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Patrimonio

La imponente iglesia gótica, casi catedral, que domina un pueblo prerromano donde solo vive un vecino

Se ubica en una preciosa zona desde la que el emperador Augusto emprendió el castigo y sometimiento de los cántabros

Imagen de la iglesia de Villamorón La Razón

Si hay alguna región de la España autonómica que atesora más joyas patrimoniales y arquitectónicas en todos los estilos y en cualquier rincón esa es, sin duda, Castilla y León. Una comunidad formada por dos antiguos Reinos, como es el de Castilla y el de León, con una larga historia de siglos sus espaldas y un legado imponente ya sea en forma de monumentos, castillos, catedrales, iglesias, monasterios, ermitas o palacios.

Una región que cuenta con 2.248 municipios, en los qu eno falta algún tesoro digno de visita, ya sea en una capital de provincia o en el pueblo más pequeño y recóndito que pueda haber, como es el caso que ocupa estas líneas de LA RAZÓN de hoy sábado.

Nos estamos refiriendo a la localidad burgalesa de Villamorón, un municipio en el que tan solo hay censado un habitante, que pertenece al término municipal de Villegas y que se sitúa en la comarca Odra-Pisuerga, en la vega del río Brullés.

Una tierra que fue habitada por los “turmogos”, un pueblo prerromano de origen indoeuropeo que habitó en la Península Ibérica, aporta también restos de asentamientos anteriores como una necrópoli de origen celtibérica hallados en el término de “El Peral” , que pueden ser visitados en el Museo de Burgos, o en el término de “El Palomar”, al norte del municipio, donde se encontraron restos que insinúan un poblado en la Primera Edad del Hierro.

El asentamiento fue posteriormente ocupado por los celtíberos y acabó convertido en una villa romana bajo imperial.

De hecho, esta documentada la presencia en esta zona del emperador Augusto, pues desde Segisama (actual Sasamón), localidad vecina de Villamorón, emprendió el castigo y sometimiento de los cántabros.

El protagonismo romano en este territorio se pone de relieve también en los numerosos restos de puentes, algo de calzada e incluso villas.

Muy cerca pasaba también la vía romana que desde Sasamón se dirigía al puerto cantábrico de Flaviobriga (posiblemente Castro Urdiales) y que más tarde se conocería con el significativo nombre de Carrera de los Pasiegos.

Un camino que generaba cuantiosas alcabalas a los señores del lugar que hizo que Villamorón prosperara en los primeros siglos de la Edad Media, cuando era denominada Villa de Mauronta.

El pueblo se fundó a finales del siglo IX, cuando el conde Diego Rodríguez Porcelos permite que se repueble esta zona fronteriza del reino de Asturias, fundación hecha por Mauronta y su pueblo cántabro de las montañas de Santillana (c.860).

A lo largo del siglo XII y sobre todo en el siglo XIII, la zona vive una etapa de particular desarrollo económico, al calor de la importancia mercantil adquirida por Burgos. Y en el siglo XIII hay referencias sobre Villamorón en el Libro de Préstamos del obispado ya que las cantidades que figuran en ese libro, 42 maravedíes, hacen pensar que la villa contaría con 40 vecinos.

Villamorón es hoy en día un pequeño despoblado, dependiente de Villegas como decíamos antes, que pasaría desapercibido si no fuera por la monumental iglesia que se alza a la entrada del pueblo y que es el primer templo de toda la provincia de Burgos construido en estilo gótico.

Se trata de la Iglesia de Santiago Apóstol en el que aún se observan algunas formas constructivas y decorativas heredadas del románico. Fue levantado en sillería caliza, y consta de una cabecera cuadrada y tres naves de cuatro tramos con tres portadas, una al sur y dos cegadas, al oeste y al norte, según documenta la Universidad de Burgos

Múltiples vanos forman el exterior de la iglesia a modo de pequeños óculos lobulados abiertos en la nave central mientras que un gran rosetón preside la fachada occidental, que conserva algunos restos de la original vidriera gótica. Debajo del rosetón se puede admirar un coro de madera del siglo XVI.

En la nave norte, los ventanales son ciegos, y el único acceso es la puerta meridional que se organiza en seis arquivoltas apuntadas lisas.

También destaca en este templo un amplio y casi amurallado atrio que protege la fachada y en el lateral de la portada sur hay una inscripción en la que se indica la fecha del fallecimiento de una mujer en 1261, probablemente una de las personas que financiaron la obra.

El interior de la iglesia merece muy mucho la pena visitarlo, y es reseñable la altura de la nave central, casi de catedral, que contrasta con las reducidas dimensiones de las laterales, todas ellas cubiertas por bóvedas de crucería.

Destacan tanto en los capiteles como en las bóvedas se hallan pinturas barrocas con ángeles, santos y medallones realizadas a finales del siglo XVIII por la familia de los Carazo.

La capilla mayor se eleva en altura dando lugar a una torre que se divide en cuatro cuerpos desiguales. El segundo se remata en una cornisa recorrida por arquillos ciegos apuntados.

Dentro de templo había un Cristo crucificado gótico de tamaño natural, realizado en madera policromada, y una cruz parroquial tardorrenacentista, pero desde 1970 el mobiliario de la iglesia se trasladó a Burgos.

La iglesia está considerada como uno de los principales modelos de las llamadas iglesias fernandinas, junto a las también burgalesas de Sasamón y Grijalba, construidas sobre las mezqitas existentes durante el reinado de Fernando III en los territorios recién conquistados de Andalucía.

Hace no mucho, y de la mano de Hispania Nostra en colaboración con la parroquia, la asociación Amigos de Villamorón inició una campaña de micromecenazgo qu elogró recaudar fondos para restaurar el coro. También obtuvieron una subvención de 50.000 euros por parte de la Junta y hace pocos meses han finalizado la restauración de su nave central. En la actualidad, la asociación trabaja en la recuperación de la nave sur, gracias al aporte de la entidad Adeco Camino.

Asimismo, sus miembros se encargan de mantener esta iglesia abierta al publico todos los sábados y domingos del mes de agosto, en horario de mañana y tarde.

Entre las ruinas que se van apoderando de Villamarónntre se pueden encontrar otras joyas, como el antiguo pilón que se usaba de fuente y lavadero. También permanecen de pie, aunque en riesgo de desaparecer, algunos de los palomares que eran habituales en la zona, como el de El Palacio y varias bodegas subterráneas.

Los alrededores de Villamorón son espectaculares para los amantes del senderismo a través de una ruta que adentra al visitante en las tierras altas del oeste de la provincia de Burgos junto a las parameras de la Lora y la sorpresa de amenos valles como el del río Úrbel.

El centro de esta subcomarca es Villadiego, centro comercial y de servicios, que conserva su estructura medieval y donde destaca su típica Plaza Mayor asoportalada. En esta ruta contemplaremos el castro de Amaya, torres y castillos, antiguos palacios y excelentes muestras de arquitectura religiosa románicas, góticas y renacentistas.