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Medio ambiente

El nuevo censo del lobo detecta treinta manadas más que hace una década en Castilla y León

La Junta asegura que "casi se han duplicado” las indemnizaciones a la ganadería ante los daños causados por ataques de este animal

El presidente de WAVES España, Pablo Santos Redín, y el director científico Vicente González Eguren. Asiste también el director general de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Junta, José Ángel Arranz Sanz, antes del foro J. L. LealIcal

Castilla y León cuenta con una treintena de manadas más que hace diez años, según el nuevo censo del lobo en Castilla y León, que se realiza desde el pasado 2022 y del que concluirá su elaboración a finales de año,

Así lo ha avanzado este viernes el director general de Patrimonio Nacional y Política Forestal, José Ángel Arranz, quien recordaba que el trabajo de campo anterior realizado entre los años 2012 y 2014 contabilizó en Castilla y León 179 manadas estables y otra docena que fluctuaban en territorio limítrofe con el de otras comunidades autónomas.

"Las primeras estimaciones son favorables en cuanto a la evolución del lobo", apuntaba Arranz, si bien ha precisado que al tratarse de un censo nacional los datos recabados en Castilla y León deben coordinarse ahora con los de Galicia, Asturias, Cantabria, La Rioja, Madrid y Castilla La Mancha para analizar a qué Comunidad se asignan las manadas limítrofes.

Respecto a los daños que causa este animal a la ganadería, el alto cargo de la Junta advertía de que se han incrementado cerca de un 20 por ciento, y apuntaba que la revisión de los baremos de indemnización ha hecho que el dinero destinado a ellas casi se duplique al pasar de algo más de dos millones de euros a casi cuatro millones anualmente.

Arranz se quejaba del “estrechísimo margen” que el Gobierno de España deja con la actual normativa para “intentar poner en marcha” un plan de medidas preventivas,especialmente en explotaciones ganaderas que sufren ataques de forma reiterada.

“Hemos hecho ya la primera parte de ese trabajo, que es detectar y analizar que explotaciones tienen más daños, las que están sufriendo más los ataques, definir qué tipo de medidas podemos aplicar y, de la mano de ganaderos y especialistas, tomar medidas preventivas”, decía.

También advertía de que la gestión administrativa del lobo está dando "muchos problemas" a causa de su inclusión en el listado Lespre mientras que en el caso del oso existe una estrategia coordinada entre las diferentes Administraciones que ha permitido recuperar la especie y abordar los problemas de cohabitación con el ser humano.

Por ello, ha mostrado su deseo de gestionar también "con responsabilidad" el lobo para conservar sus poblaciones y hacerlas compatibles con la ganadería extensiva.

Situación del oso

Por lo que se refiere al oso, José Ángel Arranz reconocía que la gestión “también es muy compleja” y destacó su “evolución favorable”, aunque sigue siendo una especie en peligro de extinción. “Se está recuperando y, ahora, nos plantea, como se puede ver estos días, problemas, incluso, de convivencia en determinados núcleos urbanos. Entran en los entornos de los pueblos y tenemos que empezar a plantearnos las nuevas formas y fórmulas de manejo de esta población”, exponía..

“En principio, todo está funcionando, circulando en torno a una estrategia de gestión del oso coordinada entre las diferentes administraciones. No tanto así está sucediendo con el lobo, una especie que también está evolucionando de forma favorable pero cuya gestión administrativa nos está dando muchos problemas, derivados de su inclusión en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial”, finalizaba.

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