Tribunales
Condenado a nueve años y diez meses de cárcel por agredir sexualmente a su expareja embarazada en Valladolid
El acusado le recriminó a la víctima que tuviera relaciones sexuales con otra persona esperando un hijo de él y la amenazó de muerte
Un hombre acaba de ser condenado por la Audiencia de Valladolid a una pena de nueve años de prisión por un delito de agresión sexual con penetración a su expareja, que se hallaba embarazada, a la que se añade otros diez meses, por reincidente.
Durante el juicio, quedaron probados los hechos de que el acusado, mayor de edad y con antecedentes penales, ya que había sido condenado por un delito de amenazas en el ámbito de la violencia de género, inició una relación de afectividad con una mujer en el mes de marzo de 2020, con convivencia, y fruto de dicha relación la víctima quedó embarazada.
A finales de noviembre se produjo la ruptura de la pareja, por lo que el hombre abandonaba el domicilio. En enero de 2021 el acusado le pidió volver a casa para verla dado que el bebé que estaba esperando era suyo y estaba ya embarazada de cinco meses, circunstancia a la que la mujer accedió.
El día 22 de enero, a las doce de la noche se presentó el agresor en la vivienda, y al abrirle la puerta observó que ella llevaba puesta una camiseta de hombre, motivo por el que el acusado adoptó una actitud celosa, preguntándole que de quién era la camiseta que llevaba puesta, respondiendo que de un amigo. Eso provocó los celos del hombre que le inquirió si se había acostado con alguien o si mantenía relaciones con otra persona, a lo que ella contestó que no.
Seguidamente, el acusado cogió a la mujer de las muñecas, la echó encima de la campa, poniéndose encima de ella, diciéndole “que respetara a su criatura”, y que le parecía una “sirvengonzonería” que estuviera manteniendo relaciones sexuales estando embarazada de su hijo, y procediendo a introducirla dos dedos en su vagina, diciéndole que era par saber así si se había acostado con alguien. “Si me entero de que te has acostado con alguien, te doy para abajo”, gritó en repetidas ocasiones.
Tras una larga disputa verbal, el acusado finalmente abandonaba la casa. La agredida envió un mensaje a través de un móvil a una amiga donde le relataba brevemente lo sucedido, y al no contactar con ella, llamaba al 112 para que comprobaran si había pasado algo, iniciándose de esta manera la investigación de los hechos.
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