El monasterio abandonado donde se fraguaron los orígenes del císter en la península

Podemos decir que nos encontramos ante unas ruinas perfectamente conservadas. Y que dan muestra del esplendor que vivió este monasterio en tiempos antiguos. Hoy se yergue abandonado pero su estampa invita a pasear por él y a rememorar viejos tiempos cuando fue uno de los núcleos más influyentes de la península ibérica.

Nos estamos refiriendo al monasterio de Santa María de Moreruela, cercano a la capital de Zamora, en tierras castellano y leonesas y que se trata de uno de los primeros monasterios cistercienses edificados en la península ibérica, por lo que podemos afirmar que nos hallamos ante uno de los orígenes del císter y hasta mediados del siglo pasado se creía que éste era el primer monasterio cisterciense hispánico, siendo más antiguo el de Santa María de Fitero.

Es por ello, que no queda clara el momento de su fundación, que se estima a mediados del siglo XII, inaugurado por el obispo Froilán y del que forman parte casi 200 monjes bajo una regla monástica. Alfonso VII, el Emperador, entregó el solar a Ponce de Cabrera y le pedía que levantara un monasterio que debería seguir la regla de San Benito. de esta manera, con el apoyo de la monarquía y de la nobleza, Moreruela se convertía en un centro monástico de primer orden y con un patrimonio considerable.

Su auge llegaría en el siglo XIII debido a las importantes donaciones percibidas por la realeza. nobles e incluso campesinos, pero también al trabajo y la sabiduría de los monjes a la hora de gestionar su economía a base de trueques y compras que hizo que adquirieran villas, terrenos y casas no solo en Zamora sino también en la vecina Salamanca.

Golpeada por la crisis de los siglos XIV y XV, la comunidad se recuperó para volver a la prosperidad en el siglo XVIII, hasta que llegó la Guerra del Independencia, siendo ocupado tanto por tropas españolas como por francesas y la desamortización en España fue el fin de su esplendor. La docena de monjes que quedaban en 1835 fueron expulsados y el edificio se destinó para cuadras de animales, viviendas y graneros, con el consiguiente deterioro.

En 1931 sería catalogado como Monumento Histórico Artístico y en 1994 adquirido por la Junta con el fin de recuperar, en la medida de lo posible, el estado tan ruinoso del edificio. Hoy se puede visitar su iglesia, de estilo románico con detalles góticos, que presenta tres naves y un amplio crucero. Destaca la capilla mayor sustentada por ocho columnas, mientras que las bóvedas, de estilo gótico, con ojivas t capitales de impostas y decoración vegetal. Tanto la Sala Capitular como la de los Monjes se mantiene en buen estado de conservación. El claustro medieval acoge una de la zonas destacadas del monasterio como es su sala capitular. y es ahí donde se enterraban a los abades.

Hoy en día es un esqueleto, pero uno se puede hacer a la idea de este recinto que se puede visitar de manera gratuita de miércoles a domingo. Un ejemplo más de la riqueza del patrimonio español que tuvimos y que por diversas circunstancias dejamos caer.