La idílica senda para hacer esta Semana Santa con cientos de almendros y el Duero como protagonistas

Son solo tres kilómetros y medio de recorrido. Pero merece mucho la pena y más para hacer en estos próximos días con la Semana Santa por medio. Una ruta idílica, en uno de los pueblos más bonitos de Valladolid y con cientos de almendros y las aguas del Duero como protagonistas. Nos estamos refiriendo a la Senda de los Almendros, en las Riberas de Castronuño, la única reserva natural de la provincia vallisoletana, y que en estas últimas fechas, y con el buen tiempo, están recibiendo a un buen número de visitantes por la floración de los almendros.

Para disfrutar de esta ruta debemos desplazarnos hasta Castronuño, una pequeña población que podemos recorrer antes de llegar hasta el mirador de "La Muela", donde ya podemos hacernos una idea, con el espectacular paisaje que se nos abre a nuestros ojos, de lo que nos espera. Para informarnos antes y no perder detalle de la zona, recomendable visitar la Casa de la Reserva, así como la iglesia, si la ocasión es propicia, de Santa María del Castillo, del siglo XII y en muy buen estado.

Y empezamos nuestra ruta, accesible para todos en este primer tramos, para adentrarnos por una pasarela de madera que nos acerca hasta el nivel del río, y donde nos espera una vegetación bastante densa donde abundan sauces, chopos y olmos. Estamos ante la senda de los pescadores, que recibe este nombre por que era el camino por e que subían la pesca hasta la localidad.

A nuestra vera derecha podemos oír el discurrir suave del Duero y también, si hay suerte los sonidos y murmullos de animales, en especial aves que existen en este lugar. Después de cruzar la carretera, subimos por un pinar, la zona más costosa del recorrido al ser una subida, y ahí descubrimos los primeros almendros. Si se tiene suerte y están en flor son una auténtica maravilla.

Un viaje única y que cuenta con una biodiversidad especial y para los amantes de la fauna, y si uno tiene suerte, puede ver garzas, cigüeñas, cormoranes, carboneros, petirrojos o aguiluchos, entre otros animales.

Un recorrido especial en el que se puede disfrutar de miradores que permiten divisar la totalidad de la vega y el meandro que forma el Duero a su paso por este lugar. Las riberas de Castronuño constituyen un emblemático ecosistema palustre que destaca por su importancia para la nidificación y como zona de invernada de muchas y variadas aves acuáticas.