Sanidad

Recomendaciones para evitar la bronquiolitis

Lavados de manos y mascarillas, clave para evitar la trasmisión

Una niña se lava las manos en casa
Una niña se lava las manos en casaROMÁN G. AGUILERAAgencia EFE

La llegada de otro virus a nuestras casas está causando pavor a los ciudadanos, tras la pandemia, que aún está ahí, del coronavirus. Ahora empieza a causar preocupación las cifras de bronquiolitis, principalmente, entre los jóvenes en España.

Castilla y León, por el frío que sacude estos días la Comunidad, es una de las que cuenta con una mayor cifra. Y es que en estos momentos el informe semanal de las infecciones respiratorias agudas deja que ha habido un aumento de las bronquitis y bronquiolitis en Castilla y León con una incidencia de 938 casos por 100.000 en el caso de los menores de cinco años.

El último documento publicado de la semana del 14 al 20 de noviembre recoge un repunte de la incidencia del conjunto de infecciones respiratorias agudas, “debido principalmente al aumento de las bronquitis y bronquiolitis que presentan una incidencia semanal ajustada por edad de 61 casos por 100.000h, pero que en el grupo de menores de 5 años alcanzan los 983 casos por 100.000h”.

Por este motivo, los profesionales sanitarios, para prevenir antes de curar, comienzan a realizar una serie de recomendaciones. Es el caso del jefe de Pediatría del Hospital Universitario Río Hortega (HURH) de Valladolid, Carlos Alcalde, quién asegura que “las medidas de distancia social aprendidas durante la pandemia de la covid-19 también son aplicables para prevenir la bronquiolitis infantil derivada de un Virus Respiratorio Sincitial (VRS)”.

Al respecto, señala que “las medidas de protección que tenemos son las que conocemos de estos últimos años: el lavado de manos, que quizá sea fundamental para evitar el contagio, y el uso de la mascarilla”.

Alcalde incidió en la importancia de la higiene de manos, “fundamental” para estos casos, ya que este tipo de virus se extienden más por el contacto, y ha recomendado que los niños con hermanos en época lactante afectados por el VRS, que intenten “no acercarse a ellos y proteger a los más pequeños, sobre todo a los menores de 3 o 6 meses”.

De hecho, señaló que el porcentaje de niños que necesitan ingresar es bajo pero reiteró que los niños más mayores pueden llevarse a casa este virus, lo genera una mayor incidencia acumulada en la población pediátrica.

Pese al aumento de los casos, el jefe de la unidad de Pediatría del hospital vallisoletano subrayó que este aumento de la incidencia es “la misma que la de todos los años” pero que ha llegado un poco antes, tal vez por tratarse “de niños menos inmunizados porque hemos tenido las mascarillas”. ”Estamos viviendo actualmente el mismo pico que vivíamos en Valladolid en época navideña y se nos ha adelantado un mes, pero la situación es similar a otros años”, afirmó, aunque cifró el porcentaje de ocupación de camas por ingresos “en un 80 por ciento con una gravedad similar a otros años”.

Alcalde indicó que ha sido un brote adelantado que les ha llevado a reforzar las guardias y los servicios de atención continuada, pero que “de momento se está viviendo una situación estable, aunque con mucho trabajo”.

Asimismo, recordó que los VRS son cuadros de infecciones víricas que generan dificultades respiratorias en lactantes y niños entre 3 y 6 meses, e identificó los síntomas como respiración agitada, que se le marquen al costilla al hacerlo o que deje de comer. ”Esos son los signos de alarma en los que habría que acudir al pediatra o urgencias, y cuando más pequeño sea el niño más urgentemente habría que consultar, sobre todo en menores de un mes por el riesgo de complicaciones”, advirtió.

Carlos Alcalde también señaló que el tratamiento de la bronquiolitis es de soporte, es decir que no hay ninguna medicación específica para curar la infección en sí, sino que en los centros médicos se ayuda a los niños a comer y a respirar mediante tratamientos sencillos como lavados nasales o suero.

A nivel hospitalario, a los pequeños pacientes se les aplican medidas para comer o respirar a través de ventilación mecánica no invasiva -mascarillas de oxígeno- y la intubación mecánica invasiva en los casos más graves, “que son los menos”.