Cultura

El Monasterio del desierto salmantino que enamoró a Buñuel

Está construido en lo más profundo del valle de las Batuecas y cuenta con una hospedería

Monasterio carmelita de San José de las Batuecas
Monasterio carmelita de San José de las BatuecasJcyl

En lo más profundo del valle de las Batuecas, en la provincia de Salamanca nos encontramos con una peculiar construcción, el Monasterio del Desierto de las Batuecas. Y el entorno no puede ser más idílico, Un auténtico paraíso natural rodeado de bosques, ríos y montañas. No es de extrañar, que este lugar se encuentre rodeado de numerosas leyendas, por los misterios que esconde.

Un edificio que se levantó en el año 1599 por el padre Tomás de Jesús, Superior Provincial de los Carmelitas Descalzos de Castilla, como lugar de vida retirada y eremítica, y junto a numerosas ermitas ubicadas tanto dentro como fuera del recinto conventual.

Monasterio carmelita de San José de las Batuecas
Monasterio carmelita de San José de las BatuecasJcyl

Se trata de una construcción sencilla y austera, donde se halla el convento y sus dependencias así como la iglesia, levantada en el año 1602 y ampliada en 1686, que es el edificio central del conjunto, y que se encuentra rodeado por una calle enlosada de pizarra y amplios jardines a modo de claustro.

Cuenta también con varias celdas de oratorio de los monjes, y en el muro del Oeste, una puerta que se abre al refectorio, cocina, talleres, panadería o un lavadero.

 

Los carmelitas vivieron aquí en un oasis de paz, siendo un monasterio que acogía constantemente a hermanos de la orden de diversos conventos, que se acercaban aquí en busca de un remanso de contemplación.

Ya en el año 1836 los religiosos eran expulsado y el monasterio era vendido y destruido, a lo que se sumó un intenso incendio que lo dejó en ruinas, pero en el año 1937 volvió a ser restaurado y los Padres Carmelitas volvieron en 1950 restaurando así la vida del desierto contemplativo que hoy pervive gracias a una pequeña comunidad de frailes. Además, en la actualidad en un centro de acogida, al contar con una hospedería para todos aquellos que quieran acercarse a vivir un tiempo de silencio y convivir con los religiosos.

Como curiosidad, el cineasta Luis Buñuel quedó enamorado de la zona y de este antiguo monasterio cuando se encontraba rodando el documental "Tierra sin plan". Y lo intentó comprar por unas 150.000 pesetas de las de entonces, pero todo quedó en el olvido al no llegar a un acuerdo con el Obispado, el posterior levantamiento militar y su exilio a Francia.

Merece la pena acercarse hasta este remanso de paz y además a través de unas las rutas má populares de la provincias que nos lleva hasta El Chorro.