
Curiosidades
La que lió un pollo: el pequeño pueblo de Burgos que presume de festival y arte rural
Su ayuntamiento apuesta por proyectos innovadores que buscan generar empleo, asentar población y atraer turismo, reivindicando un medio rural con oportunidades

Todo empezó con un pollo. Villangómez no tiene ni un gran castillo ni un parador pero este pequeño municipio de 167 habitantes, a escasa media hora de Burgos, se ha convertido en un reclamo turístico y cultural gracias a un festival, el Pollogómez, y a un museo al aire libre de murales, que dan vida al municipio y garantizan su relevo generacional.
“Preferimos que haya gente que pise calles rotas a que haya calles arregladas que no sean pisadas por nadie”, explica el alcalde, Gonzalo Ausín, quien defiende la apuesta del Ayuntamiento por proyectos innovadores, que buscan generar empleo, asentar población y atraer turismo, reivindicando un medio rural con oportunidades.
Es cuestión de perspectiva: a poco más de veinte kilómetros de Burgos, Villangómez ofrece todas las ventajas de un pueblo pero con los servicios de la capital. Solo hay que atreverse a cruzar el “monte”, afirma Gonzalo, ese que les separa del Alfoz de Burgos, para obtener la recompensa.
El atractivo del pollo
El alcalde recuerda que el proyecto nació en 2009 con la idea de crear un festival de música, buscando un atractivo turístico para un pueblo “normalito”, que no tiene ni un castillo, ni un monasterio, ni un parador… un pueblo con mucho otros, que lo que sí tenía era inquietudes: “nos dijimos, ¿qué tenemos? Tenemos pollos, y así nació el Pollogómez”.
Así, el festival va por la décimo sexta edición, sumando más de 3.000 asistentes, desde familias hasta grupos de amigos, de todas las edades, ávidos de buena música y buena comida, pues las alitas de pollo están garantizadas en el Pollogómez.
“La música está enfocada a mayores de 30 años, pero es un festival que se llena de familias porque hay actividades para niños”, ha explicado Roberto Nebreda, miembro de la Asociación Pollogómez y uno de los organizadores del festival, que apuesta por las bandas burgalesas -emergentes o consolidadas-, en un cartel que siempre cuenta con algún grupo de tirón nacional.

Un museo al aire libre
Con el éxito del festival, en Villangómez se dieron cuenta de que necesitaban un atractivo turístico permanente: así nació la ruta de murales, un museo al aire libre sobre paredes encaladas, con grandes nombres de arte urbano, que actualmente cuenta con más de medio centenar de creaciones, que atraen visitantes durante todo el año.
“Ahora nos faltan paredes, habrá que construir más casas”, bromean Gonzalo y Roberto, que reconocen que han profesionalizado la logística, pues los primeros años contaban con medios muy precarios para pintar los murales y, además, con técnicas de peor calidad, lo que ha hecho que algunas de esas primeras pinturas se hayan degradado.
Este año, además, han convocado un concurso para escoger el nuevo mural, en el que han participado una veintena de artistas, y en el que ha resultado elegido el catalán Marc Calderer con un Quijote en azul, homenaje a Miguel de Cervantes, bien visible en una de las entradas del municipio.
Un camping, un área de autocaravanas ¿y un albergue?
Villangómez completa su apuesta por el desarrollo rural con recursos turísticos, como la zona de camping, que durante el pasado festival acogió a unas 400 personas, o la recién inaugurada área de autocaravanas, que ha supuesto una inversión de 200.000 euros, para la que han contando con fondos europeos
El alcalde explica que entre sus proyectos de futuro está abrir un albergue, para lo cual seguramente pidan ayuda a la Diputación de Burgos, que ya les apoya con el festival, aunque el resto de iniciativas municipales la están impulsado con fondos europeos.
También a la Diputación le han “vendido” su Mercado 2.0, una modelo de comercio rural sostenible basado en comerciantes, productores y artesanos locales, que acercan a los vecinos sus productos y servicios a través de una taquilla refrigerada, previo encargo por teléfono, servicio de mensajería o web.
“Queremos que la gente que genera empleo trabaje aquí y el pueblo crezca”, insiste el alcalde, quien defiende que este Mercado 2.0 presta un servicio esencial para que el pueblo siga vivo
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