Sociedad

La danza que rompe barreras y da alas a la inclusión en Palencia

La compañía 'Includanza' de la Fundación San Cebrián, liderada por Natalí Camolez, empodera a personas con discapacidad intelectual para brillar en las artes escénicas

La compañía 'Includanza' de la Fundación San Cebrián, liderada por Natalí Camolez, ensaya su nuevo espectáculo 'Iris'
La compañía 'Includanza' de la Fundación San Cebrián, liderada por Natalí Camolez, ensaya su nuevo espectáculo 'Iris'Brágimo/Ical

En un mundo donde las artes escénicas suelen ser un privilegio de unos pocos, la Fundación San Cebrián ha dado vida a un proyecto que desafía barreras y redefine el concepto de protagonismo: Includanza. Esta compañía de danza, dirigida por la educadora social Natalí Camolez, reúne a personas con discapacidad intelectual para convertirlas en artistas que no solo ocupan el escenario, sino que transforman la percepción de la sociedad sobre sus capacidades. Con su nuevo espectáculo, ‘Iris’, Includanza se prepara para emocionar al público de Palencia y más allá, demostrando que la inclusión es un acto de creatividad, valentía y celebración colectiva.

La historia de Includanza comenzó como una idea plasmada en el Trabajo de Fin de Grado de Natalí Camolez, titulado precisamente así. “Quería explorar cómo la danza podía ser una herramienta para poner en valor a las personas con discapacidad intelectual”, recuerda. Tras ocho años en Palencia, Camolez notó una carencia significativa, y es que no existía una compañía de danza que desarrollara espectáculos de formato mediano, de 30 a 40 minutos, ni proyectos artísticos inclusivos que dieran protagonismo a personas con discapacidad. “En Castilla y León, comparado con otras comunidades, vamos con retraso en este tipo de iniciativas”, señala.

La oportunidad de convertir su idea en realidad llegó en 2022, cuando la Fundación San Cebrián le ofreció un puesto tras sus prácticas universitarias. “Me propusieron trabajar en un proyecto de dinamización comunitaria, y a cambio decidimos poner en marcha Includanza”, explica. El debut llegó con ‘¿Jugamos?’, un espectáculo de 30 minutos estrenado en el teatro Jesús Meneses de Villamuriel. “Fue un momento muy especial”, confiesa Camolez. “Dirigir por primera vez un espectáculo para personas con discapacidad intelectual fue un reto enorme. Sus limitaciones, como la memoria o la percepción espacial, hacían que cada paso fuera un desafío, pero verles brillar y sentir el calor del público fue inolvidable”.

Desde entonces, Includanza ha estrenado ‘Cartas para ti’ y ahora presenta Iris, su tercera creación. Cada espectáculo es una obra original, diseñada para reflejar las vivencias y emociones de los artistas, mientras se abre un diálogo con el público sobre la diversidad y la inclusión. “La danza no es solo ocio, es una vía de acceso a la cultura y una forma de empoderar a las personas para que sean protagonistas”, subraya Camolez.

El 2025 arranca con una agenda vibrante para Includanza. El 29 de abril, la compañía participará en la programación del Día Internacional de la Danza, organizada por el Ayuntamiento de Palencia y la Escuela de Danza Smile. Al día siguiente, el 30 de abril, ofrecerá un preestreno de Iris en Paredes de Nava, un ensayo abierto al que asistirán estudiantes del instituto local. Los días 6 y 7 de mayo, Includanza llevará a cabo una campaña escolar en el Teatro Principal, presentando Cartas para ti para Infantil y Primaria, y Iris para institutos y la Universidad de Valladolid. El estreno oficial de Iris será el 14 de mayo, consolidando un mes de intensa actividad cultural.

Actuar en el Teatro Principal, un escenario emblemático de Palencia, es un hito para la compañía. “Es un honor democratizar un espacio público como este, haciendo que la cultura llegue a niños de la periferia y a colectivos que a menudo no tienen acceso”, explica Camolez. La campaña escolar, especialmente en la provincia, es una de las apuestas más fuertes de Includanza. “En muchos colegios de la provincia no hay teatros cerca, y los recursos para costear desplazamientos son limitados. Nosotros llenamos ese vacío, llevando la danza a quienes más lo necesitan”, añade.

‘Iris’, el nuevo espectáculo, es una reflexión sobre la percepción visual y la invisibilidad social. “Muchas veces hemos sentido que somos invisibles frente a otras prioridades sociales”, explica Camolez. “El iris es único en cada persona, y en Includanza celebramos la diversidad de nuestros artistas, que, aunque diferentes, comparten un mismo horizonte”. La obra, de 30 minutos, utiliza un enfoque surrealista, jugando con la oscuridad, la empatía y atrezos que invitan al público a interpretar las emociones de manera personal. “Queremos que sea un momento de respiro, una experiencia que conecte con cada espectador de forma única”, señala la directora.

Por primera vez, Camolez no actuará junto a los artistas, un paso significativo que refleja el crecimiento de la compañía. “En ‘¿Jugamos?’ participé activamente para mediar, en ‘Cartas para ti’ reduje mi presencia, y ahora en Iris ellos actúan de manera autónoma. Es una prueba de su aprendizaje y de su capacidad para sorprender a la sociedad”, afirma. Este logro desafía los prejuicios que infantilizan a las personas con discapacidad intelectual, demostrando que, con los apoyos adecuados, pueden alcanzar un alto nivel de autonomía y calidad artística.

Includanza está formada por un grupo diverso de artistas, entre ellos Pilar Andrés, Jorge de Prado, Raquel Bravo, Raquel Redondo, Mario Martín, Aliona Benito, Esther Pascual, Vanesa Antolín, Carlos Huidobro, Covadonga Sobero, María José Iglesias, María Jesús de la Cruz, Elisa Peláez y Rocío González. Cada uno aporta su perspectiva al proceso creativo, que Camolez describe como un “laboratorio técnico y teórico”. La creación de los espectáculos comienza con una investigación previa, seguida de sesiones de improvisación donde los artistas exploran los temas y los atrezos. “Es un proceso colaborativo, donde todos aportamos”, explica.

La escenografía y los atrezos son diseñados en colaboración con el taller del Centro de Día de Mayores de la Fundación, un esfuerzo colectivo que refuerza el sentido de comunidad. “Empezamos jugando con pautas de improvisación para ver cómo cada persona entiende su objeto de trabajo, y de ahí construimos la obra juntos”, detalla Camolez. Este enfoque no solo empodera a los artistas, sino que les permite experimentar vivencias únicas y sentirse protagonistas de un proyecto que trasciende el escenario.

A pesar de los avances, la sociedad aún alberga prejuicios hacia las personas con discapacidad intelectual. “Se les infantiliza, asumiendo que no tienen voluntad propia o capacidad de decisión, y eso es un error”, lamenta Camolez. Includanza desafía estas ideas preconcebidas, mostrando que sus artistas, con diferentes grados de discapacidad, están comprometidos con el proyecto y capaces de ofrecer un trabajo de alta calidad. “El público se sorprende, primero porque no hay muchos proyectos similares, y segundo porque ven el respeto y la dedicación con la que trabajamos”, añade.

Aunque Camolez no considera a Includanza una compañía profesional debido a la falta de recursos para una formación intensiva, destaca el nivel de sus producciones. “Nos faltan jornadas completas para formar a los artistas, pero la calidad de nuestro trabajo es alta, y el público lo percibe”. En Castilla y León, donde los proyectos inclusivos son escasos, Includanza se posiciona como un referente, abriendo camino para que otras iniciativas similares puedan florecer.

Un impacto que trasciende Palencia

El impacto de Includanza es especialmente notable en la provincia, donde el acceso a la cultura es limitado. “En la capital hay más oportunidades, pero en los pueblos muchos colegios no tienen teatros cerca ni recursos para desplazarse. Nuestra labor es llevar la danza a esos lugares”, explica Camolez. La Fundación San Cebrián, que respalda el proyecto, es clave en este esfuerzo, apostando por iniciativas que combinan arte y acción social. “Es raro encontrar profesionales del arte con formación en el ámbito social, y viceversa. La Fundación ha sabido unir ambos mundos”, subraya.

Más allá de ‘Iris’, Includanza está involucrada en otros proyectos transformadores. Junto a la Escuela de Danza Smile, participa en el Programa Escenario Creativo, que abre ciclos de danza, teatro y ahora música a toda la sociedad palentina. Además, la compañía prepara una performance que fusionará cuerpo y artes plásticas para las fiestas de San Antolín, y entre mayo y junio grabará un cortometraje. “La cartelera es amplia, y cada propuesta nos reta a crecer”, asegura Camolez.

Para los artistas de Includanza, cada espectáculo es una oportunidad de crecimiento personal y artístico. Para el público, es una invitación a mirar con empatía, a celebrar la diversidad y a encontrar en la danza un espacio de conexión. “Queremos que el público tenga un momento de respiro, que se lleve algo único de cada función”, dice Camolez. En un mundo que a menudo margina a las personas con discapacidad, Includanza demuestra que todos los cuerpos pueden bailar, que todas las voces merecen ser escuchadas y que la inclusión es, ante todo, un acto de amor por la humanidad.

Con ‘Iris’ y sus futuros proyectos, Includanza no solo está subiendo al escenario, está tejiendo una red de comunidad, desafiando estereotipos y democratizando la cultura. Desde Palencia, esta compañía está escribiendo una historia de esperanza, creatividad y transformación, recordándonos que la danza es un lenguaje universal que une corazones y derriba barreras.