Campo

UPA despide un año “aciago” por los costes de producción y la protección del lobo

Precios justos, reconocimiento a la agricultura y ganadería familias y que los profesionales dejen de ser invisibles, retos del sindicato agrario para el 2022

En la agricultura fue en el único sector en el que no subió el paro
En la agricultura fue en el único sector en el que no subió el parolarazon

La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Castilla y León despide un “aciago” 2021 marcado por los elevados costes de producción que han frenado el progreso del campo debido a los incrementos de la luz, el gasóleo, los fertilizantes o productos fitosanitarios que están provocando que el profesional no solo no saque beneficios a su trabajo sino que le resulte más caro producir, así como por la sobreprotección y blindaje del lobo por parte del Gobierno socialista de Pedro Sánchez, que impide cazar a este animal en toda la Península Ibérica, con los “graves” perjuicios que según UPA tendrá para la actividad ganadera y el Medio Ambiente, así como para el propio lobo y el medio rural.

“Una torpeza política cuyos efectos ya se están sufriendo entre los profesionales del sector”, advierten en el sindicato agrario..

UPA lamenta que este año que termina comenzó grandes expectativas y renovadas ilusiones pero que va a terminar con los agricultores y ganaderos nuevamente en las calles protestando en defensa de sus intereses y su futuro ante unos costes de producción “inadmisibles” que están poniendo en peligro el futuro del campo y, por ende, que los productos no lleguen a las casas.

La avaricia de los de siempre: especuladores, intermediarios y demás personas y empresas sin escrúpulos, es la culpable de que se haya usurpado a los productores de alimentos el incremento de precio que de hecho están pagando los consumidores”, denuncia el sindicato agrario que lidera Aurelio González, recientemente reelegido.

En este sentido, UPA denuncia lo que está ocurriendo en el sector con subidas de los fertilizantes que duplican el precio de los del año pasado, piensos en torno a un 26 por ciento, mientras la electricidad supera el doble de su coste respecto al 2020, el gasóleo ha subido un 47 por ciento y los fitosanitarios entre entre el cinco y el 70 por ciento, al igual que los plásticos.

Pero no todo es negativo en este 2012 que termina, y la organización profesional agraria (OPA) pone en valor el acuerdo final para la reforma de la Política Agraria Común (PAC), aunque consideran que tiene elementos positivos aunque también que se puede mejorar, además de Ley de la Cadena Alimentaria, que en UPA confían que este 2022 que se avecina empiece a dar sus frutos, fortaleciendo el papel de los agricultores y ganaderos, y logrando un sistema más justo para la comercialización de alimentos `desde la granja a la mesa.

“Castilla y León se lo merece, los pueblos se lo merecen, los y las agricultores y ganaderos nos lo merecemos”´, apunta Aurelio González, quien recuerda que “de nada servirán los elogios generales al funcionamiento de la cadena alimentaria durante esta crisis del coronavirus si no se consigue, de una vez por todas, precios justos y rentabilidad en el sector”.

De la misma forma, de cara a este próximo año, UPA llama a reconstruir lo destruido por culpa del coronavirus y sentar las bases de un futuro más sostenible y más justo y que la Agricultura y Ganadería Familiar reciba por parte de las administraciones púbicas el impulso que se merece para ser parte activa y esencial en el necesario despegue económico y social.

“No hace tanto tiempo los agricultores y ganaderos respondieron con más firmeza que nunca con enorme profesionalidad,dando de comer a todos, con un país paralizado y la población encerrada en sus casas. Y no solo a la población española, sino a buena parte de la europea y de otras áreas del mundo, con unas exportaciones que no podían pararse. Y ahí estábamos los profesionales agrarios de esta región y de este país”, recuerdan desde UPA.

Por todo ello, el sindicato avanza que en 2022 trabajarán aún con más fuerza para luchar contra la invisibilidad del campo y para resaltar el trabajo tan esencial y estratégico que desarrollan los titulares de explotaciones familiares agrarias. También para tratar de reducir la brecha entre el mundo rural y el urbano, pensando sobre todo en las generaciones actuales y futuras.