Automoción
Mañueco pide a Sánchez que cuente con las empresas de la automoción antes de adoptar decisiones
El presidente de Castilla y León advierte que el sector vive momentos delicados por la pandemia y reclama al Gobierno de España una transición “razonable y tranquila” hacia el vehículo eléctrico
Castilla y León es una potencia en el sector de la automoción en España y en Europa. La Comunidad cuenta con hasta cuatro fábricas ensambladoras y una más de motores además de otras 150 compañías de proveedores que dan trabajo a más de 40.000 familias. Además, la industria del automóvil representa el 25 por ciento del Producto Interior Bruto de la Comunidad (PIB).
Unos datos que ponen de relieve la fortaleza de la automoción en esta Comunidad y la importancia para la economía regional de un sector que no lo está pasando bien por la pandemia y el descenso de las ventas que de ella se han derivado, así como por los ataques del Gobierno de España a este sector a través de las amenazas al diésel o la subida de los impuestos a las matriculaciones de vehículos. Por ello, el presidente de la Junta, Alfonso, ha aprovechado la reunión de la Mesa de la Automoción junto al resto de autonomías en Valladolid, presidida por la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, para pedirle a ella pero también al presidente Pedro Sánchez que tenga más en cuenta a las empresas de este sector tan importante a la hora de tomar decisiones que les afecten.
“La adopción de decisiones que no tengan en cuenta la realidad empresarial pueden hacer peligrar su actividad y con ello poner en peligro muchos miles de puestos de trabajo”, advierte el presidente de la Junta, mientras recuerda que son estas empresas las que mejor conocen los procesos de modernización, transformación y digitalización a los que deben enfrentarse en el futuro más inmediato y que por ello no pueden quedarse fuera de las iniciativas que planteen las administraciones.
Fernández Mañueco recuerda también que Castilla y León aspira a convertirse en líder de la electrificación de vehículos de acuerdo a los distintos planes industriales que el sector de la automoción tiene en marcha, y por ello pide también al Gobierno de España que acometa una transición hacia el vehículo eléctrico que aparte de dar más protagonismo a las empresas, sea tranquila, razonable y asumible por el mercado.
De la misma forma, y pase lo que pase, el jefe del Ejecutivo autonómico ha reafirmado su compromiso para con esta industria del automóvil, especialmente en el desarrollo del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), ya que se enfrenta a retos importantes en los próximos años y necesita de medidas específicas para seguir siendo una locomotora de la economía regional.
Finalmente, Fernández Mañueco llama a llegar a acuerdos en la Mesa de la Automoción y pide al resto de regiones de la España autonómica que se comprometan igualmente con un sector que es vital para el desarrollo económico y social del país.
España, líder de la electromovilidad
La ministra, por su parte, asegura que el Gobierno de la nación quiere convertir a España en líder de la transformación del sector de la automoción. “Tenemos los recursos, los actores y la ambición para hacerlo”, decía Maroto, quien avanzaba que el PERTE es una “oportunidad” para aprovechar recursos y llevar a cabo la transformación hacia una movilidad más sostenible “que reclama la sociedad”.
El PERTE, que movilizará 4.300 millones de euros de inversión pública y tendrá un efecto tractor de más de 19.000 millones, “sitúa al sector de la automoción en el centro y lo convierte en el protagonista de la movilidad del futuro”, apuntaba la ministra, mientras insistía en que el reto aborda la cohesión territorial y aboga por una recuperación inclusiva, mediante un efecto tractor que podrá permitir el mantenimiento de la carga de trabajo en las plantas, la creación de riqueza en el territorio y que haya nuevas oportunidades para los jóvenes.
La ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, por su parte, rechazaba “volver a las economías o el mercado prepandemia” y apostaba por una transformación hacia una comunidad “más resiliente y una España más verde, más inclusiva, más igualitaria y más digital”.
Para ello, avanzaba que su departamento se encarga de prever las necesidades de la sociedad y de identificar qué tecnologías pueden ser necesarias para cubrirlas y apoyar su desarrollo y, en el aspecto de la automoción, intentar que España no solo sea consumidor de los nuevos productos, sino convertirse en productor a través del I+D y contribuir a un “objetivo que es global”.
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