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Cultura

Esquivias y Miguel Navia juegan a dar continuidad a los relatos bíblicos en el mundo contemporáneo con ‘Alguien se despierta a medianoche’

firman ejemplares en la caseta de Reino de Cordelia en la Feria del Libro de Madrid, y el volumen llegará a las librerías de toda España este lunes 6 de junio

Oscar Esquivias y Miguel Navia firmando ejemplares de su libro en la Feria del Libro Juan LázaroAgencia ICAL

Hace ocho años vio la luz ‘Chueca’, un libro publicado por Reino de Cordelia en el que el ilustrador Miguel Navia daba vida con sus láminas al popular barrio madrileño. El prólogo de aquel volumen corrió a cargo del burgalés Óscar Esquivias, y fue el punto de partida de una amistad que se ha ido consolidando con el paso de los años, intrincada con un nuevo proyecto muy personal para ambos que este mismo lunes llega a las librerías. Este domingo 5 de junio los dos están en la Feria del Libro de Madrid firmando ejemplares de ‘Alguien se despierta a medianoche’ (Reino de Cordelia, 31,95 euros), un álbum ilustrado elaborado a cuatro manos que lleva por subtítulo ‘El libro de los profetas’, donde los dos creadores juegan a tomar el relevo de los antiguos evangelistas para actualizar los libros sagrados a los tiempos y espacios contemporáneos, informa Ical.

Una amplia sonrisa se dibuja en el rostro de Esquivias cuando se le pregunta si ellos dos son los profetas a los que alude el subtítulo. El escritor recalca que emprendieron el proyecto como un juego donde ellos serían los “interpretes de una voz ajena”, al modo de intermediarios con el mundo. “Nuestro trabajo es puramente artístico, literario y plástico. No hemos querido hacer un libro teológico, ni mostrar las ideas que personalmente podamos tener. Nos divertía jugar a ser unos nuevos ‘evangelistas’, dando forma a un corpus que fuera realmente moderno, como si Dios se siguiera manifestando con nuevos libros sagrados, escritos con personajes actuales o con reinterpretaciones de episodios muy conocidos de la Biblia, pero siempre con un espíritu artístico y juguetón”, señala en declaraciones a Ical.

“No hemos querido instruir, evangelizar ni adoctrinar, porque la idea que se pueda extraer de la divinidad es muy contradictoria, como lo es la propia Biblia. El Dios del Antiguo testamento no es el mismo del Nuevo Testamento. En este libro hemos querido reflejar en cierto modo toda esa variedad y capacidad de vivir lo religioso, y de jugar con esa iconografía que al final forma parte de nuestra cultura, porque la influencia de estos textos ha sido enorme en todos los campos”, explica.

Así, en sus páginas, Madrid, Burgos, Bilbao o Valladolid toman el relevo de escenarios como Nínive, Babilonia o Jerusalén, y escenarios como el retablo mayor de la Cartuja de Miraflores, la Iglesia de Gamonal y el parque de Fuentes Blancas (en Burgos), o la Fuente de la Fama en pleno corazón del Campo Grande vallisoletano, emergen en los textos e imágenes de la publicación. “Los dos amamos intensamente la literatura y creemos en la vigencia de las narraciones y los textos bíblicos. Sus personajes siguen vivos y pueden ser escuchados, recreados e interpretados, como lo ha hecho el arte desde siempre”, escribe Esquivias en el prólogo.

Al respecto, recuerda las palabras de José Jiménez Lozano, que en no pocas ocasiones manifestó su asombro ante la capacidad de síntesis de los textos sagrados, que “en muy pocas líneas, describen historias como la de José y de sus hermanos o la Torre de Babel, que con el paso de los siglos han sido fuente inagotable de obras plásticas, literarias o filosóficas”, una rama de la que ellos ahora pretenden ser “continuadores”.

Fusión creativa

Inquirido sobre la metodología de trabajo que han seguido hasta darle forma al libro, Esquivias señala que ‘Alguien se despierta a medianoche’ es “fruto de un trabajo conjunto”. “Tras colaborar en ‘Chueca’, Miguel me contó que estaba interesado en hacer un nuevo libro que no fuera una mera recopilación de láminas y me propuso hacer algo juntos. Él es un gran admirador de mi libro ‘La ciudad del gran rey’, que está repleto de historias de santos, y me enseñó unos dibujos en los que estaba trabajando. Eran escenas urbanas, en las que retrataba de esa forma tan fabulosa que él sabe las ciudades, siempre impregnadas de un elemento misterioso. Aunque represente arquitecturas opulentas uno ve en ellas un signo de ruina, y siempre aparece algún personaje perdido o incómodo. A mí inmediatamente esos dibujos me remitían a una ciudad en la víspera del Apocalipsis o de un desastre, combinando opulencia y decadencia. Le dije: ‘A mí esto me recuerda a cuando Jonás se paseaba por Nínive anunciando su destrucción y todo el mundo le tomaba por un chalado’. A él le entusiasmó la idea de explorar esa senda y así surgió el libro”, relata.

Con ese punto de partida, Esquivias escribió algún texto para acompañar esos primeros dibujos y establecer lo que él entendía que podría ser el “tono” de la obra, y posteriormente escribió algunos textos en esa línea, como sugerencias para inspirar posibles ilustraciones. “Él ilustraba esos nuevos textos, y yo, a la vista de sus dibujos, a veces cambiaba mis relatos, o él cambiaba sus dibujos al leer las historias. Así llegamos a una forma de trabajar y alumbrar el libro nada habitual”, recuerda.

El resultado es un trabajo excepcional, envolvente para el lector desde su gran formato, donde textos e ilustraciones no están constreñidos uno al otro, sino que abren nuevas puertas ampliando horizontes. “Queríamos que la relación entre texto e imagen fuera creativa, no obvia o servil. Ahora, repasando las páginas, hay veces en las que no tengo claro quién dio el primer paso, y eso me parece muy bonito , porque significa que hemos estado muy cerca el uno del otro, con un mismo impulso, trabajando a la vez sobre lo mismo. Ha sido muy gratificante”, reconoce.

Las máscaras, los símbolos, las aves sobrevolando un mundo en decadencia, atmósferas de cine negro o un erotismo entre decadente e irrefrenable pueblan las páginas de ‘Alguien se despierta a medianoche’, un libro que, desde su propio título, tiene mucho de fantástico y de onírico. Como coda final, estas nuevas ‘escrituras sagradas’ se cierran con un capítulo que han bautizado como ‘Érase una vez’, donde imaginan los relatos que los animales contarían sobre los humanos, una vez hayamos desaparecido de la faz de la tierra. “Si eso sucedieran posiblemente de nosotros quedaría un relato distorsionado, donde se mezclen intuiciones, verdades y exageraciones; se puede parecer a todos los relatos bíblicos o sobre la divinidad, donde quizá haya elementos de verdad, pero siempre mezclados con mil fantasías”, remacha el burgalés.

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