Medio Ambiente

La espectacular ruta primaveral de los Cerezos en Flor

El Valle del Tiétar cuenta con más de 50.000 árboles de 50 variedades distintas

Cerezos en flor en El Arenal
Cerezos en flor en El ArenalRicardo MuñozIcal

Con la llegada de la primavera, hay un espectáculo natural que deja sorprendido a todo el que lo contempla. Se trata de los Cerezos en Flor. La más famosa es la extremeña del Valle del Jerte, pero hay otra ruta, no tan conocida pero que deslumbra aún si caba más, ya que cuenta con más de 50.000 cerezos que florecen en la primera quincena de abril para vestir con un fugaz manto blanco la ladera de la montaña de la Sierra abulense de Gredos.

El Hanami "mirar las flores", o contemplación de los cerezos en flor, es un ritual de origen japonés que se celebra cada primavera. Aunque el fenómeno reúne cada año a muchos japoneses y turistas de todo el mundo, el Hanami también ha empezado a exportarse en numerosos países de todo el mundo, entre ellos España, y más concretamente en el Valle abulense del Tiétar.

 

Esta costumbre se remonta a siglos atrás, cuando la floración de estos árboles marcaba el inicio de la primavera y, por lo tanto, avisaba del momento idóneo para plantar el arroz, alimento crucial para los primeros habitantes de este país. Durante este período, los cerezos eran vistos como seres sagrados y se creía que las almas de los dioses de la montaña anidaban dentro de ellos.

Por ello, los agricultores veneraban a estos árboles y creían que, cuando las flores rosadas del sakura estaban en su máxima floración, era cuando los dioses bajaban a las villas y se convertían en arrozales para ayudar a la producción del arroz. La historia del hanami nació, por lo tanto, de una tradición religiosa. Sin embargo, no sería hasta el Periodo Nara (710-784) cuando esta costumbre comenzó a transformarse en la festividad sin las connotaciones religiosas que son en la actualidad.

Esta tradición en el Valle del Tiétar ha sido mucho más tardía, pero en los últimos años posibilita que año tras año más gente se acerque hasta la Sierra de Gredos, ya que durante esta época del año el contraste con la abundante vegetación y sus cumbres nevadas ofrecen una panorámica símplemente espectacular. Además esta zona cuenta con condiciones climatológicas especiales, mucho más cálidas que el resto de la provincia. Tanto es así, que muchos lo conocen como la Andalucía de Ávila.

Su meteorología permite que crezcan en sus campos miles de cerezos con la sierra de fondo. Sin duda, un contraste muy interesante, especialmente cuando llega la primavera. La mayor cantidad de árboles se concentra en las localidades de El Arenal, Guisando y El Hornillo.

 

Actualmente, existen diferentes rutas que permiten admirar los cerezos en flor en el Valle del Tiétar. La mayoría se centran en los tres municipios principales y sus atractivos, tanto monumentales como naturales. En ellas, además de descubrir la arquitectura popular de los tres pueblos, es posible reconocer otras especies vegetales como los enebros, alcornoques, encimas, alisedas, castaños, pinares y robles. Pero también, con un poco de suerte, es posible divisar cigüeñas negras, águilas reales, grullas o buitres negros.

El Arenal

Esta bonita localidad montañosa de calles empinadas y estrechas, llama la atención por su arquitectura popular y por su gran número de fuentes. Al mismo tiempo, ofrece un entorno idóneo para practicar senderismo y deportes de aventura en plena naturaleza.

Enclavado en el majestuoso paraje montañés del Parque Regional de Gredos, entre frondosos bosques de pinos, chopos, castaños y nogales, surcado por el Río Arenal, y rodeado de bellas gargantas con innumerables pozas de agua cristalina, se encuentra este precioso pueblo serrano que obtuvo del rey Felipe V en 1732 ( previo pago de 900.000 maravedíes por parte de sus vecinos ), la carta de villazgo con la que consiguió el título de Villa y por tanto, su independencia jurídica y administrativa.

 

Monumentos: La Casa de Linda, construida con grandes bloques de granito hace más de 400 años, es la casa más antigua del Arenal.

- La Corrala, barrio típico de la villa.

- La Ermita de la Virgen de Las Angustias, del siglo XVIII.

- La Ermita del Cristo de la Expiación.

- La Ermita de la Virgen de los Remedios, del siglo XVIII, en la Plaza Mayor junto al Ayuntamiento.

- La Iglesia de la Asunción construida sobre la antigua iglesia de Santo Domingo ( XV, XVI ). Destaca la cúpula de estilo gótico isabelino y el retablo (1563) de Pedro de Salamanca.

- La Plaza Mayor, o de la Nueva España, donde está el edificio del Ayuntamiento y una fuente de dos caños con pilón circular.

Guisando

Declarado Bien de Interés Cultural en 1976, cuenta con un casco urbano que merece la pena conocer. Su belleza está reflejada en las plazas irregulares, la principal de 1905, en las casas de mampostería y en sus calles de sabor andaluz, con fachadas de gigantescos aleros y generosas solanas de madera que imitan las balaustradas de los palacios y el modelo de palacio de Yuste.

Mención aparte merecen las fuentes, las chimeneas y los remates de los tejados. La Fuente Grande es un símbolo del pueblo y fue realizada en 1893 según diseño de Isidoro Moreno, con un pilón de cantería rectangular de 2,5 por 2 metros, con antepechos de 90 centímetros de altura y con un árbol de subiente de donde partían los tres caños y tres piezas para posar los cántaros.

Las Chimeneas presentan un planta rectangular y estructura troncopiramidal, sobresaliendo del tejado a modo de torres. Estas son construidas de ladrillo o adobes recubiertas con barro y blanqueadas. A menudo aparece una decoración en la que predominan los motivos simbólicos de tipo solar, corrientes en el arte pastoril y comunes también en los dinteles de las puertas.

 

Otras veces, los tejadillos o gran tejado se cubren con remates y adornos formado con trozos curvos de teja, símbolo que evoca al mundo alado, el águila como elemento protector de la casa. Costumbres locales que aparecen también en el mobiliario y que pertenecen a culturas ancestrales como la celta.

El sello mudéjar lo refleja una bella Casa de finales del siglo XIX que perteneció a José Mateos y Dámasa Fraile, donde destaca su estructura vertical con grandioso sobrado e interesantes chimeneas al interior y al exterior. Obra con forma irregular que contrasta con las plantillas utilizadas, un criterio impuesto desde el siglo XVI con firmeza donde círculos o temas florales van tapando la piedra.

Su Iglesia moderna es de planta de salón y está enriquecida por un espectacular conjunto de arquitectura popular que la rodea. La iglesia fue demolida en los años setenta y en el año ochenta se empezó la obra. Lo mas destacado de realizó en 1989, cuando entran en escena una familia de artesanos de la madera para ejecutar el remate, las ventanas y las puertas que forman cuerpos móviles.

Por otro lado, su posición estratégica lo convierte en punto de acceso natural a La Mira y Los Galayos, a través del Nogal del Barranco y la Apretura. Allí se encuentra el refugio Victory, lugar de encuentro de alpinistas, montañeros y escaladores. Otro punto que merece la pena conocer es el centro de interpretación de la naturaleza de la Casa del Parque El Risquillo.

El Hornillo

El Hornillo se encuentra a tan solo seis kilómetros de Arenas de San Pedro y en plena ladera de la Sierra de Gredos. Sorprende por su suave climatología y abundante vegetación, avivada por la garganta junto a la que se ubica la localidad.

Ubicado junto a la garganta, donde abundan charcos de aguas cristalinas, está rodeado de pinares y de bancales plantados de cerezos, castaños, nogales y gran diversidad de árboles frutales que ofrecen un espectáculo deslumbrante en el tiempo de floración.

 

Su plaza conserva soportales de madera y en sus barrios próximos se puede apreciar la armonía y la belleza de la arquitectura popular en casas que combinan con maestría la piedra, la madera y el adobe y lucen en sus fachadas hermosos balcones repletos de flores.

Otros puntos que merece la pena conocer de esta zona son los municipios de La Adrada, Candeleda, Poyales del Hoyo, Pedro Bernardo, Piedralaves, Lanzahíta o Arenas de San Pedro. La zona está repleta de miradores, santuarios, piscinas naturales, puentes medievales y espacios tan únicos como las Cuevas del Águila, que bien merecen una visita.

 

Para reponer fuerzas después de disfrutar de estos bellos pueblos, lo mejor es disfrutar de la gastronomía exquisita de la zona con excelentes carnes abulenses, quesos artesanales y frutas y hortalizas de la tierra, entre los que destacan: - El Chuletón de Ávila, que se obtiene a partir de una chuleta de buey, vaca o ternera de raza Avileña-Negra. Se trata de un gran chuletón preparado a la parrilla y generalmente servido poco hecho.

- Patatas Revolconas: También llamadas “meneadas, revueltas o removidas”, varias versiones para un mismo plato. Se trata de un guiso típico del Valle del Tiétar. El plato consiste en unas patatas cocidas con pimentón de Candeleda, laurel y ajo, prácticamente se deshacen como un puré.

Se puede decir que es de origen pastoril y se sirve caliente, propio para los meses de invierno. Seguramente, su secreto esté en el torrezno o el chorizo que se fríe en una sartén. Una vez hechos, se retirán y con la grasa que queda se pone el pimentón, los ajos y las patatas. Finalmente, se añade el torrezno y, listo para degustar.

-Quesos: La incomparable riqueza natural de los quesos del Valle del Tiétar junto con el valor tradicional de su elaboración son la base de Queserías del Tiétar, que nace gracias al espíritu incansable de su fundador Rafael Báez, el buen saber hacer de Rafael y con la ayuda de un gran asesoramiento profesional se inició la aventura de crear unos de los mejores quesos artesanos de Castilla y León.

Desde un principio Queserías del Tiétar tomó como camino irrenunciable la elaboración de un queso de máxima calidad, con el objetivo único de satisfacer la demanda de clientes conocedores del buen queso y el buen saber hacer. El resultado, como no podía ser de otra forma, es una pequeña variedad de quesos de cabra artesanos elaborados con la mejor materia prima.

- Frutas: Entre las frutas más destacadas cabez mencionar las cerezas del Valle del Tiétar, que se caracterizan por su dulzura, mayor que las producidas en altitudes menores, ya que se cree que el cerezo segrega más azúcares para proteger al fruto de los grandes contrastes de temperatura; así como los famosos melocotones de Burgohondo, o las manzanas reinetas propias del Valle del Tormes.

Y para disfrutar de estos manjares, los mejores establecimientos de la zona son: - El Yantar de Gredos: En plena Sierra de Gredos, ubicado en la bonita localidad de "San Martín de Pimpollar", y a poco más de dos horas de Madrid y Valladolid, se encuentra este familiar establecimiento regentado por Daniel Pérez y Cristina, que ofrece una atención personalizada y los productos de calidad de la zona como el chuleón o las Judías, además de unas riquísimas croquetas, arroces y unos postres para chuparse los dedos.

 

- Hotel Rural "Los Molinillos": Situado en el Arenal ofrece habitaciones con balcón y WiFi gratuita, disponible en todas las instalaciones, así como un bar cafetería y una terraza. El hotel ofrece unas vistas impresionantes al campo de los alrededores, y está a solo 100 metros del río Arenal, por lo que las actividades que se pueden hacer en la zona incluyen paseos a caballo y senderismo.

- Hostal Cielo de Gredos: Este establecimiento se encuentra en Guisando y ofrece alojamiento con jardín, terraza y restaurante. Algunas habitaciones tienen vistas a la montaña y todas incluyen baño privado con ducha y artículos de aseo gratuitos. Las habitaciones del Hostal Cielo de Gredos incluyen ropa de cama y toallas.También hay un parque infantil y sus huéspedes podrán disfrutar de actividades como el ciclismo.