Sucesos

A prisión el excura de Las Angustias de Valladolid, condenado a tres años de cárcel por sendos delitos de ciberacoso y abuso sexual a una menor

La sentencia fue declarada firme tras ser confirmada por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León

El párroco condenado, el día del juicio en la Audiencia de Valladolid.
El párroco condenado, el día del juicio en la Audiencia de Valladolid.EUROPA PRESS.EUROPA PRESS.

La Audiencia de Valladolid ordenó el ingreso en prisión del excura de Las Angustias, condenado a tres años de cárcel por sendos delitos de ciberacoso y abuso sexual a una menor, después de que la sentencia haya sido declarada firme tras ser confirmada por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, según un comunicado.

Los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia vallisoletana han rechazado la pretensión del condenado, que recientemente solicitó la suspensión extraordinaria de la pena impuesta. La Sala considera que no concurren los requisitos para adoptar tal decisión y le otorga diez días para que ingrese voluntariamente en un centro penitenciario. En caso contrario, sería conducido por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

La Audiencia desestima así la posibilidad aplicar al condenado la suspensión extraordinaria, pues para su apreciación “deben valorarse la posible existencia o no de factores criminógenos, contextuales o motivacionales, conectados con el delito cometido y en relación con el riesgo de futura reincidencia o reiteración delictiva, prognosis que no resulta favorable al condenado”. Por lo que debe cumplir efectivamente las penas de prisión a él impuestas.

Los hechos ocurrieron entre diciembre de 2019 y enero de 2020, fechas en las que el cura envió a la joven, de 13 años entonces, a través de teléfono móvil, dos vídeos y mensajes de Whatsapp de contenido sexual.La sentencia consideró hechos probados que el encausado, derivado de las labores sacerdotales que ejercía en la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias de Valladolid, contactó con una mujer y su hija, de 13 años, de nacionalidad rumana.

La madre de la joven solía acudir a veces al templo, acompañada por la menor, para solicitar, en la puerta de la iglesia, ayuda económica de los feligreses, los transeúntes o a las personas que desempeñaban labores religiosas en ese centro, entre otras el acusado, quien en ocasiones entregó pequeñas cantidades de dinero y compró a la menor un chándal, lo que propició que el sacerdote facilitase el número de su teléfono.

La menor solía utilizar el móvil de su madre, cuyo número tenía el procesado, quien el 21 de diciembre de 2019 contactó con la víctima vía whatssap y, desde esa fecha y por la misma vía, entablaron progresivas conversaciones de contenido sexual entre ellos, que llegaron hasta el 6 de enero de 2.020.

La resolución judicial estableció que el acusado era sabedor en todo momento de la edad exacta que tenía la menor y de las consecuencias que un contacto sexual con ella podría implicar para él.

A través de esas conversaciones vía whatssap, el acusado insistía en verse a solas con la menor en el domicilio de ella, aprovechando que su madre se encontrara ausente, para verla desnuda o mantener relaciones sexuales con ella, entre otras proposiciones.

El acusado consiguió de la menor fotos y vídeos de ella vestida, en bikini, en ropa interior o incluso desnuda, mientras él también remitió a la víctima imágenes de contenido sexual explícito y dos vídeos, el primero desnudándose y el segundo, en el que se le ve la cara, desnudo y masturbándose.