de recrear en otro espacio unas miríada de piezas procedentes del propio Museo Nacional de Escultura, dispuestas con el objetivo de recrear una de estas “cámaras de las maravillas hacia lo sagrado”, en palabras de Escardiel González.
En “Despojos, imágenes y envoltorios”, se desgranan los diferentes tipos de relicarios que han existido desde la eclosión del fenómeno tras el Concilio de Trento, en la segunda mitad del siglo XVI, hasta su apogeo en los siglos XVI, XVII y XVIII, o su decaimiento con la llegada de la Edad Contemporánea en el XIX. El agrio debate entre la autenticidad o falsedad de las reliquias se analiza en el cuarto bloque, “El archivo de las auténticas”, donde se recogen algunos de los documentos que acompañaban los restos para certificar la veracidad de su procedencia, un proceso que se mecanizó desde que en el siglo XVII era preciso contar con el visto bueno del Vaticano para poder sacralizar cualquier resto.
El recorrido se cierra con los dos últimos apartados. En “Veneración o ceremonia” se pueden contemplar piezas como el lienzo atribuido a Velázquez “Retrato del fraile trinitario Simón de Rojas”, que convive y dialoga con el “Busto de la beata María Ana de Jesús”; mientras que ‘Reliquias profanas’ reúne varias mascarillas funerarias junto a objetos como los guardapelos, creados para conservar vestigios de algún ser querido.
“Extraña devoción. De reliquias y relicarios” se propone abordar el fenómeno de las reliquias desde una perspectiva histórica, artística y antropológica, y en la que sus múltiples facetas emergen conectando el mundo de ayer y de hoy.
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