
Turismo
Este impresionante pueblo es el próximo que se va a unir a la larga lista de los "Más Bonitos de España"
La distinción impulsa nuevas oportunidades para su promoción turística y desarrollo económico sostenible del municipio

La Asociación de los Pueblos más Bonitos de España nació en el año 2011 de la convicción y necesidad de poner en conocimiento de todo el mundo los maravillosos pueblos que salpican la geografía española. Lugares de gran belleza que destilan historia y cultura a la par, villas donde la tradición envuelve al viajero, que al mezclarse con los lugareños, pasa a formar parte de este marco único aunque sea solo por unos instantes.
Su objetivo es la promoción de zonas preferentemente rurales y de pequeños municipios a través de esta página y de las diferentes acciones que la asociación emprenderá a través de internet, prensa u otros medios de comunicación.
Actualmente la asociación está formada por 122 pueblos. Pero este sábado 21 de junio otro municipio se va a sumar a esta prestigiosa lista. Se trata del pueblo burgalés de Poza de la Sal, que a partir de las 17,30 horas, del 21 de junio, cuando el alcalde de Poza de la Sal, Domingo Núñez Movilla y el presidente de la Asociación, Francisco Mestre, destaparán el cartel oficial de Poza de la Sal, que lo acredita oficialmente como uno de Los pueblos más Bonitos de España.
Este nombramiento representa un motivo de orgullo para todos los pozanos y para la provincia de Burgos, ya que refuerza el valor cultural, patrimonial y paisajístico de esta localidad, al tiempo que impulsa nuevas oportunidades para su promoción turística y desarrollo económico sostenible.
Poza de la Sal ha sido oficialmente reconocido como uno de Los Pueblos más Bonitos de España, sumándose así al prestigioso grupo de localidades burgalesas que ya forman parte de esta red, junto a Caleruega, Castrojeriz, Covarrubias, Frías, Lerma y Puentedey.
Este distintivo valora el alto nivel de conservación del patrimonio, la belleza del entorno y la autenticidad de sus tradiciones, reforzando la proyección turística y cultural de Poza de la Sal como destino con identidad propia y gran atractivo. Este evento marcará un hito en la historia de Poza de la Sal cuya inclusión en esta prestigiosa red impulsará el turismo y fomentará el desarrollo cultural y económico de la zona
Poza de la Sal
El casco urbano de Poza fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1982. El carácter medieval de su trazado se ha mantenido a lo largo de los últimos siglos.Poza de la Sal sigue siendo en su configuración urbana una villa medieval con rasgos muy especiales derivados de su emplazamiento y del uso de determinados materiales de construcción en algunos casos peculiares por su origen y características.
Poza constituye un claro ejemplo de adaptación de un casco urbano a un emplazamiento con unas características topográficas muy peculiares. El caserío de la villa se asienta sobre la ladera oriental del macizo calizo sobre el que se levantó el castillo, destaca la página web del Ayuntamiento.
En este emplazamiento es destacable la pendiente y también el asentamiento del caserío sobre los conglomerados terciarios formados durante el Mioceno en la zona de contacto entre el páramo y la cuenca sedimentaria de la Bureba. Este último rasgo es quizá el más característico: la ausencia de cimentación en la mayor parte de las casas y en la muralla, directamente asentadas sobre estos conglomerados del terciario y apoyadas unas en otras, estructura que es perfectamente visible en el interior de la Casa de Administración de las Reales Salinas, en la Puerta de la Fuente Vieja de la muralla, y en el exterior de muchas viviendas caminando por cualquiera de las calles.
Atractivos turísticos
Muchos son los atractivos con los que cuenta Poza de la Sal, que la ha permitido formar parte de la red, entre los que destacan:
Salinas
Las salinas de Poza de la Sal, que dan nombre a este municipio, se encuentran situadas justo en el borde del Páramo de Masa, donde los terrenos descienden bruscamente hacia la planicie Burebana, como un inmenso cráter de 2,5 kilómetros de diámetro que constituye uno de los diapiros más perfectos que existen.
Los bordes del falso cráter, de contorno prácticamente circular, encierran dentro de sí la cuenca salinera y sus paredes muestran la historia geológica del lugar desde la formación de la sal que se corresponden a los períodos triásico, jurásico y cretácico.
El dato más antiguo sobre el poblamiento de esta zona lo aporta el yacimiento El Castellar, atribuido tradicionalmente a un Castro de la Edad del Hierro, del que apenas quedan restos de superficie.
El Salero de Poza ocupa una gran superficie encajado en el fondo del diapiro, fenómeno geológico que provocó un importante yacimiento salino en el subsuelo. La cuenca salinera se dividió en valles -zonas independientes de producción-, y granjas –propiedades- que integraban los distintos tipos de instalaciones destinadas a la producción de sal.
Debido a la importancia del mineral, la Corona siempre tuvo propiedades en la salinas, y este aspecto se unió al monopolio sobre la venta de sal establecido por Felipe II en 1564 que perduró hasta 1868, momento en el que cae la monarquía de los Borbones con Isabel II.
El diapiro de Poza de la Sal aparece incluido en 1983 por el Instituto Geológico y Minero como uno de los Puntos de Interés Geológico (P.I.G.) del sector oriental de la cordillera Cantábrica. Esta estructura diapírica está situada en el límite suroccidental de la cuenca Vasco-Cantábrica, y constituye un notabilísimo ejemplo de tectónica halocinética por la calidad de sus afloramientos, sus dimensiones, y por sus perfectas condiciones de observación.
Castillo de los Rojas
El emplazamiento del castillo en la cima de un macizo rocoso, aislado, de una verticalidad que lo hace casi inaccesible, permitió otro acceso que peldaños tallados en la propia roca. El castillo y el roquedo en el que se asienta se encuentran en el borde oriental del diapiro, en el escalón entre el Páramo y la Bureba, lo que supuso por el oeste el control de la entrada a la villa y a la Bureba desde el páramo y también el control de todo el territorio salinero, y por el este un dominio visual absoluto sobre la cuenca burebana. Protegió sobre todo el caserío de la villa, ceñido por la muralla y asentado en su falda oriental, sobre la Bureba.
Al pie del peñón quedan los restos de los dos cubos que flanqueaban el arco de entrada, del que aún se puede ver el salmer, y que constituyó la puerta de acceso al patio de armas de la fortaleza. En la cima el castillo se dispone en dirección norte-sur, con la fachada en el oeste, y los restos de la torre en el extremo sur. Un vano ojival doblado, con aparejo de sillería colocada a hueso, sobre el que se encuentran lo que parece las ménsulas de arranque de un matacán, permite el paso al interior: una estancia larga y estrecha cubierta por una bóveda de cañón levemente apuntada cuyas tensiones se resuelven directamente sobre los propios muros, de gran potencia.
Existe también un tramo que parece cubierto por bóveda de arista. Esta estancia está parcialmente excavada en la roca, y aparece dividida en dos espacios por un paño de muro en el que se abre un arco de medio punto; antes de pasar este vano es destacable una caverna artificial, también excavada en la roca. Al fondo una escalera tallada en la roca conduce al piso superior, una terraza de unos 36 metros de longitud en la que está excavado un aljibe. Son elementos constructivos importantes además de los ya mencionados y el aljibe, los garitones sobre modillones, y también la aspillera con un amplio derrame al interior.
Este castillo tuvo las funciones de prisión, vigilancia y defensa. Entre los días 22 de enero y 19 de mayo de 1528, siendo noveno señor de Poza Juan Rodríguez de Rojas, los embajadores de Francia, Milán, Florencia, Inglaterra y Venecia, de la Liga Clementina, estuvieron presos en este Castillo por orden de Carlos I. Fueron conducidos a la villa por Pedro López Hurtado de Mendoza. Andrea Navaggero, el embajador de la república de Venecia, describe su estancia y la villa en su obra Viaje por España. Al mismo tiempo que estos embajadores, el día 15 de abril de 1528, Carlos I ordenó el encierro en Poza de Ricardo Cuper, Procurador de los corsarios ingleses que asaltaron y tomaron la nao “Espíritu de Gracia”, propiedad de mercaderes burgaleses, en Belém, cerca de Lisboa, en la noche del 10 de marzo de 1525.
La función defensiva del castillo se puso de manifiesto en la Guerra de la Independencia entre las tropas francesas al mando de General Palombini y la guerrilla de Francisco Longa y Juan de Mendizábal en la que se conoció históricamente como acción de Poza. Durante las Guerras Carlistas el castillo fue ante todo lugar de vigilancia.
Iglesia parroquial de los Santos Cosme y Damián
La iglesia fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1974. Su construcción comienza probablemente a finales del siglo XIII, pero es objeto de reformas que modifican su planta y alzado a lo largo de los siglos y enmascaran su origen gótico temprano.
Actualmente presenta una planta basilical de tres naves con cabeceras rectas y cubierta de bóvedas de crucería con seis tramos en la nave central y cuatro en las laterales. En su origen, al acceso al templo se encontraba a los pies de la nave central, en la plaza de la Villa, creándose en ésta un espacio urbano muy característico integrado por la iglesia, el ayuntamiento y la escuela de primeras letras. En 1665 finalizó la obra de la actual portada principal en el lado norte.
Su advocación es San Cosme y San Damián, patronos de la Villa. En su interior destacan:
-Retablo Mayor: Barroco del siglo XVIII, en la cabecera de la nave central, obra de los hermanos Cortés del Valle, sustituyó en 1710 a un retablo renacentista cuyo Sagrario se encuentra en el Retablo de San Andrés.
-Retablo de la Virgen del Rosario: Adosado al testero de la nave del Evangelio, es obra del imaginero flamenco Maese Amrique, oficial de Vigarny.
-Retablo de San Andrés: Obra atribuida a Simón de Bueras, realizada a mediados del siglo XVI en la cabecera de la nave del Evangelio.
-Coro alto a los pies de la iglesia: En 1766 se proyecta el nuevo coro donde estuvo ubicada la antigua puerta de la iglesia. El órgano se emplaza en su parte alta, en posición frontal, y data del siglo XVII.
Santuario de Nuestra Señora de Pedrajas
Se trata de una ermita de una sola nave con cubierta de tres tramos de crucería octopartita y nervios secundarios rectos, y una cúpula de media naranja sobre pechinas en el ábside. Adosada a la cabecera, en su mismo eje, se encuentra la sacristía y, sobre ella, el camarín donde están recogidos algunos de los exvotos que a lo largo de los siglos los fieles y devotos de la Virgen de Pedrajas han depositado en el santuario como testimonio de su devoción.
Este lugar aparece ya documentado en un diploma del Monasterio de Oña, de 14 de mayo de 1011, entre los lugares –después despoblado- que integran el alfoz de Poza: ad Sancta Eulaliam de Pedragas, con el significado de lugar de piedras, quizá haciendo referencia a los restos de la antigua Flavia Augusta. La fábrica que hoy presenta la ermita es el resultado de diversas intervenciones bien documentadas desde 1573 hasta 1749 y 1757, fechas en las que en esa línea de intensa actividad constructiva en toda la villa, se construye una hospedería, también se prolonga la nave hasta la espadaña y finalmente se levanta la torre actual.
La imagen de la Virgen de Pedrajas sufrió a lo largo de su historia frecuentes modificaciones que alteraron la talla y policromía original, hasta que en 1975 es restaurada con el fin de devolverle su primitivo carácter.
Presenta unas características iconográficas propias del tipo románico de la Virgen Trono de Dios o Trono de la Sabiduría pero ya con cierta influencia gótica. La imagen corresponde al modelo frontal y hierático de Virgen sedente, entronizada y sin comunicación con el Niño al que sirve de trono, pero que está sentado en posición que ya no es rigurosamente frontal, sobre la rodilla izquierda, y en actitud de bendecir, aspectos que junto a la incipiente expresividad de los rostros y el plegado de las telas suavizan el hieratismo y el carácter lineal presentes en las imágenes marianas hasta este momento. María levanta el manto con la mano izquierda para resguardar lateralmente al Niño, mientras sostiene una poma con la mano derecha, actitud que marca una tendencia en función de la cual Clara Fernández Ladreda define y establece una modalidad iconográfica que denomina Vírgenes del manto, que se difunde en Castilla sobre todo en la primera mitad del siglo XIII.
Ayuntamiento y plaza de la Villa
El Ayuntamiento es una construcción iniciada en 1595, que con el transcurso de los siglos ha terminado albergando tres edificios independientes, pero que aún permiten ver esa clara unidad constructiva en sus dos cuerpos de fachada, separados por una línea de imposta, y la cornisa, formada por un cuarto de bocel entre alero y cimacio rectos. Destaca en la fábrica el cuerpo central del edificio, en el que actualmente se aloja el Ayuntamiento, dos arquerías formadas por tres arcos de medio punto, sobre imposta que sobresale de la línea de la jamba y el intradós del arco y en las que las enjutas aparecen resaltadas en relieve.
La arquería inferior constituye el soportal de la planta baja, siguiendo hoy la estructura de la plaza con soportales en la calle del Diezmo frente a la antigua puerta y fachada principal de la iglesia. Estos soportales presentan la misma estructura constructiva que en la Plaza Vieja, pilares de madera sobre basas de caliza, pero en esta plaza es muy peculiar su aspecto sobre todo en el lado norte, pues el paso de los años ha provocado movimientos en el asentamiento y la estructura de los edificios con un desplazamiento de cargas que los pilares han tenido que soportar adecuando para ello la inclinación de sus fustes.
Lavaderos, abrevaderos y acueducto romano
Saliendo de la villa hacia las salinas por la puerta hoy desaparecida de la Fuente Vieja, se llega a un conjunto de lavaderos, abrevaderos y fuentes construidos en el siglo XVIII, y que constituyen una de las obras civiles más importantes y peculiares de la villa. No hay duda de que si la obra que hoy vemos se llevó a cabo en el periodo ilustrado, su origen seremonta sin embargo a etapas de nuestra historia mucho más antiguas.
El tramo inicial de acueducto, constituido por tres arcos de medio punto, el puente que enfrente nos permite observarlo, alguno de los manantiales de este conjunto, y la calzada que inicia su trazado aquí y por el valle más cercano de las salinas, Rusalado, continúa hacia La Magdalena, Trascastro y el páramo, han sido consideradas obras relacionadas con Flavia Augusta y con la explotación romana del Salero. Las características de sus fábricas, las descripciones de las que han sido objeto en otros siglos, y los estudios e investigaciones realizados por algunos especialistas han permitido atribuirles una adscripción cultural romana.
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