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Infraestructuras ferroviarias

Clamor en Valladolid contra la "megaestación" de trenes de Puente que impide soterrar las vías en el futuro

"El ministro está engañando a los ciudadanos con este faraónico proyecto que nunca acabará con el muro de más de cinco kilómetros que divide la ciudad y excluye a más de 90.000 personas", advierten desde la Plafaorma por el Soterramiento

Cecilio Vadillo y José Luis Lara durante la rueda de prensa PSFVLa Razón

La "faraónica" nueva estación de trenes en superficie que el Gobierno de España ha proyectado en Valladolid de la mano de su ministro de Transportes, el socialista Óscar Puente, ex alcalde de la capital del Pisuerga, tiene en jaque y un tanto confundidos ye indignados a los que viven y trabajan en la ciudad.

Sobre todo, porque este "megaproyecto" va en contra de la opinión mayoritaria de los vallisoletanos que apostaron por el soterramiento de las vías del tren en la ciudad al dar la alcaldía al popular Jesús Julio Carnero. De hecho, el proyecto del ministro Puente. blindado con una rapidez inusitada con respecto a otras iniciativas al declararse como una actuación prioritaria y de interés general, impediría esta opción en el futuro salvo que se derribara todo lo realizado en favor de la integración ferroviaria para poder soterrar las vías lo que supondría un encarecimiento brutal del soterramiento además de que se alargaría en el tiempo.

Desde la Plafaorma por el Soterramiento del Ferrocarril en Valladolid no arrojan la toalla y siguen movilizándose para meter presión y hacer ver a la sociedad vallisoletana de que la estación en superficie es un error y que hay que apostar por una nueva estación de trenes pero soterrada como se está haciendo en otros lugares como en Murcia y en Lorca, pero también en País Vasco o Cataluña.

Este movimiento ciudadano advierte de que el debate no es estación sí o estación no, sino estación en superficie sin soterramiento o soterrada. "Que no nos engañen; son las únicas dos alternativas que hay, pero si queremos una ciudad integradora, que favorezca la convivencia entre los vecinos, más solidaria, accesible, ecológica y más próspera en lo económico, no hala mejor opción es la del soterramiento", señala Cecilio Vadillo, portavoz de la plataforma, quien advierte de que ellos no es que no quieran que Valladolid tenga una nueva estación de trenes, sino que por lo que apuestan es porque sea soterrada, y para ello reclaman la modificación urgente del convenio de 2017 para podr llevar a cabo el proyecto de soterramiento como s eha hecho en numerosos municipios, como Hospitalet.

Vadillo echa en cara a Óscar Puente su falta de voluntad política y de compromiso para con los vallisoletanos. "Lo único que pretende el ministro es engañar a todos los ciudadanos con este megaproyecto que nunca acabará con el muro de más de cinco kilómetros que divide la ciudad y excluye a más de 90.000 personas", advierte el ex subdelegado del Gobierno en Valladolid en la época de Zapatero.

Vadillo, además, no sale de su asombro cuando ve que este proyecto de estación de trenes de Puente costará más de 250 millones de euros, que se elevan a 550 millones contando el nodo ferroviario. "Nos ha mentido una vez más, porque siempre deendió que el soterramiento no era viable ni técnica ni económicamente y ahora nos demuestra lo contrario con su forma de actuar", lamenta Vadillo, para quien Puente no quiere reconocer que se equivocó y que ya entonces le engañó el PP cuando firmó el convenio con el Gobierno y la Junta de Castilla y León.

José Luis Lara, otro de los integrantes de la plataforma, rechaza la opinión del ministro y de los técnicos de ADIF que consideraban incompatible con el soterramiento la cimentación por pilotaje prevista para la nueva terminal ferroviaria.

"Todos sabemos que Valladolid es una ciudad excelente para cimentar y construir, y que el pilotaje solo se utiliza cuando hay dudas sobre la estabilidad del suelo y sobre posibles empujes de las paredes laterales", explica. Además, se pregunta para qué se va a construir ese armatoste y por qué con tanta antelación en alusión a la nueva estación, a lo que responde él mismo, sin ambages, que se hace solo "por mala idea y para hacer daño a la ciudad para impedir el soterramiento".