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Conrado Íscar arremete contra el Plan Hidrológico del Duero: “Ataca directamente al mundo rural”

El presidente de la Diputación de Valladolid denuncia la “lenta y compleja” burocracia de la CHD y que hay municipios que llevan tres años con problemas de suministro de agua para consumo humano

El presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, y el presidente Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados en Ingeniería de la rama Agrícola de Castilla-Duero, Gumersindo Sanabria (D), estudian con los diferentes colectivos agrícolas y sociales de la provincia las alegaciones de a la reforma del Plan Hidrológico de la Cuenca del Duero
El presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, y el presidente Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados en Ingeniería de la rama Agrícola de Castilla-Duero, Gumersindo Sanabria (D), estudian con los diferentes colectivos agrícolas y sociales de la provincia las alegaciones de a la reforma del Plan Hidrológico de la Cuenca del DueroRubén cachoAgencia ICAL

El presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, está que trina con la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) a cuenta del borrador que ha presentado del Plan Hidrológico de esta Cuenca, ya que, en su opinión, supone un “ataque” directo y frontal al medio rural y, de forma especial, contra los que se dedican a la agricultura y la ganadería.

El también alcalde de Matapozuelos se queja de la lenta y compleja burocracia de este organismo gubernamental, advierte de que hay municipios de la provincia que llevan más de dos e incluso tres años con serios problemas de suministro de agua para consumo humano que siguen sin resolverse, y avisa que no se callará y que su misión es defender con uñas y dientes los intereses de los vallisoletanos del medio rural.

Íscar, además, advierte de que el futuro de muchas explotaciones y negocios depende de la cantidad de agua a la que pueda tener acceso.

En este sentido, Gumersindo Sanabria, presidente de la Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Castilla y León, pone el grito en el cielo ante la forma de trabajar de la Confederación del Duero respecto a a concesión de los pozos, por supeditar a los niveles de los acuíferos que se otorguen o no licencias para realizar perforaciones para nuevas explotaciones o para jóvenes agricultores, en lugar de establecer en el plan a partir de qué niveles se pueden autorizar estas concesiones.

“Por ejemplo, nos dicen que el acuífero de Los Arenales es intocable, pero desconocemos cuál es su situación y si se ha recuperado en los últimos dos años gracias a unos niveles de precipitaciones que se pueden considerar normales”, decía en este sentido Sanabria, en declaraciones recogidas por Ical, mientras cargaba duramente también contra la CHD por su “afán recaudatorio” a través de los cánones a las aguas subterráneas. “Nosotros no nos oponemos a la instalación de contadores, pero nuestra pregunta es a cambio de qué”, aseveró.

Tanto Íscar como Sanabria se expresaban de esta forma después de la reunión que el presidente de la Diputación de Valladolid mantenía con alcaldes, representantes de mancomunidades, organizaciones agrarias y comunidades de regantes, entre una veintena de colectivos, para analizar el borrador y ultimar las alegaciones que se van a presentar a dicho Plan Hidrológico.

El presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, durante la reunión con los regantes, organizaciones agrarias, alcaldes y mancomunidades
El presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, durante la reunión con los regantes, organizaciones agrarias, alcaldes y mancomunidadesMiguel Ángel SantosLa Razón

Propuestas de hace un año

El documento presentado hace un año se organizaba en doce apartados diferentes que hacían referencia a cuestiones como el uso sostenible de las aguas subterráneas, la contaminación urbana e industrial, la implantación de caudales ecológicos, la sostenibilidad del regadío, la adaptación al cambio climático, la optimización de la gestión de la oferta de recursos hídricos o la regulación y control del dominio público hidráulico, según informan fuentes de la institución provincial vallisoletana.

Entre las medidas propuestas destacaban la necesidad de facilitar a los usuarios de aguas subterráneasla regularización de los diferentes derechos inscritos mediante procesos jurídicamente seguros y eficaces, pero con una tramitación sencilla y breve, sin que, en ningún caso, esta regularización ampare peajes que supondrían una penalización a aquel usuario que pretende la adaptación del aprovechamiento a la legalidad vigente.

Asimismo, en esta materia se proponía una regularización de oficio de todos aquellos aprovechamientos que demuestren que están en funcionamiento desde el momento en que recibieron la autorización de la administración competente y con las dotaciones y superficies con las que fueron autorizados y funcionaron con anterioridad al 1 de enero de 1986.

Por otro lado, se proponía incrementar la capacidad de regulación de la Cuenca, actualmente en el 31 por ciento, muy por debajo de otras cuencas como Ebro (50%), Tajo (90%), Guadalquivir (115%) o Guadiana (218%), lo que supondría incrementar los recursos hídricos disponibles y, según Íscar, ayudaría a solventar otros problemas derivados de los efectos del cambio climático, aumentando el almacenamiento en años de mayor pluviometría y evitando inundaciones, además de permitir el establecimiento de caudales ecológicos acordes al mantenimiento de la biodiversidad de la cuenca, sin que esto tenga que suponer una restricción del uso del agua por los regantes.

Dentro del apartado de sostenibilidad del regadío, se proponía el recrecido de los embalses de Castrovido, Compuerto, Riaño, Porma, Villameca, Aguilar, Cuerda del pozo y las Cogotas, así como mantener el desarrollo completo de las zonas de la Armuña y Payuelos.

Por último, además de cuestiones relativas a los diferentes procesos de tramitación administrativa, se demandaba la incorporación a los presupuestos en el horizonte 2021-2027 de un total de catorce nuevos embalses, la regulación de los ríos Cea y Valderaduey, y el recrecido de los embalses de Barrios de Luna, Porma, Requejada y Santa Teresa.