Medio Ambiente

¿Por qué no hay que recoger ni tocar a las crías de corzo solitarias en el Parque de Guadarrama?

No están abandonadas, sino que se trata de una estrategia para pasar desapercibidas al no estar preparadas para seguir a la madre

Una cría de corzo recién parida
Una cría de corzo recién paridaParque Guadarrama

Corcinos encamados. ¡No los recojas ni los toques, no están abandonados! Es la recomendación realizada por los responsables del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama a través de las redes sociales, con motivo de la llegada de la nueva temporada de nacimientos de la población de corzos en este entorno.

Y es que a pesar de que parezca que la cría está abandonada, no es así, sino que se trata de una estrategia de cría de este pequeño cérvido. Desde el Parque Nacional, señalan que todos los corcinos nacen de manera sincronizada, y que cada vez con las frecuencia se produce la recogida de ejemplares de los recién nacidos por parte de senderistas y visitantes, que confundidos con su comportamiento, son responsables de un gran número de pérdidas en la nueva generación de corzos.

Y es que según señalan los responsables del Parque, los corzos al nacer, con apenas dos kilogramos, no están preparados para seguir a la madre, ni para huir de los depredadores por lo que su mejor defensa es permanecer inmóviles entre la vegetación, pasando desapercibidos, una estrategia basada en el mimetismo y que es frecuente también en otras especies de cérvidos y bóvidos.

Un comportamiento que está ayudado por un pelaje moteado con una librea con dos líneas de manchas de color blanco en el dorso que los corcinos muestran durante su primer mes de vida. La madre, los vigila a distancia de manera discreta y se acerca a ellos únicamente para amamantarlos y limpiarles de manera escrupulosa, con el fin de que no emitan ningún tipo de olor. Y es que cando se toca a un corcino y se impregna de un olor extraño, parte de su estrategia antipredatoria se desmorono, por lo que es más detectable por depredadores como el zorro, por ejemplo.

Es por ello que se recomienda "ni tocarlas ni permanecer cerca de ella mucho tiempo" y más en estos momentos donde las excepcionales condiciones de sequía y altas temperaturas han disminuido de manera drástica la cobertura de prados y vegetación que utilizan los corcinos para encaramarse.