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Gastronomía

Castilla y León registra producción de seta de cardo pero el boletus y el níscalo no despierta

La ventana de fructificación para los hongos micorríficos expiró y a esto se suman otros factores como el estado físico del árbol y los microorganismos del suelo

Ejemplar de boletus edelis en los bosques de Soria Lucía Sánchez/Ical

Castilla y León ha registrado producciones puntuales de setas de cardo, pero no de boletus y níscalo. Finalmente, aunque se esperaba que hubiera una fructificación esta semana, no ha llegado. El responsable del área de micología y truficultura de la Fundación Cesefor, José Miguel Altelarrea, señaló a Ical que los inventarios realizados por la entidad arrojan cero ejemplares para estas dos especies de alto valor gastronómico.

“Los hongos necesitan precipitaciones a finales de verano y en septiembre y no se han producido. No veo claro que fructifiquen los boletus pero quizás salga níscalo”, reseñó para corroborar que la producción está “parada” a excepción de la seta de cardo que hay cantidades “significativas”.

La razón por la cual no han fructificado las especies a pesar de que haya llovido y las temperaturas hayan sido las adecuadas las enumera el científico del INIA CSIC y director del Instituto Micológico Europeo, Fernando Martínez Peña. Recuerda que la variabilidad de la fructificación de setas silvestres comestibles se explica en un 60 por ciento por razones meteorológicas- humedad y temperatura- y en un 40 por ciento por otras variables como puede ser el estado físico del árbol, los microorganismos del suelo como hongos, bacterias y pequeños insectos que pudieran condicionar la fructificación.

El hecho de que las lluvias se han registrado en Castilla y León más tarde de lo normal han provocado que se active la fructificación de hongos saprobios, que descomponen de materia orgánica muerta y que no tienen dependencia de los árboles. De este modo, las setas de cardo o los champiñones han respondido bien a las lluvias pero no los hongos micorríficos como los níscalos o boletus, que dependen más de la temperatura, la humedad y de las condiciones fisiológicas del los arboles y de los organismos presentes en el suelo.

Martínez Peña sostuvo que a todo esto se suma otra circunstancias y es que todas las setas tienen una fenología es decir, una especie de ventana de fructificación, de tal manera que aunque se den condiciones de humedad y de temperatura si no se dan ese espacio de tiempo no afloran.

“El período o ventana de fructificación es elástico y se puede mover un poco en el espacio temporal y adelantar o retrasar unas semanas. Pero este año se han dado unas circunstancias muy especiales porque ha habido un retraso de la llegada de la lluvia muy significativo. Prácticamente no ha llovido nada desde septiembre, muy poco en octubre y muy tarde, por lo que quizá en lo que respecta a estas dos especies de interés comestible se está fuera esa ventana de fructificación”, expuso.

Todas estas circunstancias explican que no se hayan dado fructificaciones de los boletus y níscalo de forma generalizada en la Comunidad. “Se da la circunstancia de que el boletus tiene una ventana de fructificación más temprana que el níscalo por lo que todavía es más difícil que se recupere el primero”, destacó.